Por Moisés Mora.

Hablar de Sakaguchi, es hasta cierto punto hablar de una institución del gaming. No se habla de Sakaguchi como se podría hablar de cualquier otro desarrollador, sino que, pese a todo hablamos de un hombre que todavía cree en su trabajo, un hombre al que las ideas no le faltan y tampoco la fortuna (sea esta buena o mala).  Nacido en 1962 en Hitachi, Sakaguchi iniciaría su incursión en la industria como cualquier mortal: jugando juegos de Computadora (acá Ultima y Wizardry), luego de esto probaría Transylvania de Penguin Software, creaciones que, marcarían toda la carrera artística del gran maestro.

El gran maestro les manda un saludo 

Definido así mismo como un contador de historias, Hironobu (que ha dicho en algunas ocasiones que los juegos de acción no se le dan bien y que prefiere contar historias) es el creador de una de las sagas más emblemáticas de todos los tiempos y no solamente en su género, sino también de toda la industria. Pero antes de hablar de su creación, veamos un poco su historia personal.

Co-fundador junto a Masafumi Miyamoto de Square Soft (1983), la vida de Hironobu Sakaguchi se ha caracterizado siempre por las “últimas posibilidades”, luego de realizar varios juegos (entre los que encontramos; Highway Star, King’s Knight y World Runner todos para Famicom) y sin obtener el éxito deseado, era necesario desarrollar una nueva entrega que trajera dos elementos: El primero salvar a la compañía de un estado financiero cuando menos preocupante, y lo segundo la capacidad de renovar elementos dentro de la industria.

La saga que cumplió con dicha tarea titánica fue: Final Fantasy. Ahora bien la mística que rodea a esta saga no fue obra de la casualidad, el talento, la entrega (el mismo Sakaguchi ha reconocido que dormía en el local que alquilaban en Square Soft ya que tenía aire acondicionado y un baño), y el sentido del deber, hicieron de este juego la obra máxima de nuestro desarrollador destacado de esta semana. El nombre por cierto es una referencia a su último gran trabajo, el creador pensó en ese momento que con esta última gran historia estaría culminada su carrera en el mundo de los videojuegos; por fortuna estaba equivocado.



La última fantasía, la última oportunidad... ¿O no?

Lanzado en 1987 para Famicom, la saga Final Fantasy inicia con su juego homónimo en donde controlamos un quest cuatro personajes con profesiones a escoger, que realizarán una travesía alrededor de unos cristales para salvar al reino; en esta aventura emblemática se añadieron elementos sustanciales que tendrían un impacto profundo en un género que tomaba fuerza dentro de Japón: el JRPG.

Ahora bien, no solamente dentro del ámbito del desarrollo de los videojuegos encontramos a Sakaguchi, inspirado en su talento como contador de historias, dirigió: Final Fantasy: The Spirits Within. Lástimosamente esta adaptación cinematográfica no obtuvo ni buenas calificaciones por parte de la crítica ni tampoco buenas recaudaciones, lo que le costó su puesto de vicepresidente y además el cierre de Square-Pictures.




Otro juego a destacar dentro de la extensa trayectoria de Hironobu (con más de una veintena de juegos a su haber, y desarrollos en todas las plataformas) es Chrono Trigger. Este juego fue desarrollado por el conocido Dream Team e incluía a Hironobu Sakaguchi, Kazuhiko Aoki (padre de Dragon Quest), Nobuo Uematsu (como compositor) y como artista diseñador de personajes nada más y nada menos que Akira Toriyama. Desarrollado en una nueva época en la empresa que ayudara a fundar (es el penúltimo juego antes de que Square se fusionara con Enix) Chrono Trigger es un juego único dentro del JRPG, ya que aprovechaba al máximo las capacidades del SNES, y junto a ello vinieron cambios importantes como el estilo de batalla, las misiones secundarias y la extensión del juego. El Dream Team realizó un excelente trabajo con Chrono Trigger que a la época es considerado el pináculo de un género que lastimosamente no se volvió  a repetir aún con sus secuelas.


Épico e irrepetible

Ahora bien, en busca de nuevos aires y al no sentirse cómodo en la empresa en la que trabajaba, decide en 2004 fundar Mist Walker con la ayuda de Microsoft para poder trabajar con mayor libertad. Todo esto estaba sumado además al supracitado fracaso de la película “The Spirit Within”. En Mist Walker desarrollaría varios juegos para distintas plataformas, entre ellos Blue Dragon, Lost Odissey y tal vez el más conocido de todos: The Last Story para Wii, el cual contaría con Nobuo Uematsu nuevamente en la composición musical.

The Last Story es una de las tres grandes joyas del JRPG que tuvo el Wii, y que curiosamente fue muy difícil de conseguir por estos lares, la negativa de Nintendo a traerlo (incluso existió la Operación Rainfall, para traer este junto a dos juegos más) y el desarrollo del juego como si fuera el último juego de Sakaguchi llenaron de misticismo el desarrollo lo cual se conjugó para que el juego tuviera un éxito bastante importante dentro de la consola.

Amante del surf y de la buena comida, ahora residente de Hawaii, incluído en el salón de la fama de la Academia de Artes y Ciencias Interactivas (2000) y además director de una empresa que fundó por segunda ocasión, Hironobu Sakaguchi hace de la creatividad y la excelencia un deber. Trabajador incansable, preparado para presentarnos sus novedades en Japan Expo en París y enfocado en lo que sucede día a día pero sin perder de vista lo que trae el mañana este es nuestro desarrollador destacado de esta semana.

Maestro de maestros

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Moisés Mora - Politólogo. Apasionado de la música, el manga, los videojuegos y el séptimo arte. En su tiempo libre, disfruta de hacer mezclas, y escribir sobre sus pasiones en nuestra sección de Cultura y Videojuegos. 

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