Directo y al punto: 'God of War: Ragnarok' no sólo es el mejor juego del año, sino que es uno de los mejores títulos que hayamos disfrutado en nuestra vida. Lo que Santa Monica Studios ha hecho, es de antología y una verdadera locura, evolucionando y llevando cada apartado técnico, jugable, gráfico y narrativo al límite de la perfección, cargando sobre sus hombros el inconmensurable legado de una primera entrega (God of War, 2018) que reunió calificaciones perfectas y elevando todo a la 10 todos sus apartados para regalarnos una sublime obra maestra con todas sus letras.
Si reservaron el juego o están esperando este review para saber si comprarlo o no, permítanme una pequeña recomendación: 'God of War: Ragnarok' es todo lo que ustedes han estado esperando. ¡Todo! He estado esperando durante casi un mes, desde que recibimos el código de review del juego, para compartirles nuestras primeras impresiones. He luchado día y noche con desesperación contra la necesidad de hablar de cada detalle del juego y aún así, hoy les digo, desde lo más profundo de mi corazón: no sigan leyendo más este review, cierren el navegador y eludan cualquier tema relacionado con el juego y esperen con paciencia su lanzamiento, cuando lo tengan en sus manos, sabrán de lo que hablo. Se los garantizo y doy mi palabra: cada segundo de espera, valdrá la pena.
Sí. Así de bueno es. Me importan poco las views, likes o compartidos, pero no hay nada que yo pueda decir hoy sobre 'God of War: Ragnarok' que le haga justicia a la obra maestra que Santa Mónica Studios ha construido con pasión y esmero en cada detalle. Si algo agradezco a esta profesión, es la posibilidad de volver a esa época en la que disfrutábamos un título sin guías, en su dificultad más alta y sin el estrés de que alguien me vaya a spoilear un momento clave del juego que arruine toda la experiencia. Y 'God of War: Ragnarok' debe disfrutarse de esta manera: sin spoilers, sin guías, y en su dificultad más alta, pero especialmente, conociendo sólo lo mínimo.
Tengo una lista muy selecta de 10 títulos que desearía borrar de mi memoria, para jugarlos de nuevo como si fuese la primera vez: Metal Gear Solid, Chrono Trigger, Red Dead Redemption, TLOZ: Ocarina of Time, Indiana Jones and the Fate of Atlantis, The Last of Us, Age of Empires, Resident Evil 2 y The Witcher 3. Títulos que nos dejaron sin aliento por su exquisita y adictiva jugabilidad e imponente apartados gráficos y jugables, pero cuyo mayor mérito fue darnos un golpe a nivel de historia que a la fecha, es imposible olvidar. Hoy, 'God of War: Ragnarok' ingresa a esa pequeña lista de títulos que marcaron un antes y un después en la industria de los videojuegos.
Por todo lo anterior, en este review, no pienso detallar ningún aspecto a nivel narrativo, más allá de su premisa inicial, que de golpe, nos hace sentir como si hubiese pasado un sólo día desde que terminamos nuestra aventura en 'God of War', retomando el hilo conductor de la historia en un ritmo ascendente que no para de crecer en épica y mística, impulsando la narrativa principal y complementándola a través de una amplia gama de misiones secundarias que están mejor escritas, diseñadas e interesantes que la historia principal de más de un título triple A que se haya lanzado en el último año.
Esto se complementa con un apartado jugable que toma la fórmula de éxito de 'God of War' y lo eleva al máximo, con nuevas mecánicas de juego que permiten combinaciones alucinantes que nos mantendrán machacando botones como desquiciados y regalándonos una amplia gama de los combates cargados de pura épica, con algunos de los los enfrentamientos de jefes finales más exquisitos y espectaculares que hayamos disfrutado en la saga, y cuyo mayor potencial se ve exprimido en la dificultad 'Dame God of War'. Sí. Vamos a morir. Muchas veces. Y así es como tiene que ser. En cada combate, aprenderemos de nuestros errores y volveremos a intentarlo hasta convertirnos en la leyenda que hace honor a nuestro nombre y ese enemigo brutal y despiadado al que todos temen.
