Por Pablo Vargas | pvargas@revistalevelup.com.

AdvertenciaEl presente análisis se encuentra completamente libre de spoilers. Hemos invertido más de 50 horas en 'The Last of Us Part II' y no queremos que ninguno de los jugadores(as) que van a comprarlo vean su experiencia de juego arruinada con detalles nivel narrativo, jugables o giros inesperados de la historia que puedan empañar la sorprendente y polémica producción de Naughty Dog.


Al punto: tras más de 50 horas de juego, podemos decir con propiedad que cada atributo, cada nota sobresaliente y cada alabanza con el que la prensa internacional se ha rendido a los pies de la nueva creación de Naughty Dog no le hace siquiera justicia a lo imponente, hermoso, adictivo, sólido, sorprendente, desgarrador y sublime que es 'The Last of Us Part II'. No obstante, de la misma forma en que exponemos nuestra apreciación final de primera entrada, no tapamos el sol con un dedo y somos conscientes de que lo nuevo de Neil Druckmann no es una obra para todos los gustos y que como toda gran obra de autor, generará sentimientos y pasiones encontradas, detonando incluso diferencias fuertemente contradictorias, entre la apreciación de la crítica y el sentimiento de los fans.

Sin embargo, no es la primera vez que esto ocurre. En nuestro review 'The Last of Us' en el año 2013, indicamos la joya de Neil Druckmann era el equivalente en la industria de videojuegos, a lo que Francis Ford Copola hizo con 'El Padrino' (1972), a través de una historia perfecta de principio a fin y que una sola frase (la frase) marcaría un antes y un después en la forma en que se perciben los videojuegos, pasando de visualizarse como mero entretenimiento a convertirse en verdaderas obras de arte. 


Quizás por ello, durante casi siete años, profesamos -una y otra vez-, que la posibilidad entorno a una segunda parte a la tragedia griega de Joel y Ellie era completamente innecesaria para lo que considerábamos, el final perfecto de una historia sublime que no necesitaba nada más que agregar. Pocas obras pueden presumir de haber doblado la apuesta y superado lo que era por sí sólo perfecto. Entonces, ¿por qué arriesgar y echar por la borda todo cuanto se ha construido?

Porque, en pocas ocasiones cuando se apuesta el todo o nada ocurren pequeños y hermosos milagros como lo son 'Godfather Part II' (1974) a través de una historia tan hermosa, tan desgarradora y tan emocionante que no sólo equipara, sino que llega a superar en algunos puntos, a su obra original. Y creo que esa es la mejor analogía para explicar lo inconmensurable que es 'The Last of Us Part II'; porque si 'The Last of Us' es el 'El Padrino' de los videojuegos, la nueva producción de Naughty Dog ingresa con méritos propios, a esa reducida lista de segundas partes que rondan casi el milagro, de superar a obras de arte que ya eran por sí solas, perfectas y elevar una vez más la apuesta, con todo lo bueno -y lo malo-, que eso significa. 

The Last of Us Part II: El Padrino Parte II de los videojuegos...


Si Neil Druckmann lo hizo adrede o no, resulta al menos curioso que la obra de Francis Ford Copola y lo nuevo de Naughty Dog hayan tomado la decisión de eludir la clásica numerología de secuelas en su título, para optar por incorporar el particular 'Parte II', como una declaración de que no se trata de una tradicional secuela, sino de una continuación directa de una obra intima, personal y profunda que es escrita apasionadamente, en la que no importa el que, sino el cómo, y que representa la derrota moral del héroe tradicional para establecerse como una gigantesca obra de arte, que a través de una historia cruda y desgarradora, nos confronta con lo mejor y lo peor de nosotros mismos.

Y es que si 'The Last of Us' representaba el lado más oscuro de LA humanidad; 'The Last of Us Part II' representa el lado más oscuro de NUESTRA humanidad. Es grato confirmar en persona, que todo cuanto se dijo en los leaks y filtraciones previas, no ha afectado ni una pizca la experiencia global que la travesía de esta poderosa historian narra. Neil Druckmann no se anda corto de miras y pone toda la carne en el asador para narrar con maestría una historia mucho más personal, cruda y desoladora de lo que fue su primera entrega, a través de una narrativa cargada de emociones fuertes y sentimientos contradictorios sobre lo bueno y lo malo, que no tiene reparos en golpearnos de frente, y sin temores, una y otra vez a la cara. 


