Hasta el momento mi viaje por Hyrule me ha llevado a enfrentarme a dos Bestias Divinas, que serían Van Ruta de la raza de los zora, y a Van Naboris que pertenece a las gerudo. Pero antes de pensar en ir por una tercera, me golpeo la idea de que estaba adelantando muchísimo el juego, y eso va en contra de mis intenciones con el mismo. Así que para esta entrada decidí explorar mucho más, y encontrar un punto de interés.



Fue así, mientras que entraba a la región de Farone, llegué hasta una aldea cercana a la costa, en donde una mujer gerudo me habló de una isla tan remota, que no sería posible llegar a ella por mar, solo si de alguna forma pudiera volar, y en la cual esperaba una prueba durísima. Lástima que la gerudo no tenía una paravela como yo.


De tal manera, seguí la línea costera hasta llegar a las Ruinas de Arecal y Cabo Urron, donde gracias al catalejo, pude divisar una lista de buen tamaño que se encontraba a una muy considerable distancia. Así que aprovechando la altura a la que me encontraba y el fuerte viento, pude llegar a la playa de la isla conocida como Frontia.


Hasta el momento, he encontrado varios tipos de santuarios, aquellos que en su interior tiene un puzzle, o bien un combate con un pequeño guardián, o bien otros que requieren manejar con el control de movimiento a elementos del escenario, y como es el caso de la Isla Frontia, los que su exterior es el puzzle para poder ingresar al santuario. 



Pero, Isla Frontia ofrece una diferencia sustancial que la hace una de las pruebas más duras del juego, y es que nos despoja de todas nuestras armas, armaduras y hasta comida. Volvemos prácticamente al inicio del juego, sin armas y poca ropa. Y es aquí cuando inicia la llamada: Prueba Salvaje.


La voz del monje del santuario, nos indicará que debemos llevar tres ídolos hasta otros tres pedestales localizados en puntos distintos de la isla. Cada uno de los ídolos se encuentran bien custodiados por enemigos, que ofrecerán diferentes dificultares y que por tanto, requieren de una táctica especializada para cada uno.



Antes de empezar a buscar los ídolos, es necesario recolectar todos los recursos y armas que podamos, dado que con solo ramas de arboles nos será muy complicado. Cerca del punto a donde llegamos, existe un mandoble oxidado, escondido entre la arena, así que nos será de mucha utilidad; así mismo, la playa está llena de cangrejos y cocos, que nos permitirán recuperar energía si nos lastiman.



Desde el punto que arrancamos, si avanzamos en línea recta, encontraremos a un Hinox dormido, del cual nos debemos alejar, y tomando el camino hacia su derecha, llegamos a una pequeña base donde unos bokolin, resguardan el primer ídolo. Debemos acercarnos con sigilo, y desde una pequeña elevación a la izquierda, tomar al vigilante que cuenta con un arco y flechas que nos serán un recurso importante para cazar algunos animales.



Este ídolo, lo debemos llevar a un pedestal que se encuentra en la punta norte de la isla. El pedestal se encuentra dentro del agua del mar, así que tendremos que arrojar la esfera al agua y luego nivelarla con el uso del módulo de hielo de la Sheika Slate.



Tras depositar este ídolo, el mejor destino es atacar un pequeño campamento de bokolins se encuentra a la mitad de la playa Toronbo, dado que ofrecerán poca resistencia, y nos darán muchas armas y alimentos. Esto me resultó muy útil, dado que los siguientes pasos no fueron sencillos y representaron muchas muertes.



Y es que las muertes dentro de la Isla Frontia conllevan un sentido de frustración digno de destacarse. Así muramos momentos antes de depositar el último ídolo en su pedestal, deberemos volver a comenzar todo el reto desde el principio, lo que incluye desplazarse hasta la isla. Por tanto, el hacerse de recursos y entrar a los combates con la ventaja del caso, será la diferencia entre el éxito y el fracaso.



El según ídolo se encuentra alrededor del cuello del Hinox que duerme en la playa, y su pedestal en la cima de una colina cercana a él, así que una táctica eficiente es subir la colina, limpiar el campamento bokolin que allí se encuentra, y usar varias rocas en la cima para despertar al monstruo. El Hinox subirá la ladera hasta llegar a nosotros, pero mientra lo hace, lo podremos golpear con las rocas que nos quedarán, así como con varios barriles explosivos o bombas sheikah. Al recuperar el ídolo lo colocamos sobre el pedestal y ya tendremos dos.



La última pareja de ídolo y y pedestal, se encuentran hacia el sur de la isla, en la meseta de Koholit; pero aquí nos enfrentaremos a un campamento importante de bokolins y un moblin, que atacaran desde muchas direcciones. Es importante tener cuidado y eliminar a los vigías, que nos atacarían con flechas. El ídolo se encuentra sobre una torre de los vigilantes, y el pedestal bajo una puerta de piedra que deberemos congelar en el tiempo y darle golpes para que salga expulsada.



En este momento, el monje guardián nos volverá a hablar para devolvernos nuestros artículos, y hacer que el santuario de Sarshii aparezca. Dentro del mismo simplemente deberemos avanzar hacia el monje y reclamar el orbe de valor. El cual, no deja de sentirse como un premio pequeño tras el esfuerzo realizado.



Al salir del templo, nos estará esperando un orni, que nos ofrecerá un mini juego con el cual podremos ganar rupias, al pasar por varios aros en el cielo cercano, al usar la paravela. 

Breath of the Wild, ya pasado casi un mes de su lanzamiento, resiste en su contenido, ofreciendo todavía muchas horas de exploración, con la certeza de que aún nos queda muchísimo que ver.


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Luis Rodríguez - Ingeniero informático y escritor. Fiel defensor de Megaman y Metroid. Apasionado de los vídeo juegos de la Gran N. Escribe regularmente en nuestra sección de Nintendo CR.

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