Por Pablo Vargas.

Antes de las batallas campales entre Microsoft versus PlayStation, o la Gran N contra PlayStation, existió la madre de todas las guerras de consolas: Sega contra Nintendo. Lo que empezó como una simple lucha amistosa entre dos compañías rivales, evolucionaría para convertirse en una despiadada e intensa guerra de consolas que cambiaría para siempre la industria del entretenimiento, envolviendo a prensa especializada, jugadores y desarrolladores en una de las luchas más largas y encarnizadas que el octavo arte recuerde, dejando a su paso una lista interminables de títulos de alta calidad, que marcarían a toda una generación y nos regalarían tres de las consolas más poderosas que hayan existido en el mercado durante la década de los 90's. 

Sin embargo, antes de ir a la gran batalla, debemos volver atrás en el tiempo y recordar como fue que todo empezó y repasar los hechos que desencadenaron los acontecimientos que marcaron a toda una generación. Por ello, en Revista Level Up queremos desempolvar los cartuchos y adentrarnos en los libros de historia para revivir el punto más alto de una encarnizada lucha entre los dos gigantes de la primera edad de oro del entretenimiento digital, como antesala a nuestro especial "La Gran Guerra de Consolas" entre las principales compañías que han regido la industria de videojuegos, reviviendo los conflictos, detalles, curiosidades y anécdotas detrás de las guerra de consolas entre Atari, Nintendo, Sega, Microsoft y PlayStation.


Atari: el nacimiento y surgimiento de una leyenda


Cuando Nolan Bushnell y Ted Dabney crearon ATARI en 1972, jamás imaginarían lo versátil e impredecible que podría llegar a ser la industria de los videojuegos. En menos de cinco años, pasaron de una pequeña compañía que quería desarrollar para recreativas a convertirse en uno de los más prósperos y poderosos imperios de la industria del entretenimiento. Lo que había empezado como una arriesgada idea que había encabezado la ATARI PONG, la compañía norteamericana que conquistó el mercado de los arcades daba un paso al frente -tras firmar su venta a Warner Communications por 28 millones de dólares-, para presentar a la ATARI 2600, la primera consola casera que intercambiaba cartuchos, marcando un antes y un después en la historia de los videojuegos al ofrecer en 8 bits la experiencia tradicional de las recreativas, pero ahora desde casa y al alcance un pequeño control.

ATARI entendió desde sus primeros pasos el poder la publicidad, en la imagen un joven Cristian Bale juega con la ATARI 2600 mientras promociona su primera película 'El Imperio del Sol'

La locura que invadió al mercado norteamericano se dispararía la llegada de títulos como Pong (1975), Asteroids (1979), Space Invaders (1980) que catapultarían a ATARI a la cima de la industria y dejaría atrás a las incipientes SG-100 de SEGA y la Color TV Game de Nintendo -que ya había empezado su transición del mundo de la cartas a los videojuegos-, dos consolas de sobre mesas de mediano éxito que buscaban vanamente replicar lo que había hecho ATARI, que con un catálogo pequeño pero seguro se había consolidado a finales de la década de los 70's en amo y señor de la industria de videojuegos. No obstante el panorama cambiaría radicalmente a principios de la década de los 80's con la saturación del mercado -gracias al portillo abierto al no patentar sus juegos y consolas-, que hizo que en menos de dos años, existiesen decenas de consolas genéricas y juegos clonicos que se desarrollaban con premura para aprovechar el tirón del mercado y que generaron una pérdida de confianza en los consumidores que empezaron a alejarse en bandada de la industria.

En menos de 5 años, el catálogo de ATARI se dividió entre pocos títulos de alta calidad y una lluvia de títulos comerciales que dispararon la desconfianza de los videojugadores

Ante la situación, ATARI intentó hacer lo propio enfocando sus esfuerzos en tres puntos trasversales claves para nuevamente revolucionar el mercado: la adaptación de la exitosa película E.T el extraterrestre, la conversión del famoso arcade Pac-Man en consolas y la distribución de la Famicom de Nintendo en América, tras el éxito que había supuesto para ambas compañías la llegada de Donkey Kong (1982) a la ATARI 2600. La idea de Nintendo era distribuir una unidad de cinta casete, un controlador joystick desprovisto de cables y un cartucho especial con lenguaje BASIC junto con la Famicon que había empezado a cosechar grandes ventas en el territorio nipón.