Sin entrar en spoilers, la esencia del fantasma de Esparta está de vuelta y lo hace en todo su esplendor. Pocos juegos dan tanta satisfacción al eliminar a un jefe final que nos ha sodomizado sin piedad durante una buena cantidad de horas -sí, leyeron bien, horas-, y sentir esa inyección de adrenalina cuando nuestra vida se apagaría con un suspiro y finalmente le vemos caer partido a la mitad con una combinación de ataques especiales que nos dejarán completamente sin aliento, pero con el corazón y el pecho lleno de orgullo; es algo que simplemente, no tiene precio.
Para ello, vuelven los árboles de habilidades, las rúnicas, las reliquias, escudos, armas míticas y un sistema de personalización de combate a la altura de la travesía que nos espera en un mundo semi-abierto que a pesar de repetir algunos de los escenarios más emblemáticos de la primera entrega, amplia la experiencia cambiando completamente todo el entorno que nos rodea, donde la exploración se vuelve uno de sus mayores fuertes y en el que hay secretos, misterios, peligros y recompensas esperándonos en cada esquina.
Columna izquierda, versión de PS5 | Columna derecha, versión PS4 |
Acá hay que hacer la acotación de lo maravilloso y espectacular que se ve el juego corriendo en una PlayStation 5, corriendo en su modo 4K a 30 FPS o en su modo rendimiento a 1440-2160p y 60fps, logrando que nos quedemos más de una vez completamente enganchados a la pantalla, admirando la belleza de sus parajes y alucinando con los detalles de cada uno de los nueve reinos que recorreremos en el juego. Ahora, si bien es cierto, el hecho de que el título sea intergeneracional (que sale en PS4 y PS5) puede lastrar un poco el verdadero potencial que hubiese tenido al salir exclusivamente en next-gen, la realidad es que el juego es visualmente apabullante y estamos ante uno de los juegos más hermosos que existen actualmente en el mercado, tanto en PS4 como PS5.
Y es que aunque en PlayStation 5 va de maravilla, tenemos que reconocer que nos ha impresionado lo bien que va el juego en una PlayStation 4. Tras disfrutar de más de 40 horas en PlayStation 5, decidí probarlo la versión de PS4 -corriendo directamente la PS5- y el juego lucía realmente espectacular. Tan espectacular, que se me hizo sospechoso y me puso a dudar de si la PS5 estaba "carreando" la versión de PS4 y haciéndola lucir mejor de lo que realmente iba de forma nativa en PS4. Pues nada, nos fuimos a instalar el juego en una PS4 Slim y PS4 Pro. Y el tapabocas fue monumental, ya que en cualquiera de las versiones de PS4, el juego va completamente estable a 30 FPS, sin ruidos de avión despegando, caídas de frames, bajas en el rendimiento o bugs que afecten la experiencia jugable.
Detalles a nivel de atmosfera tampoco se quedan atrás, el regreso del uso del imponente uso del plano secuencia sin cortes y en el que todas las "cinemáticas" están siendo creadas en tiempo real logrando un efecto realmente espectacular; como escuchar la respiración de Kratos acelerarse en cada combate o el peso de las fuertes emociones que nuestros protagonistas reflejarán en la historia, sumadas a una banda sonora a cargo de Bear McCreary que sabe mantener el equilibrio de cada uno de los momentos claves del juego, inyectando adrenalina a cada uno de los combates o mística y fuertes emociones a los puntos cumbres de su narrativa.
Valoración final
Podría dedicar horas a este review y nada le haría justicia a la maravillosa joya que nos ha regalado Santa Monica Studio y tampoco podría calmar la desesperación por terminar de escribir y volver a perderme de nuevo en God of War: Ragnarok. Es todo lo que quiero en este momento, dejar de escribir y volver a jugar.
Y esa necesidad de seguirlo jugando, una y otra vez, creo lo dice toda de una majestuosa producción que marca un nuevo estándar en la industria de los videojuegos y le hace candidato indiscutible al GOTY 2022.
'God of War Ragnarok' es una obra maestra con todas sus letras que no sólo se consagra como uno de los mejores videojuegos del año... sino de todos los tiempos.
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