A pesar de algunos brincos y saltos, es para ovacionar de pie el valor y el coraje que ha tenido Druckmann en cada uno de los aspectos narrativos que ha empleado para firmar la que es su mejor historia hasta la fecha. La travesía de Ellie y Joel es una montaña rusa de emociones que retratan con pulso magistral una historia de venganza, amor y odio, que narrada a través de múltiples saltos temporales -cuál exquisito guión de Mario Puzzo-, va desgranando cada uno de los detalles claves e importantes de la historia, para dejarnos en más de una ocasión completamente en lágrimas y sin aliento, o soltando revelaciones transcendentales capaces de dejarnos con cara de asombro y al borde del colapso emocional. 

Ese sello tan característico en la narrativa de Naughty Dog que se vio manifestado de forma maravillosa en en el epilogo de 'Uncharted 4: A Thieft End', se manifiesta una y otra vez en la historia de 'The Last of Us Part II', fundamentada en una escritura de nivel cinematográfico en el que cada personaje -por muy pequeño que sea-, está construido con aplomo. Cada diálogo, cada frase, cada nota encontrada en el camino, aporta una y otra vez, su grano de arena para sentir que estamos ante una historia sólida, sin huecos ni desaciertos, y en el que nada, absolutamente nada sucede por casualidad y todo tiene una razón de ser, por muy increíble o doloroso que nos parezca.


La historia nos sumerge en un mundo tenso, oscuro, en el que la nuestra moral se ve confrontada sin reparos y a conciencia; una trama en la Naughty Dog ha sido capaz de hacer que odiemos y amemos cada personaje en una travesía en la que no existe blancos ni grises, manteniendo al jugador siempre al borde del asiento, creando en su mente teorías rápidas de que será lo siguiente en suceder y de golpe, en un mar de situaciones inesperadas, dar un giro de 180° que nos deja completamente desolados y con el corazón en la mano. Y esto es gracias a su amor incomparable por los pequeños detalles.

Naughty Dog y su inconmensurable amor por los detalles...


Detalles que dejan huella: esa, es la marca de la casa de Naughty Dog. Una técnica que han ido perfeccionando entrega tras entrega y que encuentra en 'The Last of Us' el punto cumbre de su escalada narrativa; porque la historia 'The Last of Part II' no solamente se cuenta en lo que vemos, sino en lo que escuchamos y leemos expandiendo un mar de sub-tramas que impactan hasta el alma y calan hasta los huesos. Detalles pequeños que son imperceptibles de apreciar sin haber pasado previamente por 'The Last of Us' y la expansión de la historia en  'Left Behind', se presentan una y otra vez a través de los coleccionables, las notas, los documentos y pequeñas conversaciones que tienen los NPC's de la historia. 

Esa búsqueda de un estilo narrativo de contar a través del entorno y el ambiente, las notas, los documentos y personajes secundarios, se ve perfeccionada en su segunda entrega en cada uno de sus escenarios. Si en 'The Last of Us', el corazón se nos hacía un puño al recorrer las alcantarillas, ver las manitas de niños y niñas pintadas en sus paredes, augurando quizás un rayo ínfimo de esperanza, -en una especie de calma previa a la tormenta-, que terminaba luego dándonos un golpe bajo de cruda y grotesca realidad; en 'The Last of Us Part II', veremos ese sello marca de la casa, una y otra vez. 


Desde escuchar a un NPC conversando con otro, ver a un enemigo lamentando la muerte de un compañero(a), hasta los diálogos casuales que ocurren al fondo de nuestra aventura; Naughty Dog ha perfeccionado su narrativa ambiental, usando cada detalle en favor y avance la historia. Un ejemplo claro de esto, lo vemos en que cada uno de los enemigos que enfrentamos en la historia tiene un nombre. Y esto, quizás dicho a la ligera, pierde su enfoque e impacto, pero es un punto transversal de lo que Naughty Dog quiere lograr y que ya había puesto en manifiesto en el final de 'Uncharted 2: Among Thieves', cuando Zoran Lazarevic nos cuestionaba a la cara, que no eramos tan diferentes a él, dejando también un mar de cuerpos sin vida, para lograr un objetivo.

Ese pequeño atisbo de realidad y amor por los detalles, Naughty Dog lo magnifica y lo pone al servicio de la historia. Cada enemigo, tiene un nombre. Y Neil Druckmann quiero que lo sepamos. Quiere lo recordemos. Y quiere que carguemos con ello. Y para ello, nos lleva a sacar lo peor de nosotros, aun cuando no lo deseamos. De la misma forma en que Hideo Kojima, nos obligó a apretar el gatillo en 'Metal Gear Solid 3', Naugthy Dog nos llevará al límite de nuestras capacidades morales y éticas, con decisiones arriesgadas y polémicas, que nos dejarán sentados frente a la pantalla, con lágrimas en los ojos, el control en las manos y un silencio sepulcral cargado de culpa. 


