Por Hugo Torres | prensa@revistalevelup.com

La espera finalmente acabó. El pasado 25 de agosto, DC Comics publicó, de manera oficial, la miniserie "Batman: Three Jokers", bajo la línea "Black Label". De la mano del escritor Geoff Johns y el artista Jason Fabok, esta historia se estuvo gestando desde mucho tiempo atrás, con detalles que se vinieron adelantado, a través de los medios, y que, tras una extensa campaña publicitaria, generó una inmensa expectativa alrededor del proyecto.

Todo ese "hype" no fue para menos, ya que, desde el final de la era New 52 y el inicio de Rebirth, se dejaron algunos indicios sobre la posible presencia de tres entidades bajo la sombra de Joker; justamente el argumento principal de esta narración. Por eso, aprovechando el debut de la serie, repasaremos los eventos que se presentaron entre las páginas del primer capítulo.


El relato inicia con un Batman malherido que llega con dificultad a la Bati-Cueva, donde Alfred, como de costumbre, le trata las heridas, mientras que el héroe recuerda los motivos de cada cicatriz, y cada impacto que le ha dejado una marca indeleble sobre su piel. La serie de memorias terminan en el recuerdo de aquella terrible risa y de su más profunda herida: la muerte de sus padres.

A partir de acá, la narrativa nos muestra una sucesión de "flashbacks" que conducen a terribles encuentros con este villano. No sólo Bruce Wayne guarda malas experiencias, sino también sus pupilos: Jason Todd y Bárbara Gordon, quienes, como es bien sabido, vieron sus propias vidas amenazadas a manos del mayor enemigo del Murciélago. De esta forma, se le presenta al lector, un recuento de tres facetas del Príncipe Payaso del Crimen, cada una vinculada especialmente con un héroe:


"El Criminal"

Es el clásico villano inspirado en la Edad de Oro de DC Comics, quien vio la luz en Batman No. 1 (1940) para ser el eterno némesis del Cruzado Enmascarado, y cuya identidad se ha mantenido incógnita a lo largo del tiempo. Bruce rememora los múltiples enfrentamientos que ha tenido contra él, y cada lesión que éste le ha provocado. Es definido por Fabok como aquel que "realmente no sonríe" y además es una "versión fría y calculadora del Joker, un autor intelectual criminal".


"El Comediante"

Éste es el hombre que vio frustrada su carrera en la comedia y, tras una vida de desgracias, se transformó en la "Broma Asesina". Aquel excéntrico payaso, quien tocó a la puerta del departamento de James Gordon y, con una enorme sonrisa en el rostro, detonó su arma hacia el abdomen de la joven hija del comisionado; para probar su punto: "Sólo basta un mal día para sumir al hombre más cuerdo del mundo en la locura". El artista de la serie lo describe como un sujeto "muy psicótico y simplemente malvado, siempre está sonriendo y riéndose".


"El Payaso"

Inspirado en el bromista de los años 40's y 50's, este Joker es aquel que le arrebató la vida a Jason, el segundo Chico Maravilla, con el fin de causarle un duro golpe a Batman, cuyas consecuencias marcaron la vida del vigilante para siempre. Es por esto que Fabok se refiere a él como un ser "más brillante, más ruidoso y mucho más corpulento".


Simultáneamente a esos recuerdos, una serie de crímenes se suscitan: el asesinato del último de los Moxon, el homicidio del comediante Kelani Apaka y el descubrimiento de los cuerpos de tres empleados de Ace Chemicals. Debido a que los delitos fueron reportados bajo la autoría de Joker (posiblemente como parte de su propio plan), las autoridades llegan a la conclusión de que el villano tuvo que haber estado en tres sitios a la vez, por lo que Batman deduce que el asesino ha estado utilizando impostores para esparcir su caos por la ciudad.

Tras un percance con una de las víctimas, el Caballero Oscuro une fuerzas con Batgirl y Red Hood para lanzarse a investigar los asesinatos y conectar los puntos en común. Mientras, en una cabaña cerca de la autopista, se revela lo que los fans estuvieron esperando por un largo tiempo, la verdad detrás de tanta expectativa: finalmente las tres entidades se encuentran en una escena bastante insólita. "El Payaso" y "El Comediante" se dirigen hasta su líder ("El Criminal"), donde reciben las siguientes órdenes para proceder con el plan: la broma definitiva.

Cuando seguían los rastros de la toxina dentro del acuario de Gotham, el trío de justicieros encuentran unos tanques repletos de especies marinas con mutaciones morfológicas, como pirañas sonrientes. En tanto se admiraban por la extraña escena que estaban presenciando, son sorprendidos por "Gaggy", viejo compinche de Joker, quien envía su pandilla a atacar a la Bati-Familia y reclama a Red Hood bajo su dominio; sin embargo, a pesar de ser superados en cantidad, los héroes logran reducir con facilidad a los malhechores y deshacerse del pequeño líder, quien es devorado por un gran tiburón mutante.

Momentos después, en lo que se recuperaban del combate, son atacados por el "El Payaso", quien se aparece con todos sus trucos para abatirlos, aunque, de igual forma, es vencido en el enfrentamiento. Justo cuando los vigilantes discuten sobre la autenticidad del sujeto que acaban de derribar, Batman recibe una alerta sobre otro Joker que está siendo acorralado por la policía. Por lo que les encarga a sus compañeros la tarea de custodiar e inmovilizar al sujeto que se encuentra inconsciente en el suelo.

Una vez que recupera el sentido, el villano se burla de Jason Todd y le recuerda el trágico evento por el cual atravesó años atrás. Le recalca que, aunque haya revivido, a fin de cuentas, su locura ganó, porque lo terminó convirtiendo en su "propio Robin", llevándolo hasta el punto de adoptar la capucha roja como símbolo. Ante tales provocaciones, Red Hood se llena de furia y, motivado por la sed de venganza, se propone asesinarlo y darle fin al reinado de crímenes de una vez por todas.

Batgirl se lanza hacia su compañero para frustrar su propósito, pero falla en el intento, y el demente cae abatido por un impacto de bala en la cabeza. Ambos enmascarados discuten y, finalmente, Bárbara se marcha molesta del lugar y Jason mira detenidamente el cadáver, esperando que ese tipo sea el verdadero Joker. Así, acaba el primer episodio de esta miniserie, dejando un tremendo "cliffhanger" para la segunda parte.

En síntesis, queda en evidencia que la narrativa de este ejemplar abraza el mítico legado del personaje, apelando a la nostalgia de los lectores, por medio de diversos "flashbacks" hacia célebres viñetas y paneles del villano en diversos cómics; recreadas magistralmente, en esta ocasión, por los trazos del artista. Con este relato, la dupla creativa conformada por Johns y Fabok, nos ofrecen una reinterpretación de la mitología tras la figura de Joker, desde una exploración profunda a través de tres de sus facetas más representativas.

Siendo este infame individuo todo un ícono del misterio, un "John Doe" por excelencia, con un origen indeterminado y variable, cabe la posibilidad de que nada de lo que suceda sea realmente cómo parece. La historia establece un buen punto de partida para el desarrollo de los siguientes eventos, que, tal cual prometieron sus creadores, marcará un antes y un después en la historia del personaje, desde su concepción hace ochenta años. De modo que es totalmente válido darle una oportunidad a esta nueva serie, cuya trama ofrece un desenvolvimiento interesante, acompañado de un arte visual tremendamente llamativo. La continuación de estos sucesos llega hasta el próximo 29 de setiembre, con la publicación de "Batman: Three Jokers", Capítulo Dos.

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