Por Luis Rodríguez
Desde el año 1979 el terror se esconde en la oscuridad, esperando por nosotros. Y así, 38 años después Ridley Scott nos lleva a comprender el origen de esas terribles criaturas que acompañaron a la oficial Ellen Ripley.



Alien: Covenant, llega a los cines como secuela directa de Prometheus (2012), cinta con la que se iniciaba una serie de precuelas a la serie original. En Prometheus, se nos introducen formalmente la figura de los Ingenieros, seres que venían rondando desde la primer película cuando el Space Jockey, en su silenciosa tumba, no respuestas de su origen. En estas precuelas, los Ingenieros son los creadores de la raza humana, tal como los humanos son luego los creadores de la vida artificial de los androides como David.



Ahora, una nueva tripulación se dirige en la nave colonial Covenant, transportando a 2000 colonizadores y así como embriones, además de un androide de nombre Walter, hasta Origae-6, un remoto planeta que reúne todas las condiciones necesarias para albergar la vida humana, y que ha sido ampliamente estudiado.



Pero, Covenant demostrará con creces, ser una película sobre decisiones, y ciertamente el seguir una extraña señal de origen humano a un planeta sin explorar, pronto demostrará que las decisiones, siempre acarrean consecuencias, a pesar de que uno de los personajes principales, la oficial conocida como Daniels, intenta dar la voz de razón sobre lo mal que se ve el nuevo plan.



En este nuevo mundo, que a pesar de parecer un paraíso, la tripulación solo encuentra vació y silencio, aspecto que se refuerza con tomas muy abiertas que recalcan lo pequeña y frágil de nuestra humanidad en contra de lo que se oculta en las sombras. Como es natural pensar, la expedición finaliza en desastre, tras encontrar los restos de la nave Juggernaut que vimos en Prometheus.



El resto de la película prosigue dando una explicación de la evolución de los seres que hemos conocido como Xenomorfos, y que se posicionan como una de las amenazas más grandes de la saga, siendo virtualmente incontrolables. Los esfuerzos de la tripulación y de la oficial Daniels por volver a la Covenant en forma segura, se verán seriamente amenazados por estas criaturas así como otras amenazas.



Entre lo más positivo de la cinta, destaca el no uso de recursos de terror como música o movimientos repentinos para hacer brincar al público, sino la utilización de situaciones que recurren a terrores profundos de sus personajes, la claustrofobia de las tomas de las naves, siempre simétricas y bien definidas, sin permitir observar lo que hay tras las esquinas; además el quebranto de la fe, el peso de las decisiones tomadas, la vulnerabilidad de verse presa de algo que domina su propio cuerpo, y la soledad.



Covenant refuerza estas situaciones al estar compuesta por una tripulación formada por parejas, según su trama, con el objetivo de crear lazos afectivos más fuertes entre los futuros colonizadores, y conforme los personajes van siendo eliminados, esas esperanzas mencionadas o no, se van quebrando, ya no es solo perder a un miembro del equipo sino a alguien con quién se tenía la esperanza de compartir una vida, una nueva oportunidad en un nuevo mundo. Es quizás Daniels, aquella que muestra esta característica de una manera más profunda, más no hay tiempo para el dolor, si desean vivir hay que dejar de lado las penas y centrarse en cumplir la misión, a pesar de que las decisiones, siempre volverán a pasar factura.



A destacar es el trabajo de Michael Fassbender en la encarnación de los personajes David y Walter, sirviendo como un hilo conductor muy importante entre las películas y la evolución de su inteligencia artificial, al incorporar diferentes tipos de emociones y sus decisiones.



De esta forma, Alien: Covenant, llega a responder algunas preguntas como lo son el origen de los Xenomorfos, dar un poco más de luz sobre la raza de los ingenieros, pero abriendo nuevas dudas, así como la aparición de un nuevo enemigo.



Por su parte Ridley Scott dijo en una entrevista, que ya tendría material escrito para una tercera entrega, la cual espera tener lista en menos tiempo que la espera entre Prometheus y Convenant, con el objetivo de cerrar el espacio entre Prometheus y Alien: El octavo pasajero.


En definitiva, Alien: Covenant, se vuelve en una buena alternativa para disfrutar esta semana en los cines de nuestro país, y vivir de paso algunas congojas con el destino de los desafortunados tripulantes de la Covenant.

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Como curiosidad, las palabras que David recita en el trailer final, pertenecen al poema Ozymandias, del escritor inglés Percy Bysshe Shelley. El tema principal del mismo es la muerte, describiendo como la labor de poderosos imperios o dioses, decae y perece ante los pies de un interlocutor, a maneras de escombros de una estatua otrora símbolo de su grandeza. Sin detenerse ahí, Percy Bysshe Shelley se casó con la escritora Mary Wollstonecraft Godwin (más tarde conocida como Mary Shelley), quién se hiciera famosa por escribir  Frankestein o el moderno Prometeo. Lo cual podría delatar en mucho, el hilo argumental de estas nuevas películas.

Calificación final: Level 7 - Entretenimiento de calidad, recomendación de la casa

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Luis Rodríguez - Ingeniero informático y escritor. Fiel defensor de Megaman y Metroid. Apasionado de los vídeo juegos de la Gran N. Escribe regularmente en nuestra sección de Nintendo CR.

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