Por Pablo Vargas | pvargas@revistalevelup.com.

En el año 2001, Tim Burton se hizo cargo de 'Planet of the Apes', la re-imaginación del clásico de 1968 que buscaba consagrarle como una de las mentes brillantes de su generación, tras una década plagada de éxitos comerciales y de crítica especializada. No obstante, a pesar de tener todo a su favor, la suerte no le sonreiría a Burton. La cinta sería un éxito en taquilla, pero la poca profundidad de sus personajes y el acercamiento ligero de una trama que daba para más, terminaría convirtiendo a esta producción en el primer sinsabor de una serie de altibajos que serían la nota constante en la carrera del director británico durante la última década.

War of the Planet of Apes: el principio del fin
Por ello, cuando Fox anunció en el 2009 que la saga tendría nuevamente un reinicio de la mano de Rupert Wyatt -un verdadero desconocido en ese entonces-, las expectativas sobre el film fueron inciertas y para algunos, poco menos que desalentadoras. Wyatt contaba apenas con un film de críticas mixtas (The Escapist) y un interesante corto de cine de autor (The Dark Days), que sumaban poco en su historial para llevar a cabo una producción de altas magnitudes. A pesar de ello, Wyatt se afianzó en la propuesta de Rick Jaffa y Amanda Silver, un guión que presentaba a Will Rodman (James Franco) un científico que buscando una cura para el Alzheimer, encuentra una cepa que hace a los primates más inteligentes, pero es terriblemente mortal para los seres humanos.

La evolución de César como personaje es una de las más sólidas que hayamos disfrutado en la gran pantalla
Un enfoque preciso que colocaba a la saga en un terreno más cercano al sci-fi de genética actual que se adentraba en una profunda serie de variables ético-morales, que en torno al universo post-apocalíptico e insípido de Burton, sirviendo como base para la creación de su propia mitología; una que emerge a través de la figura César -interpretado magistralmente por Andy Serkis-, un pequeño chimpancé que sobrevive a la indiscriminada matanza de los primeros primates infectados, aprende el lenguaje de señas para comunicarse con los humanos y crece para convertirse en el cabecilla de la primera gran revolución de los simios contra sus "protectores" en 'Rise of the Planet of Apes'. 

César: víctima de una guerra que nunca quiso y nunca buscó
La importancia de dicho personaje incrementaría en los títulos siguientes. Cómo líder alfa, César intenta mantener la paz entre su especie y la raza humana, renunciando a todo cuanto ha creído y dejando atrás su lema de ‘Simio no mata a Simio’ para hacer frente a los dramáticos enfrentamientos narrados en 'Dawn of the Planet of Apes', al verse atrapado en una guerra que nunca quiso, nunca buscó, pero tendrá que enfrentar y sufrir en carne propia. Cuando su mano derecha le traiciona y decide atacar a los humanos, iniciando una brutal cacería mutua que desencadenará las hostilidades entre ambas especies, el mundo de paz que César soñó alguna vez no será más que una vana utopía, fungiendo estos hechos como punto de partida a 'War for the Planet of the Apes'. 

Los años y conflictos no han pasado en vano
Con esta premisa, arranca la tercera entrega de la saga en manos de Matt Reeves. Una producción que mantiene la línea argumental de sus predecesoras y logra subir el peldaño más alto en la evolución natural de la historia, sus personajes y el brutal mundo en que azota a una raza humana casi extinta. Encabezada por un despiadado y extraño personaje conocido tan sólo como 'El Coronel', la humanidad lucha por sobrevivir al mortal virus -y acabar a cualquier costo-, con los Simios, antes de que este acabe con ellos y se lleve entre sus manos el último vestigio de la civilización actual. Una motivación que hace saltar constantemente la interrogante de quien es realmente la especie civilizada. Los hombres que luchan contra las consecuencias biológicas de sus propias acciones o los primates, dirigidos por César que siguen creciendo en número, fuerza y sociedad, buscando tan sólo subsistir en paz en su hábitat natural. 

Los humanos darán cacería a 'Kong', de cualquier forma a cualquier precio
Fuertes referencias al cine clásico de guerra, como son los sentidos homenajes a 'Apocalypse Now' y 'The Thin Red Line' en sus planos iniciales, sirven de marquesina para una trama que pasa olímpicamente de la acción desmedida para centrarse en una trama que ahonda en los conflictos morales de cada una de las acciones que rigen a ambos bandos. La evolución de los primates, construidos majestuosamente en un imponente apartado gráfico que no permiten discernir la delgada línea entre efectos especiales y detalles reales, sigue siendo parte fundamental en la definición de sus caracteres y la vitalidad de César en la construcción de la historia. Y es que más allá de la revolucionaría técnica que hace que el espectador nunca se cuestione la realidad detrás de imagen, lo de Serkis es ya de antología. La amplia gama de matices que el actor logra transmitir en cada escena, por simple que sea, debería ser base suficiente para que el actor británico gané de una vez por todas su Óscar a 'Mejor actor principal'.

