Por Pablo Vargas | pvargas@revistalevelup.com.

Diversos estudios realizados por la Universidad de Wisconsin-Madisone, el Hospital Infantil de Filadelfia y la Sociedad Internacional para el Autismo en Rotterdam, Holanda han demostrado con datos fidedignos que los videojuegos y el control parental son factores claves en la evolución positiva de niños con trastorno del espectro autista (TEA) y trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH).

Casos de investigación como los desarrollados por Britany Travers, confirman la efectividad, viabilidad y seguridad de los videojuegos como una herramienta digital para brindar una mejor atención y una mejoría general de los síntomas de TEA en niños menores de 13 años, según los últimos estudios publicados por el Journal of Autism and Developmental Disorders.


La historia de Keith Stuart descrita en el libro «El niño que quería construir su mundo» narra con detalle el caso real de un padre que logró a través del videojuego Minecraft poder superar la barrera que le separaba entre su mundo y el de su hijo Zac, un niño de 8 años que vive con espectro autista y que consiguió presentar mejoras significativas en su calidad de vida a través de los videojuegos.

Pero, ¿existen en Costa Rica casos reales y tangibles que demuestren como el control parental y el involucramiento de los padres en lo que a sus hijos les apasiona, hayan sido baluartes en la evolución positiva de niños(as) con espectro autista (TEA)? Durante el desarrollo de la conferencia de cultura geek y autismo realizada el pasado 15 de diciembre en el auditorio de Centro de Investigación Empresarial (CIES), tuvimos la oportunidad de conocer el caso de Rebeca Castillo y su hijo Santiago, un niño que a través de la estimulación temprana, el involucramiento de su madre en aquello que a su hijo le apasiona y el control parental logró superar un diagnostico grave de TEA hasta mantener una vida completamente normal y cuya historia les compartimos a continuación, en este día de la madre, como un tributo a todas esas madres geeks que luchan por sacar adelante a su hijos(as). 

Rebe y Santi:  como el amor incondicional y el control parental ayudaron a una madre y a su hijo a superar el autismo


Quienes conocen por primera vez a Santiago, difícilmente podrían adivinar que ese pequeño niño de largos cabellos que corre, ríe y disfruta como cualquier otro niño de su edad, superó un caso grave de autismo. Santi es a todas luces un niño normal. Su sonrisa constante y dinamismo puro son contagiosos de primera entrada y mantienen a discreción una ejemplar historia de superación entre un hijo y su madre. 

"Cuando tenía dos años exactos, a Santi le diagnosticaron autismo. Fue un verdadero balde de agua fría. Es una noticia que ninguna madre espera. Cuando te dicen que por tener autismo tu hijo no va a poder terminar la escuela, ser independiente o tener una vida normal, eso te rompe completamente por dentro" comenta Rebeca Castillo sobre el momento en que los doctores le diagnosticaron a Santiago un caso severo de autismo que auguraba un duro camino para el pequeño y su madre. "Pero una vez que recibes el golpe sólo hay un camino: echarse a morir o luchar por superarlo juntos. Yo me sequé las lágrimas y le prometí a Santi que sin importar lo que dijeran los doctores, yo iba a creer en él. Le prometí que su mamá iba a creer en él y que lo íbamos a superar juntos".

Para Rebeca y Santiago el camino no fue fácil. Un año completo de estimulación temprana, involucramiento y mucha paciencia fueron piezas claves en el proceso para superar el autismo grave que a Santiago le había sido diagnosticado. Día con día. Ejercicio tras ejercicio. Con esfuerzo y ardua disciplina su madre asumió el compromiso de ser la base sobre la cual su hijo iba a construir un futuro de éxito. 


"Fue un proceso muy duro, porque pasábamos días de días sin lograr ningún avance o de repente retrocedíamos en cosas que habíamos tardado mucho en avanzar, como empezar a gatear cuando ya sabía caminar" indica Rebeca sobre el complejo proceso de estimulación y acompañamiento para tratar de disminuir la gravedad del autismo de su hijo. "Pero, final... a  puro amor fuimos saliendo con clases de estimulación, terapia de lenguaje, terapia ocupacional y natación sin parar un sólo díaCuando cumplió los tres años, el autismo de Santi había disminuido a los niveles necesarios para llevar una vida completamente normal... lloré de alegría. Habíamos alcanzado juntos la meta".

Rebeca relata -mientras nos muestra fotografías de su hijo disfrutando una enorme cantidad de maravillosos momentos juntos-, que la parte más dificil de lidiar con la condición de su hijo ha sido el estigma social y por ello ha invertido todas sus fuerzas en acompañar a su hijo en todo aquello que le apasiona. 

"Como cualquier niño, Santi ama los videojuegos y vestirse de super héroe" comenta con una sonrisa su madre mientras sostiene en brazos a su pequeña niña de tres años, Emily. "Y lo es. Él y Emily son mis héroes. Ambos son mis principales razones para vivir. Y me encanta compartir cada día con ellos. Demostrarles a cada minutos que su mamá se preocupa por ellos y comparte lo que les gusta. Que tengan confianza y puedan disfrutarlo de forma sana". 

Vestido con camisa de Super Mario y capa de Superman, Santi nos muestra feliz una foto en la que sale con sonrisa de oreja a oreja tras haber completado el videojuego de Super Mario 64. Él es feliz y su madre le observa orgulloso. Su complicidad es total. Santi es un niño más como cualquier otro que sueña con rescatar a la princesa del castillo, sin saber que para su madre, él y su hermana le rescatan cada día. 


Sigue todo el acontecer y lo mejor de la industria de videojuegos, la tecnología, los eSports y la cultura geek en Revista Level Up a través de nuestras redes sociales en FacebookYouTube y Twitter
____________________________

Postea un comentario

Siempre es un honor tenerte por acá. Gracias por compartir tu opinión con nosotros.

Revista Level Up
Revista Level Up