La consola entre Nintendo y ATARI que nunca llegó a concretarse

Sin embargo, el plan infalible de la compañía norteamericana se vendría abajo durante la CES en Chicago, cuando Coleco, rival de Atari en aquel momento, estaba mostrando durante la feria su ordenador ADAM con la demo técnica de Donkey Kong, de quien ATARI tenía los derechos en consola, más no en ordenadores. Este hecho hizo estallar en furia al presidente de ATARI quien creyó que Nintendo estaba jugando a dos bandos y canceló el acuerdo con la compañía. Por decisión técnica, el primer round lo perdería Nintendo, lo que obligaría a la compañía nipona a empezar nuevamente de cero y crear Nintendo of America para distribución de su nueva consola y hacerle frente al gigante que controla la industria. 


1982: La suma de todos los males


Con la primera parte del plan fallido, ATARI centró toda su atención en Pac-Man, una tabla de salvación que pintaba segura ante el gran éxito que había supuesto el carismático devorador de pantalla en los arcades y que auguraba repetir el mismo patrón en la ATARI 2600, por lo que la compañía invirtió una cantidad absurda de dinero en campañas promocionales que anunciaban su estreno en diciembre de 1981. Sin embargo, la presión de la compañía y las expectativas jugaron en contra cuando la fecha de lanzamiento se acercaba y el título no estaba listo, lo que hizo que el encargado de conversión de juego, Tod Frye, presentará una versión sin testear que llegaría finalmente al mercado. Al final, el éxito que habían previsto como fijo, presentaba un sistema de control deficiente, gráficos de baja calidad con colores estrambóticos, sonidos confusos y una gran cantidad de bugs que imposibilitaban una buena jugabilidad. Pac-Man había sido un desastre en producción, pero había renovado la fe de la compañía en los ingresos recibidos. Entonces llegó el año 1982.

Cada niño (a) soñaba con Mario y Donkey Kong en el ATARI 2600

Con Nintendo y Pac-Man fuera de la ecuación, la esperanza de ATARI se centraba cosechar otro éxito comercial de la mano de la adaptación de la exitosa ET: el extraterrestre, para la cual la compañía había destinado más de 125 millones dólares y contratado al experimentado Howard Scott Warshaw, que ya había colocado dos éxitos comerciales para la compañía de la mano de Yars' Revenge y Raiders of the Lost Ark (1982), sin embargo las negociaciones para hacerse con los derechos del juego terminaron en julio de 1982, dando a Warshaw sólo cuatro semanas para desarrollar el juego a tiempo para la campaña de navidad de 1982, sin tiempo para pruebas de control de calidad por lo cercano de la fecha de lanzamiento y con el deseo de aprovechar el tirón comercial de la película.

El legendario Stan Lee promocionando la ATARI junto al Hombre Araña

Atrapada en una falsa sensación de seguridad motivada por el éxito de sus lanzamientos anteriores, ATARI decidió lanzar el juego en diciembre de 1982. Lo demás, es historia. El juego presentaba una trama bastante pobre además de una difícil jugabilidad y unos gráficos poco pulidos. Aunque el juego se vendió razonablemente bien (es el octavo cartucho más vendido de ATARI de todos los tiempos), sólo se vendieron 1.5 millones de los 5 millones de copias que se fabricaron. No obstante, el daño ya estaba hecho. La cantidad de títulos estimados versus la cantidad de juegos vendidos provocaron que un año después de saborear el éxito comercial de Pac-Man, la compañía registrara pérdidas por más de $536 millones en 1983. 

ET: El cartucho maldito que destruyó a una compañía

La polémica entorno a Custer's Revenge -un juego pornográfico en el que un general se abría pasado entre las flechas y violar a una mujer nativo-americana desnuda- que recibió múltiples críticas de grupos por derechos de la mujer, portavoces de la comunidad india y críticos de la industria del videojuego en general; sumado a la llegada de los ordenadores portátiles, la alta cantidad de títulos comerciales de baja calidad y las demandas pérdidas al no querer reconocer en los créditos el trabajo de sus programadores -que posteriormente fundaron Activision-, terminaron de acrecentar la crisis de ATARI que fue dividida y vendida en 1984 a su principal competidor, Jack Tramiel, por 240 millones de dólares, que quedaba al borde del colapso, pero viva.

