Por Pablo Vargas | pvargas@revistalevelup.com.
En una industria que a veces prioriza juegos de servicio, métricas y tendencias populares, el coraje y la visión de Hideo Kojima para nadar contra la corriente es precisamente lo que convirtió a Metal Gear Solid y al primer Death Stranding en auténticas obras maestras; un autor que nunca ha temblado al salirse de lo convencional y que ha tenido la valentía de no darle a los jugadores lo que ellos creen que quieren, sino aquello que todavía no saben que necesitan. Esa es la clave de su éxito y también su mayor legado.
Sin su arrojo creativo, ¿qué seríamos hoy sin la escena desgarradora de Sniper Wolf? ¿Qué seríamos sin la necesidad de apretar el gatillo en Metal Gear Solid 3, que nos enseñó que los actos en los videojuegos pueden tener un peso narrativo brutal? ¿Sin el final brillante y melancólico del primer Death Stranding, que nos invitó magistralmente a reflexionar sobre la soledad y las conexiones humanas, un año antes de una de las peores pandemias de la humanidad? ¿O sin el polémico, y fragmentado final de Metal Gear Solid V, que hizo propio el dolor fantasma y nos sacudió por su ambigüedad y su sensación de historia incompleta, cuestionando la propia noción de autoría en los videojuegos?
Con decisiones dolorosas, arriesgadas y polémicas, Kojima ha construido un legado lleno de verdaderas obras de arte. Porque a Kojima no hace sólo videojuegos, los convierte en arte. Y eso, es Death Strading 2. Una obra de arte. Una maldita obra de arte que nos golpea con una fuerza sobrenatural y se convierte en uno de los puntos más altos, de un legado que hasta hoy, era considerado inconmensurable, pero que una vez más, logra superar con creces.
Porque al igual que obras de arte como 'Alan Wake II', 'The Witcher 3', 'Red Dead Redemption 2' y 'Metal Gear Solid 3', el genio nipón nos demuestra en 'Death Stranding 2' ha decidido ir todavía más lejos que en la primera entrega, implementando mejoras en todos los apartados técnicos, jugables y narrativos de algo que ya era considerado casi perfecto, pero cambiando lo necesario para que todo se sienta más ágil, más interesante, más desafiante y más dinámico.
Desde unos gráficos, hermosos y monstruosos que sacan el mayor provecho de la bestia mitológica que es el Decima Engine, a través de una serie de biomas, escenarios y ambientaciones espectaculares en un mundo que te invitar a explorarlo hasta el último rincón, lleno de detalles y secretos que te van a cortar la respiración y dejar con el corazón en la mano, al presenciar algunos de los gráficos más hiper-realistas en un videojuego, llenos de simbolismo, y los nuevos fenómenos climáticos como inundaciones, terremotos y tormentas de arena que cambian la experiencia de forma orgánica y sorprendente.
Todo esto, mientras en el centro de la historia regresamos con Sam -excepcional Norman Reedus-, un hombre hecho pedazos que solo busca reconciliarse con su propia humanidad, mientras un suceso -que no vamos a spoilear-, nos lanza un golpe al hígado con una interrogante que nos acompañara a lo largo de todo el juego y nos perseguirá hasta los créditos: "¿Realmente valió la pena reconectar a la humanidad?" Con una historia, en la que Kojima nuevamente se adelanta a su tiempo de la misma forma en que lo hizo con 'Metal Gear Solid 2' y el primer 'Death Stranding', con una advertencia que pega hasta los huesos, que no revelaremos en este análisis, pero invitamos a todos(as) a escuchar con detenimiento, en una narrativa en la que todo es hermoso, simbólico, crucial y profundo.
Y es que podríamos pasar horas hablando de su sublime y perfectamente contada historia; pero no queremos arruinarla con ningún spoiler. Por ello, no diremos nada más allá que Kojima ha reunido -por segunda vez-, un cast de lujo que te conecta a nivel emocional de formas como pocos juegos lo han hecho. El regreso de Léa Seydoux como Fragile y Guillermo Del Toro como Deadman no son sólo anecdóticos, muchos menos los nuevos personajes. Kojima, lejos de dedicarse a cosechar cameos, de estrellas de categoría AAA como Elle Fanning dando vida Tomorrow o Shioli Kutsuna como Rainy, saca máximo partido de cada una de sus interpretaciones, para golpearte con todo en el alma.
Sin dejar de lado, que todo esto se complementa de forma perfecta con el punto más alto de la jugabilidad que haya tenido un título de Hideo Kojima; donde el primer 'Death Stranding' fallaba, este lo supera todo con creces. Con un mar de opciones para enfrentar cada reto, combate y desafío, el juego bebe directamente de la formula que Kojima Productions ha perfeccionado para darnos la absoluta libertad de movernos en el puro y duro sigilo de la saga estrella de 'Metal Gear Solid', o dejarnos llevar por el combate directo y sin contemplaciones de 'Metal Gear Solid V', especialmente en su dificultad más alta, diseño de enemigos, variedad de armas y opciones de como resolver las situaciones, dejando claro que esta vez, sí llevan el ADN de su padre.
Segmentos de sigilo que nos ha recordado de golpe la primera vez que nos infiltramos en Shadow Moses o los enfrentamientos más tensos y coreografiados contra jefes finales en Metal Gear Solid 3, son un claro ejemplo de como Kojima ha perfeccionado las mecánicas que ya probamos en la primera entrega, y aquí los golpes, disparos y movimientos tienen mayor peso y ritmo, logrando que las batallas sean intensas y gratificantes, en un juego que, entre combate y exploración, nunca deja de apretar las teclas emocionales del jugador.
Y sin spoilers, lo decimos sin claridad, porque no hay margen para las dudas: 'Death Stranding 2' te va a romper el corazón. Sí, va a doler. Y mucho. Pero cada emoción, cada golpe, cada sonrisa, cada lágrima que el juego te saca, te deja una profunda huella en el alma. Y el mar de interrogantes que vamos cosechando en el camino, de una forma más impresionante que en su primera entrega, se responden con uno de los finales más abrumadores e inolvidables en la historia de los videojuegos.
Porque al final del camino, queda la certeza de que Kojima ha vuelto a lograr aquello que solo unos pocos pueden: transformar un juego en una experiencia que trasciende su propio medio y convertirlo en verdadero. Porque 'Death Stranding 2' es mucho más que la suma de sus partes; es una historia que nos interroga, nos sacude y nos hace cuestionarnos a nosotros mismos y a la forma en que nos conectamos con los demás.
Un viaje tan valiente como arriesgado que solo podía salir de la mente de un creador que nunca ha temido romper las reglas y regalarnos esa sensación extraña entre la admiración y la melancolía, de que algo ha cambiado completamente nuestras vidas. Eso es el sello Kojima. Eso es el arte que nos deja sin palabras y nos invita a seguir soñando con que los videojuegos, más que entretenimiento, son verdaderas obras de arte. Porque eso, es lo que es 'Death Stranding 2'. Una obra de arte. Una maldita y hermosa obra de arte.
Por todo lo anterior, 'Death Stranding 2' no sólo se consagra como uno de los mejores videojuegos del año y aspirante firme al GOTY 2025, sino que ingresa, por méritos propios, en el Olimpo de los videojuegos, al consagrarse como el 17° título -en 11 años de existencia de Revista Level Up- y el segundo videojuego de Hideo Kojima, en recibir calificación perfecta.
'Death Stranding 2' , los dioses de los videojuegos te saludan.
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