[Review] Batman: Rebirth

 Por Hugo Torres | Escritor

En mayo de 2016, DC Comics se atrevió a realizar un reajuste al que fuera su más reciente y significativo reinicio llamado “New 52”, el cual pasaría a ser sustituido por una nueva etapa editorial presentada a los lectores por medio de un “One-Shot” de ochenta páginas bautizado como “DC Rebirth”. Este único tomo se aprovecharía para introducir una historia inédita, plagada de misterio y confusión, que llegaría acompañada del inesperado regreso de Wally West a la cronología actual; siendo ésta una trama que se extendería por los próximos años, donde muchas de las interrogantes que se plantearon en un comienzo, no han sido esclarecidas hasta el día de hoy.

Como consecuencia, los comics regulares de la franquicia sufrieron no otro reseteo, sino una readaptación que partiría de la cronología “Post-Flashpoint”, pero bajo la premisa principal establecida a partir de Rebirth. Esto, claramente influyó en las historias individuales de los “héroes insignia” de la casa editorial, quienes verían sus historias ser alteradas bajo una nueva narrativa; entre ellos cuales destacan Superman, Wonder Woman, Green Lantern, The Flash y, por supuesto, el“Caballero de la Noche”: Batman.

La serie regular de este último pasaría desde las manos del reconocido Scott Snyder (“Death of the Family”, “Court of Owls”, “Dark Nights: Metal”) hasta las del entusiasta Tom King, un ex-oficial de la CIA que encontraría su vocación en la escritura de cómics. De modo que se continuaría con el legado del personaje, partiendo ahora de la perspectiva de un autor que traería consigo un nuevo
argumento para el relato.

Desde un principio se presenta a un Batman agotado y solitario quien, aún después de varios años de servicio, aún se cuestiona si realmente ha cumplido la promesa que hizo en honor a sus padres. Se le mira siendo un héroe, salvando a los pasajeros de un avión a punto de estrellarse en Gotham, para luego ser sorprendido por dos nuevos metahumanos; a quienes tomaría como pupilos. Pero, como es habitual en la historia del encapuchado, la tragedia toma protagonismo y termina arrebatándole el control sobre sus nuevos protegidos. A raíz de ese momento, se puede notar cómo el “Caballero Oscuro” es llevado al extremo en cada arco argumental por el que atraviesa, como cuando se enfrentó a la organización militar del coronel Kane, o cuando tuvo que realizar lo imposible por detener una invasión monstruosa con ayuda de la “Bat-Family” o, incluso, cuando sufrió la aparente pérdida de su tercer Robin: Tim Drake.

Es así como, víctima de las circunstancias, varios incidentes han acompañado al personaje a lo largo de su serie, pero entre todos ellos hay uno que marca un momento clave, el cual toma lugar cuando Batman se embarca en un viaje, en búsqueda de Bane, y acompañado por Catwoman. Aquí es donde surge el detonante de toda una serie de eventos posteriores que, inclusive hasta la fecha, siguen teniendo consecuencias sobre la vida del justiciero.

A partir de ese primer acercamiento Batman y Catwoman se ven enfrascados en cada vez más aventuras, trabajando como equipo y compartiendo momentos destacables que, a lo largo del tiempo, culminarían en planes reales de boda; situación que caló profundamente en la opinión pública, dividiendo a los fans entre quienes disfrutaban ver al héroe ceder ante los encantos de Selina y quienes preferían más acción y menos amorío. Sin embargo, lo inesperado sucedió, cada evento pasado condujo a un Batman convencido, dispuesto a dejar la capucha, sobre un tejado durante la noche, esperanzado por encontrar la paz, pero, en el momento culminante, una carta aparece en escena, desbastando el corazón del pobre hombre; la mujer que ama no es capaz de obligarlo a dejar su vocación, por estar a su lado.

