Por Arkayruz.

Damas y caballeros, yo soy Arkayruz. Antes de comenzar, quiero aclarar que espero estar equivocado sobre mi resolución final en este corto “análisis”.

En Estados Unidos, Star Wars es considerado patrimonio de la cultura artística por muchos, no limitado a la población cinéfila o geek, y he de decir que están en su derecho al sentir indignación cuando las remasterizaciones de la saga vieron la luz, aún cuando fue el propio Lucas quien se encargó de ejecutar dicho acto, pero seamos realistas, ¿quién tiene el derecho de tocar su puerta y reclamar cuando hablamos del propio creador?

Muchos desearíamos que este fuera el caso de Silent Hill, que después de una trilogía digna de ser exhibida en uno de esos museos aristocráticos de Europa (y una cuarta parte que apenas consigue estar a la altura) obtiene un seguimiento tan comercial y egocéntrico que incluso debería ser considerado como un delito. Quizá mis palabras sean las de un “fanboy”, pero fuera de sentirme orgulloso de serlo, también creo ser lo bastante realista como para evangelizar en las calles que, sin ninguna duda, Silent Hill es parte de la cultura y legado de todo aquel que ose tomarse la molestia de llamarse gamer.



Pongamos nuestra atención en la popularidad actual de la franquicia (la inevitablemente efímera época P.T.) desde el día en que se hizo oficial que el Aristóteles del gaming tomaría la franquicia en sus manos junto al director que creó el mejor fan service de “Mechas” de los últimos años y en la compañía de un actor que salta a la vista de cualquiera aún sin ser fan de las series de zombis, la gran mayoría se lleno de seguridad en que SH finalmente volvería a sus viejas glorias y el ingenioso método usado para dar a conocer un teaser que a todos ha dejado encantados, no hizo más que dar más fe a los creyentes. 

Yo por mi parte he estado en el rincón de la expectativa, absteniéndome a saltar a conclusiones y manteniendo mis expectativas y opinión en algo que suele ser bastante explicito y generalmente conocido como “producto final”, sin embargo, esta mañana mientras desayunaba tuve la oportunidad de, cómo muchos de ustedes, ver los tráileres de la TGS, y al mismo tiempo, la oportunidad de preocuparme. Las palabras de seguro no serán suficientes, pero cuando hablo de “preocuparme”, no lo digo por el bien de enriquecer este artículo, lo digo con total literalidad.

Poniéndolo en palabras simples y con la mayor cantidad de respeto usando mi punto crítico más saludable y aún así buscando extender la descripción tanto como me es posible, P.T. y el Concept Movie son casas de sustos, los fluidos que se disparan de las paredes, los gritos femeninos a lo lejos, los pedazos de utilería que caen del techo y paredes, los monstruos que aparecen de repente, las puertas que se abren y se cierran por si solas, los efectos visuales ”perturbadores”, los llantos de bebés y el abuso de la fobia que aparentemente ahora todos los humanos tenemos a los insectos, o eso parecen creer los creadores. Juro estar sorprendido de que no haya sonidos de cadenas siendo arrastradas… a la llorona y el chupa cabras tampoco les llego invitación.



No me mal interpreten, no digo que todos estos componentes estén mal ya que hay gente que disfruta de ellos y generalmente se presta para hacer un juego entretenido y en su totalidad decente, el problema es que no estamos hablando de Outlast o Cry of Fear. Hideo Kojima es realmente admirable cuando de escribir historias se trata, pero lo único en que ha sido verdaderamente claro fue al decir que los juegos de terror están limitados a cuan terroríficos pueden ser y que su deseo con Silent Hills es romper ese límite y así lograr un juego que te haga “cagarte en los pantalones” (pueden buscar la entrevista en Youtube) y es aquí donde todo comienza a ir en picada. 

Los amantes allegados de SH sabemos que su virtud nunca fue ser un “cavernícola del terror” que mientras más miedo provoque ¡mejor será! Ni siquiera es el terror psicológico, ni los puzles, ni las sirenas, ni la transformación al mundo de la oscuridad ni las impactantes melodías de Yamaoka, todo eso son sólo importantes complementos  del verdadero as bajo la manga de SH, su forma tan sutil, triste y cruda de contar una historia, aún cuando dicha historia sea tan simple como un tipo con amnesia que recibe una carta de su esposa muerta.



No es la forma en que se impacta al público con sustos genéricos y escenas sangrientas lo que llevo a SH a ganarse su renombre, sino la forma en que invita al jugador a un pueblo que atacara sus demonios personales al mismo tiempo que crea un intenso lazo de empatía con el protagonista mientras se le presenta con simbologías e ideologías que el mismo sentirá la curiosidad de explorar sin necesidad que una flecha roja en la pantalla se lo indique, presentándole la amenaza de encontrar el terror más ingenioso a la vuelta de cada esquina, y aún cuando no se encontrase nada mas allá de dicha esquina, la satisfacción de un viaje placentero es una firme promesa. 

Jugar SH pareciera ser un acto de masoquismo emocional, y hasta cierto punto, eso es lo que lo convierte en una pieza de arte… dicho esto, te hago la pregunta: ¿quieres un juego que te haga “cagarte en los pantalones” o uno que seduzca tu morbo y te ofrezca sentir en tu propia piel la desesperación y tristeza que sienten sus personajes?

Hideo Kojima, Guillermo del Toro y Norman Reedus lograrán sin ninguna duda que Silent Hills sea un buen juego, pero ser un buen juego no implica que sea un buen Survival Horror y ser un buen Survival Horror no lo hará un buen Silent Hill. En fin, aún no tenemos un producto final por lo que no puedo (y no quisiera) sacar conclusiones, pero por las pocas evidencias que hay hasta este momento P.T. y el Concept Movie me dejaron algo muy claro, Hideo Kojima no es capaz de llegar al espíritu ni la inspiración del Team Silent, pero como dije al principio de esta nota, espero estar equivocado.

Algún día volveré a tocar este tema cuando tengamos el juego en nuestras manos, pero sin duda lo hare frente a la cámara, al menos por ahora, veamos que nos trae el futuro.


***
Eduardo Morales (Arkayruz) - Youtuber costarricense. Apasionado de los videojuegos, el cine, el manga y el anime, los cuales analiza regularmente en su canal en Youtube. Colaborador de Level Up en nuestra sección de video análisis [•REC].

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