Esta navidad muchos de nosotros seguimos recibiendo videojuegos como presentes (así sean autoregalos) y continuamos sintiéndonos igual de emocionados como la primera vez que recibimos uno.

Muchos de nosotros recibíamos un videojuego solo en Navidad debido al precio del mismo, el cual premiaba nuestro buen comportamiento de todo el año; así que la emoción por estrenarlo podía hacernos realizar cosas inimaginables, como levantarse temprano en vacaciones.

En este especial agrupamos varios relatos de personas que recuerdan esas navidades pasadas como momentos inolvidables y los cuales siguen viviendo en esa emoción infantil que nos embarga cada navidad.


Gabriel Gordon

Colección personal de Gabriel. 

Mi primer regalo de navidad “gamer” se remonta al año 1999 cuanto tenía 4 años, mis padres me regalaron un Nintendo Americano, con la edición de Super Mario Bros y Duck Hunt, fue mi primera consola, y aunque ya no funcione, aún la conservo pues tiene mucho significado, lo que fue recibir eso un 24 en la noche, a sabiendas que un mes antes (por inocencia claro) le “había escrito a Santa” que yo quería un NES, y llegó y fueron horas de horas disparando a los patos y jugando Mario.

Para el año siguiente, recibí un PlayStation, fue mi segunda consola, un regalo de “Gringolandia” de una tía, fue toda una revolución para mí, ver esos gráficos en 3D, y también ser la 1:00am y el reloj corría, yo con 5 años jugando Gran Turismo.

Pasaron los años si no fue hasta el 2005, tenía 10 años, era 24 de Diciembre de ese año y recibí una llamada de un primo que estaba en Estados Unidos, me dijo que me había enviado algo para mí. Me puse desesperado a que fueran las 12mn a ver que era el regalo, cuando lo abrí me hicieron el más feliz de la casa, un Game Boy Advance SP con Pokemon Esmeralda, Pokemon Ruby y Zafiro; fue mi segunda consola portátil.

Pasan los años y muchos pensaran que “es inmaduro” recibir regalos de este tipo, pues para los que estamos en este gremio, eso no es así, y aunque muchos trabajamos para comprarnos nuestras cosas, no es “inmaduro” el auto-regalarse algo en navidad.

Ahora ya como adultos, el conseguir un título o una consola en estas fiestas nos hace revivir aquellos momentos de a niñez , ya que como dicen, "todos llevamos un niño adentro".




Adrian Velez.



Imagen de referencia.


Levantarse a las 6 de la mañana o lo más temprano posible nunca fue mi pasatiempo desde niño, pero no había motivo que no me hiciera arrojarme de la cama desde muy temprano en las primeras horas de la Navidad.Y más porque aquella era una Navidad diferente, no era un regalo cualquiera, era un presente especial, lo sabía...

Había sido claro y directo con mi papa: "quiero un Super Nintendo", y los deseos se hicieron realidad. No recuerdo bien, si fue la del 94' o la del 95', pero si estoy seguro de que muchos días antes del 25 ya sabía de mi regalo. No me pude contener, yo quería estar seguro, quería mirarlo, oler la caja!. La curiosidad y ansiedad me llevaron a empezar a romper una esquinita del papel de regalo. Era una caja grande, decía: "Para: Adrian De: Papá"

La noche del 24 me lleve la caja a mi cama, y dormí con ella. Al despertar al otro día la tenía en los pies, a como pude la hale hacia mis brazos con las piernas, y ahí estaba conmigo. No espere a mi mamá, no desperté a mi hermano, rompí el papel con ganas!

Este regalo sería mi mejor amigo durante mucho tiempo. Mi Super Nintendo venía con Super Donkey Kong y apenas pude lo conecté, fue la mejor Navidad que he tenido. Después recibí un Play Station 1 de Navidad pero aunque la alegría fue enorme, no sería lo mismo como con mi primer gran amigo.

La emoción por los regalos cuando éramos niños no tenía igual, y de lo único que nos preocupábamos era de recibir y abrir los regalos; ahora lo que toca es regalarle a nuestros hijos ( si tenemos ) y recibir un par de medias y calzoncillos.


