Por Pablo Vargas | pvargas@revistalevelup.com.

¿Qué significa dar un 10/10 a un videojuego? En un mundo donde la prensa especializada vive del click-bait y trata de competir con youtubers y tik-tokers con titulares amarillistas, dar un 10/10 a un videojuego que apenas cumple las expectativas, es el pan de cada día, mancillando el término "obra maestra" y dándoselo a cualquier juego, que aparece en el camino, solamente para evitar las antorchas de los fans o no quedar mal con la distribuidora que les remite el juego.

Pero, ¿qué significa realmente una calificación perfecta? ¿Qué condiciones o criterios se aplican para definir lo que es una verdadera "obra maestra"? Dar un 10/10 a un videojuego, significa que estamos ante la perfección absoluta, a niveles gráficos, artísticos, narrativos y jugables; un referente que las generaciones futuras mirarán con respeto y dirán: este título marcó un antes y un después en la industria de los videojuegos.

Obras como 'Chrono Trigger', 'Age of Empires II', 'TLOZ: Ocarina of Time', 'Super Mario 64', 'Metal Gear Solid' pertenecen sin lugar a dudas, a esa selecta lista de videojuegos que ocupan lo más alto del olimpo de la industria del gaming y son un buen referente de una calificación, que no puede brindarse a la ligera, pero que lamentablemente, muchas veces la prensa cede a la presión de ciertos grupos de fans, que embargados por la nostalgia o una absurda guerra de consolas, exigen que la nueva entrega de 'x' o 'y' saga, deba enmarcarse en un 10/10 absoluto, no por la calidad independiente del título, sino por el peso o el prestigio de saga en global.  

Por todo lo anterior, en Revista Level Up establecimos desde nuestros inicios, una metodología de análisis, pública, detallada y transparente entorno a como calificamos los videojuegos que recibimos para review; y es por ello, que de los más de 300 reviews que hemos realizado en 10 años, hemos entregado únicamente 9 calificaciones perfectas, y a pesar de los antorchas de fuego de sus fans, 'The Legend of Zelda: Breath of the Wild', no fue una de ellas. 

Sí, fuimos de los pocos medios a nivel internacional, que le dio un 9/10 a 'TLOZ: Breath of the Wild' en su lanzamiento. Nuestras razones, las explicamos en su momento. Pero, en resumen, un juego hermoso a nivel artístico, con propuestas muy interesantes a nivel jugable, pero limitado terriblemente por la tecnología de su tiempo y un desarrollo intergeneracional que se quedó muy por debajo en rendimiento con resoluciones de la generación de la Xbox 360, pero fallando principalmente en su historia y narrativa, pero también en replicar los estándares mínimos de un mundo abierto, con santuarios monótonos y poca variedad de enemigos que convertían en un juego, que quería mucho, pero abarcaba poco. 

Todo lo anterior, lo acotamos en dos hitos: otorgar un 10/10, es un pase directo al olimpo de los videojuegos, un lugar selecto en que muchos son los llamados, pero pocos los escogidos; en 10 años de historia Revista Level Up y más de 300 reviews, solamente 9 videojuegos, han obtenido calificaciones perfectas: 'The Witcher 3: Wild Hunt', 'Red Dead Redemption 2', 'The Last of Us', 'Age of Empires II', 'God of War: Ragnarok', 'Chrono Trigger', 'Metal Gear Solid', 'TLOZ: Ocarina of Time', e 'Indiana Jones and the Fate of Atlantis'. 

Hoy, 'The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom' hace lo que no pudieron hacer 'TLOZ: Breath of the Wild', 'Elden Ring', 'Uncharted 4', 'Grand Theft Auto V' y otros grandes títulos que se quedaron a las puertas del olimpo, rompiendo todo los estándares de calidad, elevando su grandeza y consagrándose como el décimo título, en la historia de Revista Level Up, en conseguir una calificación perfecta. Si todo lo anterior, no habla por sí sólo del hito, la trascendencia y la calidad de la obra maestra que es 'Tears of the Kingdom', nada lo hará. 

