Por Pablo Vargas

Las cartas sobre la mesa. Esto no es un análisis ni un veredicto final. Es la crónica de una experiencia. Tras más de 100 horas invertidas en Metal Gear Solid V: The Phantom Pain, nos hemos quedado cortos de tiempo, elogios y palabras para describir lo grande y maravilloso que es la nueva obra de Hideo Kojima. Cada escena, cada detalle, cada acción que hemos compartido en la última semana, más que una emotiva carta de despedida del desarrollador nipón a su saga más emblemática, emerge como el vivo reflejo de un profundo agradecimiento de Kojima que se respira entorno a todo el desarrollo del juego y recompensar la fe de los fans que le han seguido a lo largo de 28 años de historia.



Si el trailer de lanzamiento era una grata metáfora a todo el proceso que se había gestado en los últimos meses con respecto al silencio obligatorio que Konami depositó sobre sus hombros, el tweet que ha dedicado en su cuenta personal son la declaración más sincera que se pueda encontrar en la mente de un hombre que lo ha dado todo por brindarle a sus fans una última gran aventura. Porque eso es precisamente The Phantom Pain. El clímax final de la noche. La nota más alta de una melodía compuesta magistralmente, capaz de llevarse la ovación de la galería, que aplaude con el corazón en la mano el cumulo de emociones vividas. Esa grata mezcla entre el hype y la nostalgia de una balada para una despedida.


Desde los primeros minutos The Phantom Pain se convierte en una oda a sus jugadores

Como una buena copa de vino que se comparte en grata compañía, The Phantom Pain es un título que debe disfrutarse con calma. Sin prisas o premuras. De la misma forma en que ocurrió con The Witcher 3 o Batman: Arkham Knight, correr a terminar el juego para seguir con la tendencia de gritar al mundo 'acabé primero' y poder mostrar al mundo nuestros logros y trofeos, es la forma más cruel de echar por suelo todo el cariño que se le ha metido a uno de los mejores juegos que nos ha regalado el 2015. Porque no hay duda que The Phantom Pain se convertirá no solo en referente de la saga como uno de los títulos más grandes que haya desarrollado Kojima, sino que también es uno de los favoritos a llevarse el GOTY de este año, un 2015 que tras un año de retrasos, ha venido a recompensar la espera y respaldar con grandes joyas las más altas expectativas.


El Fox Engine en su máximo esplendor alcanza niveles de fotorealismo realmente impresionantes.

Tras probar el juego, no quedan duda que todos los elogios que The Phantom Pain ha recibido a lo largo de las últimas semanas se vuelven una realidad desde el primer minuto en que tomamos el control en nuestras manos, en esa memorable escena introductoria del juego que desde ya puede agregarse a la lista de momentos inolvidables de la saga, y que se va complementando con una exquisita trama en formato de episodios televisivos que nos encamina a través de los diferentes escenarios en los que se desarrolla la historia, cada uno presentando nuevos retos y secretos que nos harán pasar horas de horas frente a la pantalla. 


Detalles como las fotos de compañeros de batalla rescatados del campo enemigo o el desgaste de Big Boss en su rostro tras una dura incursión son una muestra del trabajo minucioso de Kojima Productions.

Ya sea escuchando los tradicionales briefings a modo de casettes, o modificando nuestra Mother Base -que retoma lo mejor de Peace Walker y lo lleva a otro nivel de personalización-, hasta el planificar con detalle cada misión secundaria como si de una principal se tratase, el juego nos hace olvidar completamente el reloj, mientras nos encontramos en el campo de batalla, que alcanza niveles de perfección gráfica tan fotorrealistas que nos dejan completamente anonadados en cada detalle, al correr de forma nativa en 1080p y a 60 FPS de forma continua y garantizando siempre una experiencia estable que se hace cada vez más grata conforme avanza la historia.


Una misma misión pueden arrojar siete o ocho combinaciones diferentes a la hora de resolverse, y deberemos tomar en cuenta cada factor relacionado para su éxito: clima, hora, enemigos, rutas de escape, armas.

Enemigos con patrones de movimiento impredecibles según la hora del día, tener que secuestrar a un traductor para entender que dicen los soldados de la región, secuestrar equipos para disminuir el potencial de nuestros enemigos, sabotear instalaciones para mermar su capacidad de respuesta, la habilidades de nuestros compañeros Quiet y D-Dog, son parte de las grandes virtudes del salto del mundo abierto que da Metal Gear Solid en su nueva entrega, sin dejar de lado los cambios de clima -una tormenta de arena que ciega a los enemigos o una lluvia torrencial que no permite que escuchen nuestras pisadas-, ofrecen una oportuna ventana de tiempo que es difícil dejar pasar en beneficio de la misión y que se plantean como pequeños puntillazos de la variedad que ofrece el juego en cada uno de los escenarios, abriendo un amplia gama de opciones para la rejugabilidad de cada una de las misiones, tanto secundarias como principales. 


