Por Le Fernández | prensa@revistalevelup.com 


A más de treinta años de su primera aparición, hay una afirmación que no podemos negar: Gokú no cambia. 

En una generación de fans que disfruta de personajes con matices y tonos grises -como en las aclamadas Breaking Bad o Game of Thrones- ¿cómo es posible que Gokú siga teniendo relevancia cuando su personalidad permanece intacta en toda la serie? La respuesta puede ser simple.

Gokú es siempre el mismo, y sin embargo, es el corazón de Dragon Ball. Él no necesita cambiar porque ya encontró la verdad que motiva su vida: se puede crecer, mejorar y aprender. 



De él nosotros aprendimos que nuestros desafíos nos hacen más fuertes. Este punto es especialmente visible en su primera pelea contra Vegeta. Luego de literalmente dejarse la vida venciéndolo, le perdona la vida con la intención de seguir mejorando al tener un rival tan poderoso como Vegeta. Con esta decisión cambió por completo la vida del entonces villano, dándole la oportunidad de encontrar por sí mismo su verdadero motivo para vivir (sobre Vegeta hay mucha tela que cortar; pueden dejar un comentario si desean que desarrollemos la vida de Vegeta).

 

Goku no es aburrido por mantenerse siempre constante; y aunque su personalidad no representa tantos matices, podría tener la mejor virtud de todas, es un agente de cambio. Vegeta, Piccolo, Trunks del futuro y Krillin, todos cambiaron su vida para bien después de encontrarse con el aura de Goku, pues irradia la energía de que se puede ser mejor. 


La cantidad de veces que Krilin ha muerto en lo que llevamos de DB suena como chiste; pero es un personaje increíble. Aun cuando siempre muere; él regresa, entrena, mejora y sigue luchando; es esa persistencia y valor lo que le permite terminar la serie felizmente casado con 18 (quien todos pensábamos es mucho más atractiva que él) pero es esa actitud frente a la vida lo que lo lleva al éxito. 



Krilin  no era así al inicio; le temía al trabajo duro y estaba dispuesto a mentir o engañar para recibir entrenamiento con el Maestro Roshi; Gokú (con todo y su personalidad plana) lo inspiró.

 

El arco de Gokú no se acaba porque su verdad no cambia, y  sigue cambiando el mundo que lo rodea; parte de este mundo somos todos los fans que incluso envidiamos su optimismo.

 

Existen muchas razones para amar Dragón Ball: sus peleas épicas, la explosión de poder, los opennings y endings, los chistes ocasionales... pese a esto hay dos tipos de personas: las que les gusta el animé y las que no. Sin importar cual de las dos seas, puedes disfrutar del cambio que Gokú contagia: “Siempre se puede ser mejor”.


Este artículo representa el criterio personal de quien lo firma. Los artículos de opinión publicados no reflejan necesariamente la posición editorial de Revista Level Up. 


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