Por Andrés Díaz.

Blizzard lanzó la expansión de Diablo III, The Reaper of Souls, un juego que arregló la mayoría de los yerros del sistema original sin la necesidad de afectar la esencia exitosa de la franquicia. Es jugable, pero el contenido es poco  y no equivale al precio de $40 o ₡20.000. Además, hubo problemas con los servidores el día del lanzamiento, pero eso es típico…, sí Blizzard, lo hiciste otra vez.

En la parte positiva, se agregó una nueva una clase de personaje, un novedoso y balanceado método para saquear y un acto adicional a la historia. La fórmula se mantiene: avasallar a hordas interminables de demonios y hacerse con el botín de la batalla (el suculento loot). Es una premisa sencilla, pero entretenida, con solo decir que en la última semana pasé 30 horas pegado frente al monitor dándole con mi demon hunter, en lo personal mi clase favorita.


The Reaper of Souls añadió un nuevo capítulo a la saga, el quinto que congenia de manera ingeniosa con los primeros actos del juego, además tiene escenarios góticos y oscuros que hacen recordar la esencia de los primeros Diablos. El argumento es sencillo y escuto: el Ángel de la Muerte, Malthael, confronta a TyrelÁngel de la Justicia- y roba la Black Soulstone (donde están las almas de siete señores del mal) y depende de nuestro héroe, el Nefelín, darle una paliza a Malthael y a sus seguidores para restaurar el orden y la paz.

Un argumento bastante ralito en comparación a otros RPG en el mercado, pero en fin, uno no juega Diablo III por la historia, sino por la guerra, la vorágine y la recompensa. ¡MATAR, SAQUEAR, MATAR! Un principio que Blizzard explota muy bien porque nos brinda una infinidad de maneras para hacerlo.Por ejemplo, se agregó la clase de personaje “El Cruzado”, que emula al Paladín en Diablo II, este personaje se especializa en defensa y cuenta con un vasto arsenal de poderes divinos para purgar a los enemigos, no se necesita mucha destreza con el mouse para utilizarlo y es sin duda es uno de los puntos más altos del juego.

La habilidad especial del Cruzado es la ira o wrath, que es el combustible para lanzar rayos de luz o convocar a un corcel sagrado para arrollar a las hordas enemigas. Vale la pena reiniciar el juego con este personaje, así para desatar la ira de Dios en las llanuras del caos.

Los despojos de la guerra y el modo aventura... 



El nuevo método para saquear ,el loot 2.0, es por mucho un cambio positivo en la franquicia. Se removió la casa de subastas, si niños ricachones ya no pueden pagar dinero real para comprar items poderosos, se lo van a tener que ganar jugando como los mortales.

El sistema de recompensa es más inteligente y generoso, los monstruos asesinados sueltan items que van acorde con la especialización del personaje, o sea, se eliminó ese momento incómodo en el que los bosses tiraban items legendarios- los mejores del juego- que no tenían nada que ver con la clase del héroe. De que le sirve a un mago agarrar un báculo que suba la fuerza y no la inteligencia, es que anteriormente las recompensas eran tan aleatorias que rayaban en lo ridículo.


Ahora los items legendarios no solo se quedan con el aumento de stats, sino que modifican las habilidades del personaje, lo que abre todo un abanico de opciones para jugar. Es importante, sobre todo en las modalidades más difíciles del juego, donde se amerita una progresión constante del personaje para seguirle el ritmo a la ascendente curva de dificultad.

Así mismo, Blizzard creó a la Mystic, que es una personaje que puede transformar el aspecto y las habilidades de los items. Esto le da la oportunidad al usuario de modificar el aspecto de la armadura y las armas. Nada más vean que badass se ve mi demon hunter con esa armadura blanca.


De igual forma, se agregó un nuevo modo aventura que se habilita después de ganar el juego, es un gran acierto, que lleva al personaje por los escenarios de los cinco actos para completar misiones. El cuál un buen aporte porque le da un valor de jugabilidad interesante que se desprende del modo historia. En cada acto habrá cinco misiones aleatorias que se pueden completar de manera opcional. Algunas nos pedirán eliminar 100 enemigos, otras que limpiemos completamente la zona, y en algunas sólo se nos pide que acabemos con un bicho en específico, además, las recompensas son impresionantes.

Este modo se puede jugar con cualquier personaje, hasta con uno nuevo, lo que abre la oportunidad de subir el nivel de un héroe sin la necesidad de atravesar la cronología, es que admitámoslo, el Skeleton King pierde su encanto con el tiempo.

¿Vale la pena comprarlo? 



Sí usted es un fiel aficionado de la franquicia, entonces sí, sí vale la pena; sin embargo lo nuevo que tiene el juego no vale $40, jamás. Es un chiste y nosotros seguimos pagándole las encomiendas a Blizzard por un proyecto que deja la impresión que peca por mezquino. No estoy diciendo que el cruzado o el nuevo modo de aventura sean malos, sino que por $40 esperaba más, otro acto u otra clase de personaje- hey la expansión de Diablo II agregó dos clases nuevas-. Además sería sensacional que exista una manera para poder jugar offline, porque hay picos de latencia o lag en el juego que son muy frustrantes, sobre todo en peleas con los bosses.

Diablo III tiene muchos aciertos y explota muy bien las virtudes de la franquicia; sin embargo es mezquino en ciertos aspectos, además los servidores presentaron errores el día del lanzamiento y eso se ha ido arreglando con el tiempo, sí, el mismo error de toda la vida con Blizzard. Las mejoras son abundantes, pero eso de pagar para comprar una actualización que debió existir en primer lugar no es para nada llamativo. No tenemos que olvidar que fueron las falencias del sistema original lo que hizo migrar a varios usuarios a juegos como Torchlight II y Path to Exile.

Calificación final: Level 7 - Entretenimiento de calidad, recomendación de la casa

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Andrés Díaz - Periodista. Colabora en la sección de deportes del periódico la Nación. Amante de los RPGRTS, y Survival, pasa el poco tiempo libre que tiene en la jungla de Sumonner Rift.

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