Esto es algo que vemos también potenciando a un nivel gráfico completamente sin precedentes para la compañía norteamericana y una exquisita jugabilidad en la que Naughty Dog ha tomado nota de todas sus lecciones aprendidas hasta perfeccionarla en esta nueva entrega. Es difícil explicar la sensación que se percibe al tener el control en nuestras manos y vivir en carne propia cada una de las pequeñas y exquisitas micro-experiencias que se transmiten en cada tramo de la historia, especialmente en todo el apartado visual y jugable, lo que nos lleva al siguiente punto.

¿Las segundas partes son realmente buenas?


Hay que decirlo sin tapujos: 'The Last of Us Part II' es el punto cumbre de la evolución técnica de Naughty Dog. Su apartado gráfico roza el fotorealismo en cada uno de sus escenarios y obliga al jugador(a) a detenerse por un momento y contemplar poder de detalle gráfico que supera con creces lo que ya había hecho en 'Uncharted 4: A Thieft End' y se equipara a nivel generacional con lo mostrado hasta la fecha por 'Red Dead Redemption 2', 'The Witcher 3: Wild Hunt' y 'God of War'. 

Pocos títulos pueden presumir de manejar con tal grado de detalle y realismo factores de inmersión claves como lo son el agua, la lluvia, el fuego, y las físicas de movimiento al relacionarnos con el entorno. Es simplemente exquisito visualizar como Neil Druckmann ha tomado lo mejor de cada una de las producciones de Naughty Dog, lo ha elevado a la 10 y puesto en función de la jugabilidad y la historia. Porque al final no se trata solamente lo bello que se ve, sino de la forma en que se siente y emplea toda esa hermosura desde el punto de vista jugable. 


La manera más fácil de describirlo, y sin entrar en spoilers, es con esta escena de uno de los primeros gameplays del juego en el E3 del 2018. Ese grado de jugabilidad que se se transmitía en cada movimiento de Ellie de forma tan natural y realista, hizo que muchos -este servidor incluido-, dudará que ese escenario estuviese corriendo realmente en una PlayStation 4. La forma tan natural en la que Ellie tomaba los objetos, se defendía, atacaba, contraatacaba... era demasiado real y demasiado bueno para ser cierto. Y lo reconozco. Dudé de su veracidad en el momento. Hoy, con propiedad, puedo decir que nunca estuve más feliz y orgulloso de haberme equivocado. Lo mostrado en esa demo jugable, no es siquiera una décima parte de lo bien que se siente -y se ve-, la versión final del juego pre-parche de lanzamiento. 


Asimismo, la inteligencia artificial que presenta el juego es ridículamente impresionante. En la dificultad por defecto, los enemigos suponen un enorme reto, pero donde realmente se le saca el verdadero jugo al título es en el modo difícil o en modo sobreviviente. No podemos narrar la sensación de tensión y estrés -que hacen sonrojar a más de un survival horror-, al obligarnos a sacar lo mejor -o peor-, de nosotros para poder sobrevivir a un grupo de enemigos que se comunican entre sí, son capaces de detectar a nuestros acompañantes, ver como los enemigos usan a sus perros para olfatear y rastrear cada uno de nuestros pasos o vivir en carne propia el terror de como tras iniciar un tiroteo con humanos, ante el ruido de las balas acuden una ola de chasqueadores que ahora no sólo son capaces de seguir nuestros pasos, sino también de abrir puertas y buscarnos sin descanso; en escenarios y condiciones de combate que nunca son iguales.


Para dicho efecto, a nuestro beneficio, habrá una nueva y amplia gama de armas (pero no tanto de municiones) y habilidades que tendremos que explotar hasta la última gota, usando en la medida de lo posible la discreción para pasar desapercibidos y hacer que cada disparo cuente, en escenarios de sigilo que no tienen nada que envidiar a la experiencia que transmitían en su momentos títulos del calibre de 'Metal Gear Solid', 'Splinter Cell' y 'Hitman'. Y aún, cuando todo sale mal, el juego siempre deja abierta la puerta de enfrentar el combate directo de forma natural y exquisita que sólo hemos experimentado previamente en 'God of War' o 'The Witcher 3'. Huir de un tiroteo, escapar a rastras por el suelo, coger una botella, estamparla contra la cara de un enemigo para iniciar un combate cuerpo a cuerpo, en el que cada movimiento cuenta, es una experiencia única e irrepetible que mejora todo cuanto se crítico de su primera entrega y lo eleva nuevamente a la décima. 

