Por Eulices Nicot | eulices.estadogamer@revistalevelup.com

Compulsion Games se inspiró en el trabajo de varias obras literarias para traernos una versión  alterna y distópica de la historia con We Happy Few. Luego de mucho tiempo en acceso anticipado en Steam, ¿qué tal ha resultado el producto final? Lo repasamos a continuación.


We Happy Few es un juego en primera persona de supervivencia en un mundo abierto generado proceduralmente, disponible para PC, Xbox One y PS4. Luego de una secuencia inicial que sirve como introducción al mundo que habitas y al personaje que utilizas, las puertas se abren a una experiencia que será distinta cada vez que la juegues.

El concepto de We Happy Few está compuesto de una amalgama de elementos de distintos tipos de juegos, de manera mayormente exitosa. Hay elementos de supervivencia, sigilo, combate, manejo de inventario, fabricación de ítems, exploración, misiones secundarias e incluso usarás varios personajes durante la historia principal, todo en el mismo paquete. Dicho esto, aunque el resultado final es interesante, no deja de tener sus bugs, disonancias y decisiones cuestionables en cuanto a jugabilidad.


Por ejemplo, al ser un juego de supervivencia tendrás que atender necesidades básicas como lo son el sueño, el hambre y la hidratación. Esto es bastante típico en este tipo de juegos, sin embargo, en esta ocasión ninguno de los tres te resultará letal en caso de negligencia. Si dejas de comer, beber o dormir por días, recibirás una penalización a tu estamina, por lo que no podrás pelear, correr ni trepar con la misma facilidad, pero esa es la mayor extensión a la que llegará el castigo por no atender estas necesidades, robándole el clásico sentido de urgencia de estos juegos para facilitar la exploración.

Esta no era la intención inicial del equipo de desarrollo, así como tampoco el hecho de que existiese una historia principal contada desde el punto de vista de diferentes personajes. El proceso de acceso anticipado ayudó a los desarrolladores a probar y cambiar elementos de acuerdo a la respuesta que fueron obteniendo de los fans durante más de tres años.


El resultado final es un tanto curioso: un juego de supervivencia donde no estás obligado a vigilar tus necesidades básicas. Es procedural y de mundo abierto, pero existe una historia con misiones que son ubicadas en lugares distintos cada vez que inicias una partida, además de un hilo principal con principio y final. La toma de decisiones, que suele ser un elemento base de este tipo de juegos, no afecta mucha de la historia a pesar de toda sugerencia de lo contrario. En fin, es juego con un enfoque interesante, con sus pros y contras, pero definitivamente único.

La forma como aprendes los diferentes sistemas del juego es progresiva. Primero, un tutorial te ayuda a entender cómo manejar tu movilidad e inventario. Luego, comienzas a explorar este extraño mundo y rápidamente aprendes la diferencia entre las dos zonas principales: las rurales y las urbanas. Para cuando llegas por primera vez a una ciudad, descubres que la jugabilidad cambia para encajar con un modelo más de sigilo, incluso si es del tipo que te obliga a esconderte a plena vista, en vez de evitar ser visto del todo.


Es en las ciudades donde aprendes sobre la mecánica más temáticamente importante del juego: Joy. Literalmente “Alegría” en forma de pastilla, Joy es la droga que el régimen totalitario de este extraño mundo obliga a sus ciudadanos a consumir, bajo pena de expulsión o en algunos casos, de muerte. Para pasar como un ciudadano más, tendrás que consumirla un número estratégico de veces, evitando una sobredosis que tenga efectos negativos en la memoria de tu personaje, además de efectos secundarios que te delatarán ante las autoridades.

Dada esta descripción, es probable que el producto final parezca muy positivo. El problema principal de We Happy Few, como es usual, está en los detalles y en cómo todas estas mecánicas operan entre sí. Las ciudades podrían representar tensos recorridos ya que eres básicamente un agente encubierto, pero una vez que descubres cómo engañar y escapar de sus guardias, no representan mayor reto. Si en un principio cuentas con poco equipo, obligándote a improvisar y planear bien tus acciones, a menos de la mitad de tu viaje tendrás un inventario enorme lleno de opciones para toda ocasión. El caso es similar con tu árbol de talentos, ya que muchos de ellos hacen que la jugabilidad cambie al punto de volverse sumamente fácil y hasta tediosa.


El progreso en la historia, al menos, trae siempre algo interesante y nuevo a la fórmula. Siempre y cuando sigas avanzando el hilo principal, y no te distraigas mucho con las misiones secundarias, probablemente no sientas muchos de estos desbalances en la jugabilidad. En una Inglaterra de los años sesentas, Arthur Hastings tiene lo que se podría considerar un trabajo promedio en una sociedad perfecta. Un día, gracias a un evento fortuito, un recuerdo de su infancia lo asalta, y es así como se da cuenta que por más que lo desea, no puede recordar cómo llegó a su vida actual. Al verse privado de su dosis de Joy del día, comienza a ver el mundo que lo rodea como realmente es: una pesadilla distópica en la que los miembros de la sociedad son apaciguados con drogas, manteniéndolos en un estado perpetuo de falsa felicidad.

