Por Moisés Mora

Reseñar un juego como Gunman Clive 2 nunca es una tarea sencilla: digo esto ya que, frente a grandes producciones anuales, sagas que tienen una aparición por consola, o legendarios clásicos que se han hecho de un hogar en el corazón de sus más fieles seguidores; Gunman Clive aparece desde las sombras como un ninja para contrarrestar todos aquellos juegos escasos de inventiva y llenos de gráficos deslumbrantes que hacen que uno se sienta en otra vida.

Empecemos por lo esencial, Gunman Clive  es una saga indie plataformera que toma los elementos más icónicos de los spaguetti western y los adapta a un juego portátil. La premisa en ambos juegos de la serie es simple: se trata de atravesar niveles en un tiempo mínimo, con enemigos con patrones predeterminados, saltos de precisión y alguna que otra oportunidad de recobrar la vida. El juego tiene varios modos de dificultad que van desde el más sencillo, con posibilidades de ser impactado varias veces y con una menor inteligencia artificial; hasta el más complejo en donde con sólo que nos disparen dos veces moriremos.

Ahora bien, si hablamos únicamente de las mecánicas de juego de ésta ip, realmente no existe un aporte innovador o disruptivo en el género. Sin embargo, la ventaja de las mecánicas de este juego por sobre otros es lo bien ejecutados que están todos los elementos dentro de los recorridos que debemos realizar. No es sólo ejecutar bien "x" o "y" acción, es más que nada, un ejercicio de precisión milimétrica y tiempos de ejecución que no se había visto desde las épocas doradas de las plataformas con Megaman.

Un arte simple, pero bien cuidado

Es importante rescatar que el juego tiene un apartado de arte simple pero excelso, con un delineado a lápiz que hace que ciertamente nos sintamos dentro de un juego. Los desarrolladores conocen de esto y le sacan provecho ya que, basándose en ese sentimiento, Gunman Clive 2  implementa muy bien lo lúdico, el sentir que no es el mundo con lo que jugamos y el que juguemos a través de éste para emplazar las más locas fantasías de ser un vaquero que por unos instantes tiene que salvar al mundo de una catastrófica situación.

Sumado a esto, hay que aplaudir la decisión de los desarrolladores de vendernos, no solamente un juego completo, sino uno con un valor rejugable increíblemente alto. La osada tradición de vendernos un juego completo está aquí, en toda su filosofía de desarrollo. Lo mejor de esto, es que no sólo el juego no es caro realmente, sino que sentirás que tu dinero tiene un valor increíblemente alto.

Aunado a todo lo anterior hay dos aspectos que deben ser destacados por los demás: uno de ellos es lo bien implementado que está el efecto 3D en esta entrega y las peleas con los jefes finales. El primer elemento hace que uno realmente se pregunte cuántos juegos han sabido aprovechar realmente las capacidades de la portátil de Nintendo. Es una cuestión de amor al producto, y vaya que Hörberg se ha destacado en esto. El segundo elemento hace referencia a lo bien pensadas que están las batallas contra los jefes. Es interesante cómo un encuentro que pareciera simple es realmente épico con cualquier jefe que se tenga en frente: no es sólo el elemento de la dificultad (que es bastante alto) sino además lo bien pensadas que están las debilidades de cada enemigo y cómo se puede llegar a convertir en un dolor de cabeza cualquier batalla si no se aprenden los patrones correspondientes.

Ahora bien, no todo es miel sobre hojuelas para este indie. Del lado negativo encontramos una musicalización repetitiva que no hace sino querer apagar la música y jugar con algún back up de canciones que tengamos para sentirnos realmente inmersos en el juego. Se entiende que la música debe ir acorde a la atmósfera del juego, sin embargo, no se entiende que sea aburrida y repetitiva, junto a unos efectos de sonido no muy agradables, que bien pudieron ser mejores.

Lejos de toda pretensión de querer volver a la mal llamada época dorada de los videojuegos con un artificial pixel art (tan recurrente en los estudios indies) Gunman Clive 2 es un reinvento del género plataformero de disparos. Gunman Clive toma todos aquellos elementos que hicieron grande a la década de los noventas y los enaltece de una forma moderna, pulida y divertida que no se encuentra muchas veces ni en las grandes producciones de la industria. 

Gunman Clive 2 es un golpe a la nostalgia. Es un clásico moderno para aquellos que gusten de un género que parece olvidado más allá de Mario. Es repetir una y mil veces el mismo movimiento con tal de descifrar el patrón correcto para avanzar de niveles. Es variedad en distintos niveles y profundidades. Además, es un excelente acompañamiento por si desean hacer speed run, pero sobre todo, es un juego divertidísimo que te mantendrá horas y horas pegado a tu consola sólo por el simple hecho de estar satisfecho con un juego excelente.


Calificación final: Level 7 - Entretenimiento de calidad, recomendación de la casa

La diversión de ser un vaquero.

***
Moisés Mora - Politólogo. Apasionado de la música, el manga, los videojuegos y el séptimo arte. En su tiempo libre, disfruta de hacer mezclas, y escribir sobre sus pasiones en nuestra sección de Cultura y Videojuegos.

Postea un comentario

Siempre es un honor tenerte por acá. Gracias por compartir tu opinión con nosotros.

Revista Level Up
Revista Level Up