Federico León.


Imagen de referencia.

No puedo decir con seguridad qué año era, pero fue alrededor de 1988. Durante meses mi hermano y yo habíamos dicho lo que deseábamos a nuestros padres para navidad, entre esos deseos se encontraba uno muy particular, la tonadita cansona iba así "Queremos un Nintendo para navidad!". Mi papá es de esos que todo lo toma con humor y simplemente se limitaba a decir entre risas "ya veremos", mientras mi mamá exclamaba desde otra habitación "ay, ya quieren unos de esos Ataris" (frase que eventualmente evolucionó a "nintendos"). En mi experiencia, eso no aseguraba absolutamente nada, pero como todo niño de 7-8 años era imposible no ilusionarse con la idea. 

Conforme iba acercándose el 24 de diciembre los regalos empezaron a acumularse, habían cajas de diferentes tamaños y pesos, por lo cual la conocida técnica de levantar y sacudir era inefectiva para averiguar si ahí se encontraba "el aparato ese" (otro sinónimo de consola para muchas madres). Llego noche buena, y como era costumbre, la larga espera. Mis padres nos dejaron abrir un par de regalos antes de la media noche para apaciguar las ansias (padres, no hagan eso, no funciona) yo siendo el menor tenia menos fuerzas, así que caí rendido durante la espera, de repente escuche los llamados de mis padres y mi hermano "Fede ya es media noche, venga abra los regalos!", yo baje tan rápido como pude en ese estado narcótico y empece a desgarrar papeles de regalo. Sinceramente si alguien me pregunta ahora que regalos eran, yo no podría decir ni uno... excepto por el ultimo que mi papá nos permitió abrir, por alguna razón ese regalo a diferencia de los demás, lo abrimos despacio, como temiendo que no fuera lo que nos habíamos deseado, hasta que vimos la caja negra y se revelaron unas letras en una esquina de la caja, "Nint...". Explotamos de la alegría, no se que cara tenían mis padres o mi hermano, pero yo sentí como si fuera el mejor día de mi vida. Después de desenvolver la caja, la abrimos, sacamos ese grandioso cartucho de un señor bigotón brincando y que ademas incluía un juego de cazar patos.

Esa noche ni yo ni mi hermano dormimos, teníamos la importante misión, de ayudar a Mario a rescatar la princesa que se encontraba en otro castillo.




Miguel Angel León.


Imagen de referencia


De niño la navidad era mejor. Recuerdo allá en los noventas cuando jugaba en una PC viejita, tenía MS-DOS como sistema operativo y mientras mis hermanos jugaban juegos mas elaborados como Legend of Kyrandia o Space Quest, yo jugaba este juego que de niño le decía "princio Persia".


Prince Persia 2 es uno de mis recuerdos mas antiguos como gamer que soy, todos los días me despertaba, presionaba el botón de poder de la PC y mi diversión comenzaba cuando se mostraba la línea de comando "C:\>", lo único que tenía que hacer era presionar la tecla "s" y "enter" y ya empezaba la aventura. Horas de horas se me perdían jugando los niveles una y otra vez, recuerdo este nivel donde había que entrar en una flama azul, creo que era el nivel 5? o 6? Lo intentaba incontables veces pero nunca lo logré pasar.


Hace unos años por mera nostalgia volví a jugarlo y a mi sorpresa no podía pasar el nivel 2 de las cavernas en la isla, era ridículo lo mucho que me estaba costando pasar el nivel, combatir los esqueletos o evitar las trampas. ¿Cómo era que de niño lo lograba? Porque de niño era mejor, tenía mas práctica y a pesar de que no lo recuerdo en su totalidad gastaba horas y días jugando los niveles una y otra vez. "Princio Persia" como le decía a mis hermanos, siempre tendrá un lugar en mi corazón.


Miguel Solano-Romagosa

Fotografías de Miguel Solano-Romagosa

Antes era realmente emocionante que a uno le dieran cualquier cosa relacionada a videojuegos... Y lo sigue siendo!