La experiencia más cercano a un juego de mundo abierto


A esto podemos sumar que no hay duda que 'The Last of Us Part II' es la obra más grande y ambiciosa que ha producido Naughty Dog. Y aunque estemos acostumbrados a escuchar esta frase casi de estribillo, realmente lo es. Los escenarios que recorremos se sienten tan vivos, inmensos, reales y atractivos que no incitan a otra cosa que ser recorridos. Cada uno de ellos, cargados de detalles y coleccionables que en una primera partida en dificultad 'Dificil' nos ha tomado más de 52 horas en terminar y hemos dejado apenas al 60-70%. 

Esto habla muy bien de la atracción que genera el entorno que recorremos, con escenarios completamente reactivos a cada movimiento de nuestros personajes, los cuales cargan -a criterio de este servidor-, con uno de los repertorios de animaciones más impresionantes y reales que hemos visto en casi 20 años de ser apasionado de los videojuegos. Todo, absolutamente todo, en el entorno influye en las expresiones faciales de los personajes: desde la lluvia, hasta las físicas de movimiento.


Si ya en 'Uncharted 4' era impresionante ver como cada movimiento de Nathan generaba una reacción en las armas, objetos y artefactos del juego, la amplia gama de animaciones que cargan en cada acción que realizamos es 'The Last of Us Part II' para ver y no creer. Es inevitable pensar cada 30 segundos en el deseo de hacer un vídeo que recopile cada uno de los pequeños y magníficos detalles que observamos en nuestra aventura para compartirlo con ustedes. La forma en que se recogen los objetos siempre diferente, las animaciones y reacciones de los personajes ante el frío, la lluvia, los golpes y los entornos hace que la palabra sublime, se quede corta.

Lo mismo aplica para un nivel de violencia y realismo gráfico que nunca antes habíamos visto en un videojuego de este tipo. La muerte de cada personaje, enemigo o NPC la sentiremos en el alma. Con más de 14 años atendiendo emergencias médicas, hace que se nos estremezca la piel el observar lo fidedigno en que luce y se comportan la sangre en 'The Last of Us Part II'. En múltiples escenas, nos hemos cuestionado una y otra vez -al punto de no querer saber-, como Naughty Dog ha logrado ese grado de realismo de forma tan explicita, al ver como un enemigo se ahoga en su propia sangre tras recibir un disparo o la forma en que la sangre fluye a través de una mutilación directa y sin escrúpulos. 


Y este es un punto importante: la violencia gráfica en este juego, es por lo menos hasta la fecha, algo nunca antes visto: cráneos que sobresalen tras recibir un disparo en la cabeza, torsos mutilados a la mitad, intestinos y viceras completamente expuestas, los gritos de dolor de un enemigo al amputarles un brazo o pierna con una escopeta o machete, es... simplemente jodido y asombroso. Sí. Jodido y asombroso. No hay otra forma de expresarlo. Hace sentir a 'Doom Eternal' como un patio de juegos de niños. 

Por todo lo anterior, 'The Last of Us Part II' no es un juego para personas sensibles. Porque su violencia es gráfica, muy gráfica, aunque todo, nuevamente al servicio de la historia. Porque contrario a otros títulos, la violencia no es gratuita. Todo cuanto pasa está servido en función de la trama. De que lo somos y lo que podemos ser. Lo que nos lleva nuevamente al punto transversal de este análisis: su historia; el eje transversal que no dejará a 'The Last of Us Part II' impune en la escala percepción y valoración final de muchos jugadores(as) que disfrutaron o aborrecieron la primera entrega. 

¿Es The Last of Us Part II: el mejor juego de esta generación?


Al cierre casi de la generación, la pregunta es obligatoria. ¿Es 'The Last of Us Part II' el mejor juego de esta generación? Sin spoilers, la respuesta corta a la pregunta es no. Pero... sí es uno de los mejores videojuegos de la presente generación y posiblemente de la historia. ¿Por qué? Bueno. Porque a pesar de tener uno de las historias mejor escritas en la industria de videojuegos, 'The Last of Us Part II' posee golpes de guión realmente magistrales que quitan el aliento... y otros giros a nivel de historia que necesitarán de un pequeño empujón de parte del jugador(a) para aceptar las cosas como son, por mucho que estás duelan.

