Por Esteban Carrión.

Cuando uno habla de Blizzard Entertainment muchas cosas pasan por la cabeza. Buenos recuerdos, juegos clásicos y (en mi caso) grandes decepciones. Son sentimientos encontrados lo que produce en mi esta compañía; una relación de amor odio si se quiere. Pero lo que no espero cuando pienso en Blizzard es en la palabra gratis, y en este caso acompañado también por varias opiniones positivas del juego. Tal vez eso fue lo que me atrajo de probar HearthStone: Heroes of Warcraft, una oportunidad de probar algún otro producto de Blizzard que no me gustara para después poder quejarme, pero con la secreta esperanza de poder disfrutarlo.

¿Gratis? ¡Ya lo veremos Blizzard!, pensé con escepticismo. El término gratis es utilizado de forma cada vez más libre hoy en día en el mundo de los videojuegos. Dónde gratis muchas veces se transfiere a: Se puede instalar y usar mi juego gratis, pero si uno por alguna extraña razón quisiera, no lo sé, tener buenos items o Dios no lo permita, divertirse, tiene que pagar dinero real. Esto degenera usualmente en un juego desbalanceado donde la experiencia y jugabilidad están limitada a todos los que estén dispuestos a desembolsar constantemente dinero por contenido que por otro lado se tendría incluido con el pago de mensualidades. Con cierto escepticismo instalé el juego, y la verdad me sorprendí cuando mis secretas ambiciones se hicieron realidad.


Hearthstone es un juego de cartas donde dos jugadores ocupan el lugar de uno de nueve héroes a elegir compitiendo por hacer desaparecer los puntos de vida del otro. Cada héroe representa una de nueve clases de personajes a elegir en el juego World of Warcraft (vanilla), cada una con una habilidad particular. Los mazos están compuestos por 30 cartas entre las que hay de criaturas, hechizos y armas. Con cartas exclusivas de hechizo para cada héroe. Es algo así como un Magic the Gathering basado en el mundo universo de Warcraft, solo que más amigable a los nuevos jugadores y con menos bordes filosos. 

Hearthstone no solamente es gratis si no bellamente balanceado. Pues si bien existe la opción de comprar packs de cartas con dinero real, el juego permite al jugador casual tener acceso también con su sistema de recompensas diarias y ganancias por victorias. Uno de estos sistemas es una de las mejores opciones del juego: Arena. Se elige de tres cartas al azar que se presentan hasta formar un mazo de 30 cartas, muchas ni siquiera están entre las cartas de uno así que la combinación es aleatoria y depende hacer que funcionen. Si, puede que a uno tenga que competir contra mejores cartas y mejores mazos pero también para eso se dan 3 oportunidades de competir y cambiar de oponente. Luego de perder los tres juegos que se dan se otorgan recompensas dependiendo de la cantidad de victorias que se hayan tenido.



Todas estas opciones permiten a jugadores nuevos adaptarse rápidamente al cambiante mundo de estrategias que pueden surgir entre un juego y otro. Pues si Hearthstone logra algo bien es dar la impresión de complejidad sin ser un juego tan amplio y variado como otros en su estilo. La variedad de cartas con efectos de daño o que devuelven una criatura a la mano por ejemplo hacen que hasta las cartas más poderosas puedan ser contrarrestadas. Las información de cada efecto y carta es accesible y fácil de comprender por lo que la curva de aprendizaje para jugadores nuevos, inclusive para los que nunca han tenido experiencia en juegos de cartas. Además de las vividas animaciones que hacen olvidar por completo el hecho de que nada más se están haciendo mover imágenes y números en la pantalla.  Produce un gran sentido de satisfacción imaginar a mi Shaman destruir todos los monstruos del oponente con un combo de cartas de daño en un gran estallido de truenos. Casi adictivo muchas veces. 

Blizzard se ha sabido generar atención con este juego en el que se notan los destellos de humor y de inteligencia de las mejores épocas de la compañía, donde se entendía que hacer con poco no significaba perder la diversión ni la búsqueda de innovación. Habrá que ver en que termina este juego para la compañía, pues se anuncian fechas para introducir nuevas cartas y la versión para iPad siendo lanzada con éxito. Solamente queda esperar y ver pero por el momento lo recomiendo como una opción para cualquier tipo de jugador. Divertido, adictivo, bien diseñado y gratis ¿qué más se puede pedir?



Calificación final: Level 8 - Clásico moderno, de revisión obligatoria

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Esteban Carrión - Escritor en formación, jugador de rugby y estudiante de filología española en la UCR. Amante de los RTS y los RPG's. Apasionado de la los libros y el arte en general y de todo lo aledaño a eso que tenga la etiqueta "geek"

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