Una amplia gama de emociones derrochadas en pocos segundos sigue siendo el sello de la casa
De forma natural y casi innata, Serkis logra pasar en un sólo instante de la calma reflexiva, a la ira desmedida que enardece los ojos y al mismo tiempo conectar con el espectador en cada una de las emociones que está visualizando en la gran pantalla. Frustración, odio, amor y desolación son parte del mar de emociones en el que el filme navega con soltura y alta categoría. El trabajo de Reeves en el desarrollo de cada uno de los personajes -tanto humanos como primates-, logra manifestarse a través de un guión sólido y conciso, fungiendo como piedra angular para la evolución de una trama que avanza en el ritmo adecuado para los más veteranos como recién iniciados en la saga. Aquellos(as) que hayan seguido las anteriores entregas se deleitarán con la continuidad de su universo, y al mismo tiempo, quienes se acerquen por primera vez, podrán disfrutar de una película que se sostiene perfectamente por si sola.

Qué define a una especie como civilizada será parte de los constantes cuestionamientos que planteará acertadamente el film
La inversión de papeles y los profundos cuestionamientos éticos y morales que la película plantea en diferentes tramos de su historia, siguen siendo el principal sello de la casa en la demarcación de esa delgada línea que separa una especie civilizada de la brutalidad, al condensarse ambas especies en universo una que no conoce colores claros ni oscuros en el desarrollo de sus intenciones. Y esto es un gran mérito en la construcción del arco narrativo. Cada una de las motivaciones de los personajes, por más descabelladas que parezcan, tienen una fundamentación "lógica" dentro del universo que la trama describe. Así, un padre que pierde a su hijo o un hijo que pierde a su padre, se sumerge sin restricciones en una espiral completamente autodestructiva, sin mediar ningún atisbo más allá del sentimiento más primitivo que caracteriza abrazar el odio y el rencor, teniendo ambas partes del conflictos los suficientes argumentos válidos para luchar por la sobrevivencia de su especie.

La continuidad del universo creado por Reeves se ve plasmado en cada uno de los pequeños detalles
Este nivel de intensidad argumental es lo que hace a 'War for the Planet of the Apes' una pequeña y especial particularidad entre su género. Lejos quedan los temores de que la película se transformará en un festival de violencia gratuita al acabarse todos los posibles argumentos narrativos que habían precedido a la tercera entrega. Sin embargo, Reeves y compañía hacen alarde de su lucha contra las expectativas, logrando que cada una de las escenas este correctamente colocada y sobriamente justificada. Nada falta, nada sobra. Desde los emotivos momentos que los personajes comparten, pasando por pequeños destellos de humor y fuertes acciones cargadas de suspenso y adrenalina, la obra de director británico es una grata partitura que convierte cada escena en una nota clave de una imponente orquesta, y en ese accrescendo, sabe cuándo dar un poderoso cierre final, que haga a la audiencia levantarse de su asiento, y con lágrimas en los ojos, les ovacioné de pie.

Las palabras sobran...
Porque eso es justamente lo que sucede en el tramo final de una obra de proporciones bíblicas en la cual es imposible profundizar más, sin arruinar la experiencia global que Reeves logra consolidar en una historia redonda de principio a fin. Todo cuando acontece en la película nos prepara para ese poderoso clímax final que quedará presente en nuestra retina y nuestra memoria. Sus imponentes efectos especiales, la sólida actuación de los personajes, la crudeza de su trama y una sublime banda sonora en manos de Michael Giancchino -otro que merece sin duda su Oscar por cada una de las imponentes melodías que acompañan la historia-, convierten a 'War for the Planet of the Apes' en una de esas producciones en las que todo brilla con luz propia y hacen imposible la tarea de encontrar un sólo punto negro en su impecable obra, consagrando a esta trilogía como una de las más sólidas producciones de los últimos tiempos, esas que hacen que enamorarse del séptimo arte sea fácil.
                                                                     

Postea un comentario

Siempre es un honor tenerte por acá. Gracias por compartir tu opinión con nosotros.

Revista Level Up
Revista Level Up