Lamentablemente, esto es una realidad que no se puede negar ni tapar: habrán personas que amen 'The Last of Us Part II' con todas sus fuerzas y personas que lo aborrezcan hasta el último de sus días. Y no, no tiene que ver con los leaks y filtraciones, que es importante aclarar, nuevamente que nada de lo mostrado hasta la fecha revela nada del final definitivo del juego. Sino de que se trata de una obra en la que no habrá punto intermedio con sus apreciaciones. A 'The Last of Us Part II' o lo amas, o lo odias. Y no tiene nada de malo.


¿Le hace esto un título que debemos dejar pasar de lado? Jamás. Es un título de compra imprescindible entre todos los usuarios(as) de PlayStation 4 que superen los 18 años, porque pocas veces tenemos el privilegio de ver obras tan oscuras y maduras como lo es  'The Last of Us Part II', y es aún más indispensable entre aquellos que amen las buenas historias y visualicen los videojuegos como más que mero entretenimiento. Porque, como lo mencionábamos al principio de este review, la nueva producción de Naughty Dog ingresa con méritos propios en esa reducida lista de segundas partes que rondan casi el milagro, de superar a obras de arte que ya eran por sí solas, perfectas y elevar una vez más la apuesta, con todo lo bueno -y lo malo-, que eso significa.

Ese, es el riesgo de una obra tan persona e íntima como ha que ha firmado Naughty Dog para despedir la generación. Y Neil Druckmann lo sabía. Arriesgó, apostó... y para este servidor... ganó. Y nosotros, con él. Y se lo agradecemos. De corazón. Porque la industria de los videojuegos necesita a más directores y productores como Neil Druckmann, Hideo Kojima, David Cage, Dan Houser, Cory Barlog e Hidetaka Miyazaki. Genios creativos capaces de arriesgar todo su prestigio para intentar algo nuevo, y lograr a pesar de sus fallos, seguir innovando, pero sobre todo, creativos que se atreven a dar el paso que muchos temen dar para seguir respaldando que los videojuegos más que mero entretenimiento, son arte. Y eso, al final es lo que importa con 'The Last of Us Part II'. Es una bella y sublime obra de arte, que aún con sus pequeños fallos, supera con creces todas las expectativas.

Lo bueno

(+) Su apartado visual presenta un avance gráfico que supone una revolución que eleva los estándares de su generación; eleva el nivel de lo que se ha mostrado hasta la fecha en juegos de su mismo estilo y género.
(+) Sus trailers y avances previos no le hacen justicia a la versión final; superando todas las expectativas a nivel gráfico y de rendimiento con respecto a sus primeros avances; no engaña al jugador(a) en lo mostrado versus el producto final.
(+) The Last of Us Part II presenta un nivel de obsesión por los detalles que sorprende a propios y extraños por su realismo; su nivel de detalle eleva la barra del género y supera todas las expectativas; es un título que roza lo realista en cada uno de sus detalles.
(+) Las mecánicas de juego son innovadoras, realistas, divertidas y adictivas; posee un nivel de evolución y dificultad que crece de forma gradual y natural; invita a completarlo al 100%.
(+) Los personajes principales y secundarios se encuentra bien definidos; sus motivaciones son realistas, interesantes y acorde al universo del juego; invita al jugador(a) a identificarse con ellos y las situaciones que les rodean; su evolución es natural y llegas amar a quienes debes amar y odiar a quienes debes odiar.
(+) Ingresa a la lista de los mejores juegos de su generación; se convierte en clásico indispensable y de revisión obligatoria entre los amantes del género. 

Lo malo

(-) A pesar de tener uno de las historias mejor escritas en la industria de videojuegos, 'The Last of Us Part II' posee golpes de guion realmente magistrales que quitan el aliento... y otros giros a nivel de historia que necesitarán de más que un empujón de parte del jugador(a) para aceptar las cosas como son para seguir adelante con la historia. 
(-) El juego siempre nos está recordando donde está el siguiente paso, el punto clave y/o los objetivos necesarios para avanzar, lo que le resta realismo; para nuestra fortuna, esta función se puede desactivar desde el menú inicial.
(-) Posee uno de los mundos más vivos e inmersivos creados por Naughy Dog, pero desaprovecha la oportunidad de sacarle mejor partido a ciertos detalles y segmentos que se vuelven extremadamente líneales; los puzzles son simples y repetitivos, no suponen un reto al jugador(a) ya que todo salta a la vista en todo momento para poder resolverlo de la mejor manera. 
(-) Desaprovecha en algunos momentos la atmósfera del juego, apresurando el ritmo en favor de lo narrativo; su tramo final genera pasiones dividas, algunos lo considerarán sublime, otros infumable; no hay punto intermedio. 

Calificación final: 9/10


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