(Opinión) Un forastero en la WonderCon

WonderCon desde los ojos de un forastero

Por Daniel Vargas | dvargas@revistalevelup.com

Aunque a muchas personas les cueste imaginarselo, pero aún dentro del universo geek existen muchos gustos diferentes. El dicho dice que para gustos colores y eso nunca ha sido más cierto que en nuestro ambiente de geeks y nerds. A algunos no les gusta Star Wars, a algunos no les gusta el manga, a otros no les gustan los juegos de mesa y otros no disfrutan mucho de los comics.

Y nada de eso está mal; honestamente sería sumamente aburrido si todos tuviéramos los mismos gustos, ¿no? Esa diversidad nos hace rica e interesante. Personalmente tengo una larga historia con convenciones; y mayormente no una historia buena. Y no necesariamente mala tampoco, sino que nunca fue realmente lo mío. Las veces que iba, lo hacía para acompañar a mis amigos pero conforme nos empezamos a distanciar, también lo hice de estas actividades.

Eventualmente no volví a ninguna, al punto de que fue mi hijo quien empezó a ir a las mismas, conforme su interés en el anime y demás temas geek fue aumentando con la edad. Pero aún entonces, mi papel no pasaba de llevarlo a dichas convenciones y recogerlo al terminar.

Pero decidí cambiar las cosas. Esta vez decidí ir a una y ver qué tanto había cambiado después de largos años. Y ciertamente sorprendido quedé. Esta WonderCon estaba centrada en la temática de Batman ya que los invitados especiales eran los actores de voz tanto de Batman como del Joker de la serie animada en español. Abundaban cosplayers con sus trajes de Batman, Harley Quinn, Joker, el Pingüino y demás personajes, entre otros.

El artista Osvaldo Ramos y nuestro colaborador Edwin Campos

La organización, a diferencia de muchos eventos todos esos años atrás era admirable. El orden era notorio y no habían tumultos de ningún tipo. Los artistas abundaban; pintores, vendedores de mercaderías relacionadas y los mismos asistentes. El espacio era adecuado y espacioso. Servicios sanitarios y comidas para los asistentes. Y sobre todo mucho respeto mutuo.

El evento tenía su encanto, definitivamente. Era un evento tanto familiar y para fans. El espectro de las edades de los asistentes era algo realmente agradable de ver. Una notoria diferencia a los eventos de hace unos 15 años. En definitiva, las cosas han mejorado mucho y los eventos son mucho más abiertos a diferentes tipos de públicos. Quedo con muy buen sabor de boca por así decirlo, y si mi hijo lo permite, creo que visitaré algunas convenciones más de ahora en adelante.