Pese a la calamidad, la vida continúa y el deber del héroe no se acaba; eso queda claro al observar a un solitario y obsesionado Batman quien es consumido por la necesidad de combatir el crimen para aplacar el dolor que lo atormenta. Y así lo hace, hasta que, mientras investigaba fervientemente un caso, es acorralado y consumido en una serie de pesadillas inducidas, donde experimenta, hasta el cansancio, sus miedos. Sin embargo, al sobrepasar ese duro obstáculo, se revela que todo ha sido un plan estrictamente elaborado por el mismo Bane, quien durante todo este tiempo, desde las sombras, ha estado jugando con la psique del protagonista, llevándolo hasta el límite y, de paso, probando ser un arma sumamente letal contra el héroe.

Como si fuera poco, algunos números después, el regreso de Thomas Wayne (proveniente del universo Flashpoint), marca un punto de fractura que lleva al vigilante hasta tocar fondo, débil, imposibilitado, siendo desterrado de su amada ciudad a manos de su propio padre; introduciendo un drama familiar exquisito, donde el Dr. Wayne cumple el rol de un villano con un propósito “noble” (al querer apartar a su hijo lejos de tanto sufrimiento), y Batman siendo el héroe con una voluntad irrompible. En estos números se evidencia claramente el juego de poder, el choque de fuerzas imparables y el manejo del eterno dilema de dejar el manto de justiciero en pos de la felicidad. Cabe destacar que ambos personajes habían tenido un momento especial previo durante su reencuentro en la miniserie “The Button”.

Fuera de todo pronóstico, el héroe logra escapar por sus medios y de nuevo el factor sorpresa se presenta en la historia cuando Selina encuentra a Batman, lo ayuda a sanar sus heridas y, en la intimidad de su exilio, renace el sentimiento mutuo y la inspiración de Bruce por regresar. Es así como, en el más reciente arco argumental de la serie, mientras Bane gobierna Gotham, Batman regresa junto con Catwoman, a tomar justicia, encontrándose con el temible villano, para proponer y efectuar un último enfrentamiento, el cual, para asombro de todos, es frustrado por Thomas, quien sigue firme en su causa.

Así pues (en el último número lanzado antes de la redacción de este artículo), con una Bat-Family imposibilitada, un Alfred asesinado cruelmente a manos de Bane, y una ciudad en caos, Batman se sobrepone a la desgracia. De modo que, con un propósito claro, llevado en todo momento hasta el límite, estando frente a frente con su padre, se dispone a luchar por lo que es justo y vale la pena; ya que, inspirado por las últimas palabras de su segundo padre, ahora sabe que no hay realmente una muerte digna, si no una vida memorable por vivir. Dejando, de esta forma, un cliffhanger tremendo para el siguiente número, y lo que resta de la serie.

Ahora bien, para concluir, a pesar de que no muchos concuerdan con que la trama desenmarañada a lo largo de la serie es excelente, cualquiera que se haya detenido a leer, con una mente abierta y cero sugestionada, no podría negar que han habido momentos sumamente memorables entre las páginas. Si bien Tom King en su carrera ha tenido altos (“Mister Miracle”) y algunos bajos (“Heroes in Crisis”), el trabajo que ha realizado con la serie de Batman es digno de destacar, al crear toda una serie de circunstancias entrelazadas entre sí que, tarde o temprano, se han ido develando en el momento más indicado.

Realmente se ha podido observar e, incluso, sentir una buena historia, con una narrativa atractiva y enganchadora, que deja la sensación de querer ver y conocer más; demostrando así que los cómics van más allá de la ficción y son un reflejo de la realidad, puesto que así como las personas reales son seres sentimentales, los personajes de las viñetas igualmente lo son, lidiando con problemas de la cotidianeidad, pero con una pincelada de fantasía. Y quién mejor para experimentar todo este fenómeno psicológico, que uno de los héroes más humanos que haya sido creado: Batman.

En fin, ahora que esta etapa de la serie está por concluir, no queda más que mostrar agradecimiento por lo ofrecido y esperar disfrutar de nuevas historias que igualen e incluso mejoren la calidad de lo ya mostrado anteriormente, sea cual sea el destino del Murciélago en un futuro.

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Hugo Torres

Escritor de Revista Level UP