Atari versus Nintendo: segundo round


Bajo el nombre de Atari Corporation, Jack Tramiel -fundador de Commodore-, intentó mantener el legado de la compañía a flote, re-lanzando la Atari 2600 en 1984, mientras terminaban con el desarrollo de su sistema de 16 bits, el Atari ST. Sin embargo, Tramiel no contaba con la reaparición de una vieja contrincante que volvía con sangre en el ojo. Nintendo había coronado un gran éxito en el mercado nipón con la llegada de la Famicon, que en el año 1983, mientras Atari se derrumbaba, Nintendo cosechaba cifras superiores a los 200 millones de dólares y se desmarcaba de su competencia directa en Japón, la SG-100 de SEGA que buscaba emular vanamente el éxito de ATARI en territorio nipón. Tras el fallido contrato con ATARI y la caída del gigante norteamericano, Nintendo creó su división en América y se dispuso a presentar su Nintendo Advanced Video System (NAVS) en el CES de 1984, una versión americana de la Famicon japonesa acompañada fuera de un teclado, una unidad de cinta casete, un controlador joystick desprovisto de cables o un cartucho especial con lenguaje BASIC.

Nintendo regresaría con sangre en el ojo a la CES de 1984.
El mundo estaba apunto de cambiar para siempre

No obstante, la recepción no fue la esperada. La respuesta de la crítica especializada minaba la confianza de la compañía sobre funcionalidad del teclado y el joystick sin cables, lo que hizo replantear a Nintendo su estrategia y presentar -un año después-, una versión mejorada de la NAVS bajo el nombre de Nintendo Entertainment System (NES), alejándose de la palabra "consola" para eludir la crisis en la que encontraba sumergida la industria tras la caída de ATARI y enfocando sus esfuerzos en promocionar la NES como un "sistema de entretenimiento" familiar con videojuegos que respondían físicamente a los destellos de la pantalla a través de una pistola de juguete. A pesar lo novedoso de la idea, la industria seguía en crisis y los inversores dudaban sobre la viabilidad del proyecto en América. Nintendo entonces estableció una serie de condiciones internas, entre ellas fijar un estándar para evitar juegos de baja calidad, una de las principales causas del fracaso de las anteriores consolas. Para conseguirlo, tenía un control absoluto sobre los cartuchos con un chip que obligaba a la compatibilidad previa autorización de Nintendo. Los desarrolladores, además, tenían marcado un número limitado de títulos al año para evitar la afloración de títulos comerciales de baja calidad.

La primera Nintendo NES promocionada en Estados Unidos en 1985 llegaría con Super Mario Bros y Duck 

Con estas pautas, Nintendo buscó apostar entonces por retomar el legado de Mario -que ya había sido presentado anteriormente sin pena ni gloria en la ATARI 2600-, y relanzar el concepto en Super Mario Bros, dejando atrás los altos verticales entre tuberías, para presentarnos por primera vez la aventura de los hermanos Mario y Luigi, quienes debían rescatar a la Princesa Peach de las garras de Bowser, el rey de los Koopas. Una premisa sencilla pero desafiante y adictiva. Super Mario Bros sería el título de lanzamiento con otro juego que aprovechaba al máximo el sistema de entretenimiento de Nintendo: Duck Hunt, un novedoso shooter en el cual el jugador debía utilizar una pistola de luz, la Nintendo Zapper, para disparar a los patos que sobrevolaban por la pantalla, obteniendo puntos y avanzando niveles conforme acierta a los objetivos. Ambos títulos se convirtieron en parte del catálogo de lanzamiento con la cual Nintendo comenzaría la distribución de su consola un 18 de octubre de 1985 en New York.

El rechazo de ATARI crearía a la bestia que se encargaría de darle muerte.
En la fotografía, el lanzamiento de las primeras 100.000 copias de la Nintendo NES en Nueva York, 1985

