Por Luis Rodríguez | lrodriguez@revistalevelup.com

Este domingo, The Walking Dead (Temporada 8) entregó una nueva dosis de emoción con su segundo capítulo, “The Damned”. No obstante, se comienza a hacer claro que están manejando un estilo narrativo que ante la velocidad de los saltos de una escena a otra puede provocar que la experiencia desoriente al espectador. Dicho lo anterior, durante el capítulo seguiríamos el accionar de cuatro grupos de los Survivors mientras atacan en forma coordinada, otros puestos de los Saviors fuera del Santuario.



El primer grupo, tiene a la cabeza a Morgan, Jesus y Tara, que regresan al observatorio que el grupo de Rick barriera cuando recién conocieron a los habitantes de Hill Top, y que significó un error garrafal por menospreciar el que sería a la postre el verdadero nivel organizativo de los Saviors. Aquí los atacantes ingresan al edificio tras eliminar silenciosamente a los vigías, para posicionarse en pos de un ataque que acabe con todos los Saviors de un solo golpe. Dicho esto, el grupo se divide en unidades más pequeñas para abarcar toda la extensión del lugar.



No obstante, la unidad dirigida por Morgan es sorprendida al efectuar su ataque ocasionando la muerte de todos con la excepción de Morgan. Las demás unidades consiguen efectuar su trabajo con éxito, incluso forzando a un grupo grande a rendirse. Mas para cuando Morgan consigue recuperarse, está furioso, y se convierte en una verdadera máquina de matar que acabara con cualquier enemigo que se encuentre. Y al encontrar afuera el grupo que ha sometido Jesus, entrara en conflicto con este y apoyado por Tara, de que su misión era acabar con ellos, sin tomar prisioneros.



En otro puesto de avanzada, vemos a un grupo de Saviors trabajando en preparar armas. La dirigente del campamento esta preocupada porque todo este listo, pero algunos de sus subalternos parecieran no comprender la gravedad del momento. Dicho esto, el ataque de los Survivors comienza con la llegada de varios de los autos modificados que vimos en el capítulo pasado.



Los disparos no se hacen esperar, de un grupo dirigido por Aaron y Eric. Tanto los Survivors como los Saviors se enfrascan en un fuego cruzado que pareciera no llevar a nada. Aaron constantemente repite que deben encerrarlos, no dejar que escapen y la victoria se dará sola. Y en un momento pareciera suceder así, cuando algunos de los Saviors que habían caído, comienzan a despertar como caminantes dentro del reten en que tenían encerrados a los demás Saviors. No obstante, para el final del capítulo, estos últimos comenzarían a dar batalla y a poner en serios problemas al grupo de Aaron, logrando matar a varios e hiriendo a Erick de gravedad.




Una tercera unidad dirigida por King Ezequiel y Carol se recuperan de la explosión de una granada del capítulo anterior, cuando atacan otro puesto de avanzada. Superan a los caminantes que se habían liberado pero para constatar que el vigía se ha escapado y esto podría dar al traste con toda su operación. Así que entre el bosque, inician la persecución del fugitivo, del cual solo consiguen ir encontrando rastros de sangre. Durante el proceso, Carol siempre se mostraba reticente a cancelar la operación y regresar, mas Ezequiel en un tono alegre y confiado les llamaba a seguir.



Y fue casi al final del capítulo, que el hombre es localizado, tan solo para caer victima de la Shiva. No obstante, el revisar el comunicador que el mismo llevaba, corroboran que ya ha dado alerta a otra unidad Savior, por lo que para el siguiente paso del plan no podrán contar con la ventaja de la sorpresa, cosa que de nuevo, parece no importarle a Ezequiel.



Finalmente Rick y Darryl exploran una especie de casa o edificio de arquitectura muy elegante en el cual se supone están escondidas un cargamento de armas pesadas. El lugar parece vació de arriba a abajo, y los dos hombres deberían seguir subiendo pisos para intentar dar con las armas, por lo que deciden separarse para cubrir más espacio. Darryl lo más que encuentra es una celda similar a la que él habitó en el Santuario, lo cual lo hace verse pensativo. Por su lado, Rick al intentar entrar a una habitación fue sorprendido por un hombre que le atacó desde la espalda, forzando la pelea que termina ganando Rick al matar a su agresor.



Mientras peleaban, Rick le preguntó al sujeto por las armas, pero este le indicó que no había ninguna. Rick pensando que dentro de la habitación encontraría lo que buscaba, derribó la puerta, para tan solo ver que dentro lo única que había era un niño durmiendo. Las cosas no comenzarían a salir mejor para Rick en ningún momento pronto, porque tras seguir explorando y de nuevo no encontrar armas, descubre una fotografía que le llama la atención pegada a la pared, para luego, ser interrumpido por la voz de un hombre que le apunta y le dice que ya ha llamado al resto de los Saviors, que todo se acabó para él.



No obstante, la sorpresa viene cuando el hombre es un viejo conocido, Morales, a quien Rick conociera en la primer temporada. Mas ahora el hombre que en el pasado fue amigable, está ahora dentro de las filas de los Saviors.

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La próxima semana, The Walking Dead regresa con su tercer capítulo, Monsters, uno que podría tener graves consecuencias para las tres comunidades que buscan liberarse del control de The Saviors.

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