Por Luis Rodríguez

El pasado 3 de marzo fue un día largamente esperado por los fans de Nintendo, tanto por el lanzamiento de la Switch, pero también del The Legend of Zelda: Breath of the Wild, palabras sobran para describir la importancia que este evento tuvo para quienes seguimos la saga.

El sigilo es clave al salir de caza

A continuación intentaré dar un resumen de lo que ha sido mi experiencia con este juego, limitado a los primeros cuatro días, en una revisión libre de spoilers, evitando nombres de mini jefes, eventos u otros aspectos que podrían desmejorar la experiencia.

Es un mundo extenso y lleno de peligros.

Al igual que Link, desperté en esa cámara sin saber lo que sucedía, y al salir de la misma, me enfrenté a la misma alegoría de la caverna que Platon, dado que fuera de ella me encontraré con uno de los mundos abiertos más amplios y vivos jamás creados para un vídeo juego. Así mismo, es allí afuera, en donde me espera el conocimiento de qué sucedió.

La tableta Sheikah tiene múltiples funciones

El plateau o meseta según su versión en español, es una espacio amplísimo que incluye todo tipo de medio ambientes, desde bosques, precipicios, montañas heladas y cuatro santuarios, así como una significativa vida silvestre y de enemigos. Esta zona servirá al usuario como un tipo de tutorial muy ágil, en el cual seguramente nos perderemos al inicio, en donde aprenderemos a navegar y usar las opciones de la tableta Sheikah.

Los guardianes, incluso incapacitados, son enemigos formidables.

Fue en la meseta donde morí por primera vez, justo poco después del lugar llamado Bosque de los Espíritus, mientra cazaba, al avanzar por un pequeño claro del bosque, un mini jefe rocoso me dejó en claro de que aunque fuera el inicio del juego, estaba muy por encima de mis capacidades.

El fuego puede ser un importante aliado, o un amenaza

A medida que avanzamos y entendemos las dinámicas o físicas que dominan a esta obra maestra, vamos comprendiendo que todo lo que pudiéramos esperar del juego tiende a quedarse corto, y que Breath of the Wild, sobrepasa nuestras expectativas. Cada detalle en el mapa de este juego está bien pensado, cada brisa de viento encaja en un maravilloso mundo; detalles como el experimentar al cocinar, el que nuestros enemigos no sigan de primera entrada patrones bien definidos, todo nos lleva a tener que improvisar muchísimo y ser creativos.

Es hora de avanzar

Mientras que estamos en la meseta seremos dirigidos en muchas ocasiones por el anciano que observamos en el demo, y vaya que el hombre tiene su carisma, dado que aunque al primer momento deja en claro a nuestro héroe su importancia, no desaprovecha oportunidad para bromear con la ingenuidad del joven. Tras cumplir varias tareas, llegara la hora de abandonar la meseta, sitio que había limitado lo que conocíamos hasta el momento del juego gracias a trailers y el demo de E3.

La primera vez que salimos de la meseta

Para cuando abandoné la meseta, después de un cinemática impactante, tenía un rumbo marcado, uno que no obstante rompería constantemente para encontrar nuevos santuarios, cumplir varias misiones secundarias o simplemente explorar. Encontré mi primer grupo de caballos con lo cual la navegación se volvió más sencilla. Al primero que domé, lo registré en el establo más cercano y partimos para seguir la aventura que ahora era de ambos; parte de la diversión del juego será nombrar a estos compañeros de viaje.


Adelante me espera la villa Kakariko, y el dialogo con una vieja conocida que me ayudará a descubrir mi propósito en esta basta tierra.

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Luis Rodríguez - Ingeniero informático y escritor. Fiel defensor de Megaman y Metroid. Apasionado de los vídeo juegos de la Gran N. Escribe regularmente en nuestra sección de Nintendo CR.

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