En paralelo, ATARI seguía trabajando en la ATARI 7800, que había sido planificada para ser un sistema retrocompatible con la consola ATARI 2600, con un chip gráfico mejorado que le convertía en la mejor máquina de las consolas de la serie mil de Atari, pero inferior a la Atari ST que estaba desarrollando Atari Corporation para adaptarla al mercado de PC's mientras desarrollaba las ATARI 7800. La idea de Tramiel era hacerle frente a la Macintosh, bajo el lema "Power without the price" y características nunca antes encontradas en los ordenadores personales: microprocesador de 16 bits, varios puertos, interfaz MIDI de serie, alta resolución gráfica, cantidad de colores, GUI realzada (interfaz gráfica de usuario).  Así, la Atari ST era mucho más barato y expandible que la Macintosh de Apple (MIDI, gráficos, colores, etc) y los competidores no eran muy numerosos (Commodore 128, PC AT y el viejo CP/M) lo que hizo que fuera un éxito mediano de ventas en el mercado del pc gaming, sin embargo, el tiempo dedicado a la Atari ST pesó en contra del desarrollo de la ATARI 7800, retrasando su salida hasta mayo de 1986, año en el que ATARI y Nintendo se enfrentaría nuevamente tras su abrupto cierre en el CES de 1984. 

1986-1987: La blitzkrieg de Nintendo y el final de un grande


Cuando la ATARI 7800 llegó al mercado internacional en 1986, la Nintendo NES había crecido exponencialmente y superado con creces todo lo que alguna vez ATARI había logrado durante la edad dorada de su hegemonía. En menos de dos años, Nintendo había conquistado Europa, Asia, América Latina y apoderado del 70% del mercado americano. La compañía nipona estableció una consigna clara: calidad versus cantidad y Nintendo fue a la caza de talentos. Para finales de 1985, Taito, Namco, Capcom e incluso Activision -compañías responsables de los éxitos de la ATARI 2600-, habían firmado un contrato de exclusividad con Nintendo, lo que mermo significativamente el catálogo de juegos para la ATARI 7800 cuando esta llegó al mercado internacional en 1986 con tan solo un 20% del catálogo total que había adquirido Nintendo

Cuando la 7800 llegó al mercado, ya era muy tarde para ATARI.
Nintendo, en menos de 3 años, ya controlaba el 90% del mercado que una vez perteneció a ATARI

El segundo enfrentamiento entre ambas compañías, se cerró en una guerra relámpago. La blitzkrieg entre ATARI y Nintendo fue poco menos que una masacre. Para 1986, la Nintendo NES triplicaba las ventas de la ATARI 7800 que solo había colocado 1 millón de copias en el mercado. La compañía norteamericana intentó mantenerse a flote con el lanzamiento de la ATARI XEGS, una computadora Atari 65XE convertida prácticamente en consola y que incluía el tradicional joystick de la compañía más una pistola de luz que buscaba darle pelea a la Nintendo Zapper, pero el fracaso fue sonoro y estrepitoso. La ATARI XEGS vendió sólo 100.000 unidades en todo el mundo, lo que llevó a la cancelación de la ATARI Panther y el fracaso de la ATARI Jaguar, poniendo punto final a la era de las consolas para ATARI, al apoderarse Nintendo, en menos de 3 años, del 90% del mercado que en su momento había dominado el gigante americano. 

Nintendo siguió los pasos de ATARI y apostó por estrellas para darle publicidad a su consola.
La muerte de ATARI levantó a SEGA. El mundo estaba apunto de presenciar una nueva guerra de consolas.

Así, Nintendo ponía cierre a una era, la primera Gran Guerra de Consolas protagonizada por ATARI y Nintendo. Con la caída del gigante norteamericano, un nuevo rey había conquistado el mercado, y también nacido un rival con ganas de derrocarlo. En el camino, la asunción de Nintendo y el éxito cosechado por la Nintendo NES sirvió de fuente de inspiración para que otra compañía del país nipón decidiera seguir sus pasos e iniciar así una de las rivalidades más intensas y legendarias que la industria del entretenimiento digital haya vivido jamás. Porque ATARI estaba muerto, pero la verdadera guerra de consolas, la épica batalla entre SEGA y Nintendo estaba apenas por empezar.
  • Próxima entrega - La Guerra de la Consolas: SEGA versus Nintendo.
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Pablo Vargas - Ingeniero industrial. Director y fundador de Revista Level Up. Autor de la novela “El Hombre de la Rosa Negra” (ULACIT, 2009), el microrrelato “Un café para celebrar” (Editorial Costa Rica 2012) y el blog "Rincón de un escritor". Actualmente se encuentra trabajando en su nueva producción "Nueve minutos para la media noche" y escribe regularmente en los blogs de la casa de 89decibeles, la revista IT Now y el periódico 'La República'.

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