Por Daniel Solís
Érase una vez…
1289. Para fortalecer los bordes del Reino de Francia, el Rey Philip el Justo decidió construir un nuevo castillo. Por estos tiempos, Caylus no es mas que una humilde villa, pero pronto, trabajadores y artesanos se precipitarán por cientos, atraídos por grandes promesas de fama y fortuna. Alrededor del sitio de la construcción, una ciudad comienza lentamente a levantarse.
1289. Para fortalecer los bordes del Reino de Francia, el Rey Philip el Justo decidió construir un nuevo castillo. Por estos tiempos, Caylus no es mas que una humilde villa, pero pronto, trabajadores y artesanos se precipitarán por cientos, atraídos por grandes promesas de fama y fortuna. Alrededor del sitio de la construcción, una ciudad comienza lentamente a levantarse.
Los jugadores personalizan maestros constructores que al construir el
castillo del Rey y desarrollar la ciudad alrededor, ganan puntos de
prestigio y el favor del Rey. Cuando el castillo está terminado, el
jugador que ha ganado la mayor cantidad de puntos de prestigio gana el
juego. La expansión de Caylus: el Joyero, ya viene incluida en la
segunda edición.
Cada turno, los jugadores pagan para colocar sus
trabajadores en varios edificios de la villa. Estos edificios permiten a
los jugadores recolectar recursos o dinero, construir o mejorar
edificios con esos recursos. Los jugadores también pueden usar sus
recursos para ayudar a construir el castillo mismo, ganando puntos y
favores del Rey, lo cual provee mayores bonos. Construir un edificio da
algunos puntos de manera inmediata y potencialmente ingresos a través
del juego que los jugadores reciben cuando otros jugadores usan sus
edificios. Los edificios escogidos por los jugadores tienen un gran
impacto en el curso del juego, ya que determinan las acciones
disponibles para todos los jugadores.
Cuando un nuevo edificio es
construido, se coloca a lo largo del camino que se aleja del castillo,
sin embargo, no todos los edificios pueden ser usados en el turno. ¿Por
qué? Porque los jugadores controlan cuales edificios están activos
pagando influencia para mover al Provoste (una especie de alguacil
corrupto). La posición final del marcador del Provoste, determinará en primera instancia que edificios se usan y cuales no y finalmente el
movimiento del Bailiff (este es el alguacil correcto), el cual determina el
fin del juego. Generalmente, si los
jugadores están construyendo muchos edificios y el Provoste es generoso
en permitir usarlos, el juego termina mas rápidamente.
Muchos jugadores gustan de personalizar sus juegos de mesa, y Caylus no es una excepción, los mas puristas defenderán los cubos de madera originales a capa y espada, pero sin duda, esas fichas personalizadas le agregan un "flavor" único y mas medieval, que en lo personal creo que embellecen mucho la experiencia del juego.
Salió también al mercado una versión coleccionista o premium que trae un diseño del tablero diferente y componentes mejorados, es bastante difícil de conseguir, pero cuál luce mejor, queda ya en el gusto particular de cada quien.
Con un grado de estrategia muy alto y alejándose de ser un juego extremadamente ligero o pesado, es un euro de mis favoritos y el cual tuve la dicha de conocer recién empezando en este hobby lúdico, gracias a un grupo de amigos veteranos que me aceptaron en su grupo de juegos.
Totalmente recomendado si te gustan los euros o quieres probar uno de los mejores que hay. El juego en su versión estándar se consigue por un precio razonable en línea y tiene también su versión en iOS, claro que nada supera la experiencia con otros jugadores. Creado por William Attia en el 2005, permite jugar de 2 a 5 jugadores con edades de 12+ y un tiempo de duración estimado de 60 a 150 minutos.
¡Un juego que no puede faltar en tu ludoteca!
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Muy buen artículo don Daniel! hoy si hubo una buena opinión acerca del juego. Algún día deberíamos jugar una partida.
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