La premisa de We Happy Few está evidentemente influenciada por obras como Brave New World de Aldous Huxley y 1984 de George Orwell, aunque esta temática de cuestionamiento del status quo también está presente en obras más modernas como Equilibrium o The Matrix. A medida que exploras esta inusual versión alterna de la historia, descubrirás un sinfín de excéntricos personajes de diferentes estatus sociales, los cuales ilustran de formas particulares temas como religión, individualidad y, por supuesto, abuso de autoridad. A pesar de su trasfondo filosófico, sin embargo, el tono del juego se mantiene siempre ligero, lleno de un sentido del humor irónico muy característico de los ingleses y muchas referencias su cultura.

A través de la historia principal, utilizarás tres personajes distintos que aportan su propia visión de la realidad. Si una cosa se puede apreciar del esquema de mundo abierto es que, cuando funciona bien, logra que las ambientaciones sean mucho más inmersivas, y desde ese punto de vista, el mundo de We Happy Few se siente bien desarrollado, a pesar de que algunos bugs en las animaciones y en el sistema de seguimiento de misiones te recuerden constantemente lo que estás en un videojuego.


El apartado sonoro está muy bien implementado en We Happy Few. Las voces originales mantienen su característico acento inglés, al punto de que muchas veces los dialectos y vocabulario son casi imposibles de entender si lo que conoces es inglés moderno. Por suerte, posee la opción de subtítulos para los idiomas principales, incluyendo el español.  Las animaciones y cinemáticas importantes para la historia principal son la evidencia más evidente del excelente trabajo de caracterización y voces que el equipo de desarrollo ha logrado.

Por su parte, la calidad de audio es generalmente excelente en cuanto a efectos de sonido. La música no es el elemento más presente, pero las pistas de ambientación le dan un toque característico a las zonas que habitas, tanto las rurales como las urbanas, y en algunos momentos (como en un cierto juego de Simón Dice), le dan un toque perfecto de humor a las situaciones que se presentan.

We Happy Few mantiene un diseño visual caricaturesco y muy colorido para sus personajes y ambientaciones. Es probable que con sólo una ojeada, tu primera impresión te recuerde mucho a la saga de Bioshock. Los desarrolladores, por suerte, han sabido darle su toque personal al mundo que crearon, haciéndolo sentir de pies a cabeza como un algo propio.


Las ambientaciones contrastan de forma drástica. Esto es primero evidente cuando visitas las ciudades y te das cuenta de lo coloridas y llenas de luz que son, a diferencia de las zonas de campo abierto fuera de ellas. Luego, cuando consumes Joy, el mundo a tu alrededor cambia notablemente, haciendo que todo se vea más vivo, más lleno de color y con muchos efectos casi surrealistas que enaltecen el apartado visual. Este uso de efectos visuales de manera coherente con la temática del juego es probablemente uno de los puntos más atractivos del juego, y uno de los más impresionantes.

El ciclo de día y noche contribuye también a crear ambientaciones únicas y visualmente interesantes. Todos los elementos que componen este mundo, desde los objetos caseros hasta la arquitectura, mantienen su estilo singular, siempre de forma consistente. Desde un punto de vista gráfico, podemos decir que We Happy Few demuestra un excelente trabajo de parte de sus artistas y desarrolladores.

Veredicto final

We Happy Few es una combinación de ideas, conceptos y mecánicas que se ha cocinado por bastante tiempo y que se ha ido moldeando gracias a la retroalimentación de la comunidad. El resultado es un juego de mundo abierto con una identidad muy singular, que torna más interesante a medida que te adentras en él a pesar que unos cuantos bugs puedan romper completamente la inmersión.

Lo Bueno

  • Mundo abierto lleno de pintorescos personajes y escenarios
  • Temática interesante explorada muchas veces de forma cómica
  • Excelente diseño visual

Lo Malo

  • Bugs en la interfaz de usuario y animaciones rompen la inmersión
  • Mecánicas no se combinan de forma coherente en algunos casos
  • Poca y a veces casi nula dificultad gracias a talentos desnivelados

Calificación: Level 7 - Entretenido e interesante, recomendación de la casa

Sigue todo el acontecer y lo mejor de la industria de videojuegos, la tecnología y la cultura geek en Revista Level Up a través de nuestras redes sociales en FacebookYouTube y Twitter
____________________________

Postea un comentario

Siempre es un honor tenerte por acá. Gracias por compartir tu opinión con nosotros.

Revista Level Up
Revista Level Up