Es oficial: nos hemos enviciado. ¡Qué juego más brutal y más hermoso es 'Baldur's Gate 3'! Un maldito vicio. Tengo que reconocer que tenía mis dudas con el nivel de hype que había alrededor del mismo, calificándolo como uno de los mejores juegos jamás hechos, pero la realidad, es que el juego no sólo sobrevive al hype, sino que lo hace realidad. Lo estamos disfrutando en su dificultad más alta, y es simplemente una salvajada, el nivel de estrategia y concentración que demanda, es realmente adictivo. Cada movimiento, cada enfrentamiento, cada diálogo, cada detalle hay que pensarlo milimétricamente.
Y es que todo, en 'Baldur's Gate 3' tiene consecuencias. Tanto a nivel de historia, como a nivel jugable. Y esto, lo aprendimos a las malas, en nuestras primeras horas de juego. Después de morir 100 veces, podemos decir, que le hemos encontrado finalmente, nuestro propio camino, para enfrentar al juego, sobreviviendo a punta de seguir las enseñanzas de estilo de batalla de las tropas de mogoles Gengis Kan y su legendaria estrategia de 'Retirada fingida'.
Al armar nuestra primer grupo de 4 personajes, hemos adoptado la naturaleza de nuestro personaje y entender, que la historia la escriben los vencedores, y de la misma forma en que Ned Stark y Howland Reed derrotaron a traición a Sir Artur Dayne en 'Game of Thrones', nuestra misión no es ganar con elegancia. Nuestra misión, es sobrevivir. A cada calabozo, paraje, montaña, lago y trozo del averno al que nos hemos enfrentado.
Y así, lo hemos hecho. Usando la 'Retirada fingida', lanzamos a nuestro protagonista a hacer ataques a distancia y para luego hacer un salto en retirada para ganar terreno de ventaja (y obligar a mis enemigos a que tengan que usar 'correr' para acercarse, perdiendo 1 turno en el proceso) mientras con los otros 3 personajes que forman mi grupo, les vamos recetando ataques a distancia, moviéndonos por todo el mapa, a un juego del gato y el ratón, evitando que recortar terreno y sumar nosotros ventaja.
Cuando ya no hay margen de distancia y hay que pelear 1 vs 1, rezamos 3 rosarios y 3 padres nuestros y les empujamos magia de fuego a diestra y siniestra para quemarlos y volver a tener un turno de movimiento; mientras se queman, repetimos los ataques a distancia y falsa retirada, hasta quedar nuevamente ventaja; suena fácil, pero cada paso, cuenta, los enemigos no perdonan una sola equivocación, los dados están normalmente cargados en nuestra contra y los errores o la premura, se pagan con sangre.
Y sí, lo sabemos. Es una táctica mezquina, vil, y algunos dirían, que hasta cobarde. Pero, ¿qué esperaban de un protagonista humano de clase 'Druida', cambia formas versátil con rasgos de 'Picaro' y con sub-clase de Embaucador Arcano? Es correcto. No hay honor en la derrota y nuestro personaje lo sabe. Su descripción y objetivos son claros. Y eso, es algo que nos ha encantado de 'Baldur's Gate 3', esa libertad de elegir y asumir nuestras consecuencias.
Por mucho, uno de los mejores títulos de este año y uno de los más duros, divertidos, interesantes y adictivos -junto con 'Lies of P' y 'Sea of Stars'-, que hayamos jugado este año; su historia es sublime, llena de puras referencias y esencia al mundo de 'Dungeons& Dragons', que por rebote, finalmente me ha terminado atrapando y me ha sumergido de cabeza en su maravilloso mundo, leyendo cada documento, cada referencia, cada majestuoso escenario y personaje perfectamente diseñado.
Pronto -en unas 100-150 horas más de juego-, tendremos nuestro review en Revista Level Up y Telenoticias, de esta pedazo de joya que es 'Baldur's Gate 3', en que con todos los méritos, aspira firmemente al GOTY 2023. De momento, este es nuestro reporte desde los Reinos Olvidados, que se nos acaba el tiempo del almuerzo, y Faerûn no se salvará sólo.
Publicar un comentario
Siempre es un honor tenerte por acá. Gracias por compartir tu opinión con nosotros.