Creo que esa emoción era más fuerte antes porque conseguir consolas o juegos era realmente un lujo. En estos días de Internet y con algo de plata (tampoco debe ser mucha: Steam Sales!) casi que cualquiera tiene acceso y eso ha hecho que se pierda la magia “gamer” de antaño...

Viendo hacia el pasado, del 96 para abajo para ser específico, un juego original era realmente una cosa fuera de este mundo! Eran muy caros, y conseguirlos en Costa Rica era muy complicado! Por eso nunca se me va a olvidar cuando mi hermano me regaló Civilization 2, posiblemente el mejor juego de estrategia de todos los tiempos para su época! Fue un momento realmente memorable y 20 años después me acuerdo con todo detalle! Eso sí era felicidad en su pura expresión! :'D

Sé que pocos se identificaran con eso, pero bueno, eran tiempos de escasez en el campo del gaming tico!

¿Que si me sigue emocionando que me regalen juegos? Claro que sí! Es un acierto seguro en mis gustos! Hay cosas que raramente nunca pierden su encanto y claramente una de ellas es abrir un juego nuevo: ver el libro de instrucciones, artes, diseño del empaque (que era algo muy tuanis de los juegos de PC del pasado), instalarlo, leer la historia y revisar todo el contenido... Toda una experiencia! Es por eso que no me llaman mucho los juegos digitales, se pierde esa gracia, pero bueno gustos son gustos.

¿Que si soy inmaduro porque me gusten los juegos ya siendo adulto? La verdad, no me importa mucho si alguien piensa que uno es inmaduro o no por eso... Ahora los gamers son mucho más aceptados socialmente pero antes si lo veían a uno como algo raro, igual, si todavía lo vieran raro... ¿A quien le importa? Creo que si uno va a limitar la felicidad de algo que le gusta por lo que digan los demás, se está perdiendo de cosas realmente únicas, como lo es, abrir un juego nuevo en diciembre!

Felices fiestas!

Rosa Leitón

                                   Colección propia. Juegos que han sido regalados por el novio. 

Cuando era niña recuerdo que era el día en que mi hermana y yo íbamos a recibir 2 juegos de vídeo, no por que nos compraran uno a cada una, sino por que uno era un regalo de navidad y el otro lo comprábamos entre ella y yo con todo el dinero que habíamos ahorrado en el año. En esos años los únicos lugares que vendían juegos de PC eran Arcadia y PC Doctor, el primero tenía los últimos juegos y el segundo solo traía saldos de USA, así que preferíamos comprar en Arcadia

Esa Navidad no solo recibíamos juegos de vídeo, sino que terminábamos recibiendo algún componente nuevo para la PC, ya que como buenas niñas que somos, nunca leíamos los requerimientos de sistema, así que cuando el juego no corría mi papá se daba cuenta que había que cambiar la tarjeta de vídeo, la RAM e incluso una vez tuvimos que comprar un nuevo monitor con mayor resolución. 

Muchos de los juegos que compramos todavía los conservo, sin embargo cometimos grandes atrocidades como recortar las ilustraciones de las cajas de cartón o simplemente botar las cajas.

Actualmente recibo de regalos de navidad por parte de mi novio, esos juegos que tuve de niña y me emociono cuando viene con su respectiva Big Box. Ese sentimiento de ver la caja, sus ilustraciones, manuales y demás "extras" no se siente con ninguna compra de Steam... Extraño esos tiempos de Big Boxes con demos o publicidad de otros juegos y no una simple caja de DVD con un disco o en su peor caso, un código de descarga.

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Muchos de nosotros ya no tenemos la dicha de recibir videojuego en navidad y tenemos que auto regalárnoslo, sin embargo eso no le quita la emoción al momento de que este llega a nuestras manos, de la primera vez que lo probamos y nos sentimos abstraídos totalmente por él. Otros desempolvan sus plataformas antiguas y juegan aquellos juegos viejitos que tanto atesoran, para convertirse en niños como por arte de magia.









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