Mother Base será nuestra gran fuerte y mayor adicción. Su modalidad RPG de mejoras e incorporación de personal serán claves en el éxito o el fracaso de nuestras misiones.

Todo esto, complementado con una IA que que supondrán un verdadero reto para aquellos que busquen mantener el rank S en cada una de nuestras incursiones -la modalidad de interrogatorio ha sido perfeccionada para obligar a nuestros enemigos a revelar la posición de sus especialistas o descubrir objetos valiosos en la zona-, así como también la posibilidad de exploración abierta que será de gran utilidad para asaltar bases enemigas y secuestrar sus recursos -para incrementar nuestro PMB y poder desarrollar a plenitud nuestra Mother Base-, así como también ganar puntos de heroísmo y fama según nos desenvolvamos en el campo de batalla, -matar un soldado restará credibilidad antes nuestros seguidores pero someterlo sigilosamente incrementará la leyenda entorno a Big Boss-, siendo nuevamente clave la estrategia con la que decidamos abordar cada una de nuestras incursiones en territorio enemigo, uno que evoluciona acorde con nuestras incursiones. Si ingresamos solo en la noche, después de unos días recibirán los soldados un cargamento de linternas -se lo dice un NPC a otro-. así como si también se acostumbramos a desenvolvernos a base de bombas de humo, los mismos empezarán a portar máscaras anti gas o cascos de metal para prevenir disparos de francotirador. Evolución y sandbox en su estado más puro. 


Una tormenta de arena puede ser el momento indicado para ingresar a un puesto de vigilancia o una zona muy poblada. Las mejoras en nuestro equipo de Inteligencia en Mother Base nos ayudará a predecir el clima.

Una muestra más de lo cuidadosos que han sido en Kojima Productions al dejar todo cuanto tenían en está última gran aventura que es The Phantom Pain. En honor a la verdad, no alcanzarían las palabras para describir una historia que nos ha atrapado desde el primer frame y se ha metido completamente en nuestra piel, provocando que cada segundo que pasemos lejos del mando nos consuma una mezcla de emociones cargada de hype y nostalgia por partes iguales. La angustia de la lejanía y la felicidad de encontrarnos nuevamente con un viejo amigo tras salir del trabajo, y nos traslada a aquellos años mozos sentados frente al teclado, armados con unos audífonos de 500 colones y la madrugada como testigo de nuestras hazañas en Shadow Moses, hace ya más de 17 años. Esa sensación, es lo que hace grande nuestra pasión por el octavo arte. Es lo que nos ha transmitido The Phantom Pain a lo largo de más de 100 horas de juego. 


No hay palabras. Gracias Kojima. Por todo. Gracias.

Metal Gear Solid V: The Phantom Pain es todo lo que Hideo Kojima soñó darle a su fans. Una verdadera obra de arte a la altura de todas las expectativas. Sin importar la versión en que vayan a jugarlo, solo podemos garantizarles que toda la espera, realmente ha valido la pena. Porque al final del camino, The Phantom Pain no solo es uno de los mejores juegos que nos ha dejado el 2015, sino también uno de los principales exponentes de porque se consideran a los videojuegos como verdaderas obras de arte. Y como tal, debe disfrutarse. Descubriendo y admirando cada detalle. Porque está, es nuestra última misión. El final del camino para Metal Gear Solid en manos de su creador. Su última gran obra. Disfrútenla como tal. Con calma. Sin prisas. Para que la experiencia se haga eterna y podamos alargar cuanto sea posible, esta emotiva carta de despedida que hoy nos brinda Hideo Kojima.


Memories…
I want to give them to you,
So you can see, 
What we left there.

When all hope bleeds out
What remains is doubt
Should have left it all for you
For tomorrow
As your time draws near will you live in fear
Could have left it all for you!

***
Pablo Vargas - Escritor. Ingeniero industrial. Director y fundador de la revista Level Up. Autor de la novela “El Hombre de la Rosa Negra” (ULACIT, 2009), el microrrelato “Un café para celebrar” (Editorial Costa Rica 2012) y el blog "Rincón de un escritor". Actualmente se encuentra trabajando en su nueva producción "Nueve minutos para la media noche" y escribe regularmente en los blogs de la casa de 89decibeles.

1 Comentarios

Siempre es un honor tenerte por acá. Gracias por compartir tu opinión con nosotros.

  1. Metal Gear ha sido la saga que marco mi vida, Hideo Kojima es un genio
    Buen análisis, me encanto t.t

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