Tears of the Kingdom: uno de los mejores juegos de la historia

Directo y sin escalas: 'TLOZ: Tears of the Kingdom' no sólo es uno de los mejores videojuegos del año, sino de la historia, con una obra maestra y sublime que marca un antes y un después, no sólo en la saga de 'The Legend of Zelda', sino de la industria de videojuegos en general. Uno de los títulos más creativos, divertidos, impresionantes, mágicos, adictivos y maravillosos que hayamos jugado en nuestra vida y que recomiendo, en este punto, dejar de leer este review, porque es una experiencia que merece ser disfrutada sabiendo lo menos posible. Y con esto en contexto, si en la vida, les puedo dar un consejo es este: dejen de leer este review, apaguen la internet y esperen pacientemente su llegada mañana, les juro que la experiencia valdrá la pena. 

Y es que podríamos dedicar cientos de páginas a hablar en detalle -y lo haremos-, de la maravillosa experiencia que es disfrutar de una obra sublime que toma todo no sólo toma todo lo que estaba bien en BOTW y lo eleva a la 10, sino que acepta y corrige sus pecados para entregarnos una obra redonda a nivel gráfico, rendimiento, narrativo y jugable, que re-define el género, la saga y la forma de hacer videojuegos a tantos niveles, que aún nos cuesta procesar, la magnitud de lo que Hidemaro Fujibayashi y su equipo han hecho en esta nueva entrega.

'Tears of the Kingdom' supera todos los fallos de 'Breath of the Wild', especialmente a nivel narrativo, donde ahora la historia tiene un peso increíble -y de que la que no pienso mencionar nada, para no arruinarles la experiencia-, y una relevancia constante, algo en lo que favorece sin duda un trabajo espectacular de doblaje en el que me quito el sombrero ante un trabajo excepcional de Jessica Ángeles como la Princesa Zelda y a Jaime Collepardo como el temible Ganondorf, que sin spoilers, es sin duda, la más brutal y emblemática aparición del legendario villano de la saga, en una historia que se ve complementada con misiones principales y secundarias al estilo 'The Witcher 3', que aportan profundidad a los personajes y la trama, una que nunca baja, sino que más bien sube sin parar hasta un clímax que marcará de por vida a los fans de la saga.

La continuidad de la entrega anterior, es latente, pero nunca se siente como una especie de DLC, sino que al contrario, la magnitud de lo que 'Tears of the Kingdom' es, hace sentir -con todo el respeto del caso-, a 'Breath of the Wild' como una beta o demo técnica, expandiendo todo lo que habíamos visto en su primera entrega y llevando cada escenario a un nuevo nivel, tanto figurativo como literalmente, en la que destacarán -ahora sí-, una amplia gama de enemigos con una IA a la altura -se coordinan mejor y aprovechan cada uno de nuestros titubeos para machacarnos-, que nos harán sudar la gota fría -la dificultad ha sido elevada a la 10 y es algo de agradecer-, y con unos nuevos mini-jefes que, nos atrevemos a decir, son más duros, que cualquiera de los que hayamos visto en BOTW, con DLCs, incluidos.

Para hacer frente a ellos, tendremos una lista de poderes nuevos en los que destaca sin dudas, la Ultramano, una nueva habilidad que nos permite fusionar elementos, unos con otros, tan disparatados, como asombrosos, para crear equipos y herramientas que son una verdadera locura. Sí, locura. Y aún así, nos quedamos cortos para describir una de las funcionalidades más creativas y sorprendentes que hayamos visto en más de 30 años como video-jugadores. Hemos probado cosas, que ni en nuestros más locos sueños, hubiesen sido posible. Va más allá de agarrar 4 palos del piso, unirlos a unos cohetes y hacer una lancha a propulsión para llegar a una zona imposible del mapa. Es tomar, elementos de nuestros enemigos, unirlos a nuestro equipo y crear armas tan bizarras como un escudo con pinchos explosivos que explotan cuando nos defendemos de nuestros enemigos. Una locura, en la que no hay límites. 

Habilidades como el retroceso, que hace que nuestros enemigos avancen hacia atrás en el tiempo y que podemos usar de las maneras más creativas (como usar piedras que caen del cielo, para subir a lugares insospechados), la infiltración, que nos resuelve la vida al quedarnos atrapados en un calabozo, o el generador de esquemas, que permite que podamos reconstruir de inmediato cualquier diseño previamente fabricado y la de Ultramano, abren un mar de posibilidades de juego que no tiene punto de comparación y hacen de cada viaje, una experiencia única e irrepetible. 

En este punto, es obligatorio señalar que el secretismo con que Nintendo ha mantenido el mapa, está más que justificado, y que en las más de 60 horas que hemos jugado hasta el momento, no creemos siquiera haber visto el 50% de todo lo que el juego puede ofrecer. Por ejemplo, los santuarios ahora son mucho más grandes y complejos, obligándonos a encontrar formas creativas de resolverlos y sin embargo, se quedan cortos a lo que más habíamos reclamado a BOTW: el regreso de los calabozos tradicionales, cada uno único, complejo y perfectamente diseñado, con una ambientación distinta y acorde a la zona, que nos hará querer perdernos horas en ellos, hasta encontrarnos con lo que más añorábamos.

Sí, 'Tears of the Kingdom' ha hecho la tarea y nos ha traído de vuelta una de las principales características de la saga: jefes finales perfectamente diseñados acorde a sus templos y calabozos, con modelos de combate distintos que se diferencien uno del otro -algo que no pasaba en BOTW con las formas de Ganon-, y que nos brindarán batallas genuinamente memorables, que nos hagan llorar de frustración, en cada muerte y explotar en éxtasis al derrotarlos, por su reto -y especialmente-, por su recompensas que -sin spoilers-, son únicas y esenciales en la jugabilidad. 

Finalmente, estamos ante una obra que saca el mejor provecho de la Nintendo Switch, con un rendimiento completamente ajustado y proporcional a sus capacidades técnicas, en el cual se nota que a diferencia de BOTW -desarrollado originalmente para la Wii U-, que sin llegar a ser un portento de su generación, logra explotar al máximo la consola estrella de Nintendo, con mejoras en los efectos de iluminación, sombras, efectos ambientales (nieve, lluvia, tormentas de arena) y un apartado visual, muy bien pulido, en el que ya no se sienten las caídas de frames en momentos claves como el combate, sino que va completamente fluido y sin trabajas, algo que se agradece enormemente. 

Al final del camino...

Cada segundo de las más de 60 horas que he disfrutado 'TLOZ: Tears of the Kingdom', me devuelve de golpe al año 1996, con 10 años, sentado en el piso de la escuela, leyendo la 'Club Nintendo', deseando llegar de la escuela, tomar el control de la Nintendo 64 en mis manos y quedar nuevamente absorto, incrédulo y maravillado ante lo increíble y majestuoso que 'TLOZ: Ocarina of Time'. Y en un cerrar y abrir de ojos, soy un ingeniero de 38 años con una hija, que sentado en su oficina, desea terminar lo más pronto posible este review para sacar a tiempo la edición de este mes de nuestra revista 'Next Stage' y volver a sumergirse de cabeza, en la imponente obra maestra que es 'Tears of the Kingdom'.

Esa, es quizás la principal referencia que podría dar de 'Tears of the Kingdom' sin hacer spoilers: he vuelto a sentirme como aquel niño de 10 años, maravillado y emocionado en cada mazmorra, cada historia, cada misión secundaria y cada secreto que hemos descubierto en nuestra aventura, con ganas de que no termine nunca y deseando siempre más. Porque 'Tears of the Kingdom', no es un vistazo lleno de nostalgia hacia un pasado maravilloso, sino un vistazo a un futuro glorioso de una saga que a pesar de tener más de 40 años en el mercado, logra re-inventarse, una y otra vez, para re-definir la historia de los videojuegos.

Y sin embargo, tras todo no hay nada que pueda agregar más a este review, que haga justicia a la jodida obra maestra que es 'Tears of the Kingdom'. Nada, absolutamente, nada de lo que diga en este momento, equiparará la maravillosa e increíble experiencia que millones de personas vivirán al momento de iniciar mañana su aventura. Pienso en todas estas personas, a las que el hype hoy les consumen, sin tener ni la menor de idea, de cuanto cambiarían sus vidas a partir de mañana. Y como nunca, las cosas volverán a ser iguales. Pienso en ello, y reconozco que les envidio, un poco, porque desearía poder borrar mi memoria para disfrutar de nuevo, ese mágico momento, una vez más. Porque una vez que termine mi aventura, nada volverá a ser igual. 

Al final del camino, esa es la magia de 'TLOZ: Tears of the Kingdom', la sensación de que estás ante algo tan único y maravilloso, que pasarán no años, sino décadas, antes de volver a disfrutar de nuevo de algo de esta magnitud e impacto generacional. Una obra que marca un antes y un después, no sólo de la saga de 'The Legend of Zelda', sino de la historia de los videojuegos.

'Tears of the Kingdom', los dioses de los videojuegos te saludan.

Bienvenido(a) al olimpo de los videojuegos. 

Calificación final: 10/10

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