Por Pablo Vargas | pvargas@revistalevelup.com

Hablar de The Last of Us es honrar el viaje titánico de un hombre y una niña que han hecho todo lo que esta a su alcance para continuar con vida. Es hablar de Ellie y de Joel, de una historia seria, madura y desgarradora, cuyo desarrollo de personajes es tan profundo y bien estructurado que hace sea imposible no sentirse identificado con sus dudas y temores en un mundo post-apocalíptico, violentado por una pandemia que ha destruido casi todo, y donde cada quien aguanta y sobrevive como puede. Una obra que hace justicia a la géneros que intenta homenajear, pero que con méritos propios, personajes de antología y un argumento para la historia, convierten la aventura en un viaje realmente inolvidable.



Y es que en The Last of Us cada elemento, tanto de diseño, como de guion, presentación, personajes, e historia funcionan a la perfección. , y sí que funciona, pero se preocupa igual por reforzar las ideas generales y los objetivos comunes. Todo encaja, todo suma, en una historia que parece ha estado escuchando sus usuarios finales para comprender sus necesidades, pero que al mismo tiempo no rinde cuentas a nadie más para ofrecer un obra que parece salida del corazón, manteniendo la coherencia de su mensaje y avanzando a un ritmo atípico, que refleja la incertidumbre de nuestros personajes y te hace parte de su mundo y de su historia.

El juego que cambiara la forma de contar historias...


En The Last of Us el camino está siempre fijado y las elipsis van precedidas de cinemáticas, sin embargo no niega de la libertad del jugador y recompensa los tramos lineales con secuencias que dejan huella y se convierten, siendo sincero, las mejores que he visto en mis veinte años como videojugador. La dirección de arte y el montaje son soberbios y las interpretaciones están claramente por encima de lo observado hasta ahora. Y es que a pesar de que tanto la pareja protagonistas como los secundarios están tan bien definidos, la verdadera evolución argumental se comprende en los cuenta gotas que Naughty Dog va dejando a lo largo de toda historia. Desde un brillante prólogo, hasta el emotivo final, la continuidad con las partes interactivas pocas veces se busca mediante situaciones encriptadas, que contrastan con lo contemplativo de esa naturaleza impasible, esa luz tenue y esos lacrimógenos acordes que Gustavo Santaolalla ha plasmado en un magistral soundtrack.


De los protagonistas, Ellie es la carta dorada de Naughty Dog, la manera perfecta de atraer nuestra atención hacia rincones concretos —como ese grupo de cadáveres que cuenta su pequeña y trágica historia—, mediante conversaciones breves, pero constantes hace sublime la experiencia de tenerla como acompañante en nuestro viaje. Eso no quiere decir que su comportamiento sea exagerado para llamar la atención. Al contrario, de hecho; son maravillosas las acciones más intrascendentes y sencillas, como cuando ella se sienta para esperar a que vayas a agarrar una escalera o cuando te pide chocar esos cinco una vez creada la pasarela.

Jugabilidad y estrategia: La clave entre sobrevivir o morir...


Acción inteligente es parte de lo que hace que este juego sea tan bueno. Durante todo la aventura te ves obligado a analizar la situación en la que te encuentras y adaptar tu táctica a las circunstancias de cada momento. La sutileza es una de las mayores virtudes de The Last of Us, aunque su mecánica nunca falla cuando la cosa se anima y es necesario abandonar las sombras. Es parte del mundo que Naughty Dog ha concebido: un entorno duro y crudo en que el más pequeño desvió puede marcar la diferencia. El mejor ejemplo está al llegar a un campamento tomado por los bandidos, donde escuchas a uno de ellos decir que «Después de cinco horas de persecución, aquella zorra habría logrado escaparse si no hubiese sido tan estúpida como para ponerse a disparar». Están dejando claro que nuestros adversarios son unos bastardos sin alma, justificando un poco más de lo habitual la contundente violencia del juego, pero también te están diciendo que el sigilo es la mejor opción, cuando no la única, al topar con infectados o con bandidos.


Los estrangulamientos o las apuñaladas silenciosas deberían ser el primer paso en cada enfrentamiento, aunque es fácil que la cosa se tuerza y toque improvisar, alejarte para que el enemigo te pierda de vista y pensar en cómo acercarte al siguiente objetivo. Son combates brutales y tensos, sobre todo al subir la dificultad y muy especialmente cuando hay chasqueadores —ciegos, feos y por encima de todo eso letales—, de por medio.


Si te encuentras con un chasqueador (es una de las fases por las que pasa una persona que resulta infectada por la plaga: corredores, acechadores, chasqueadores, hinchados y tocones), lo más recomendable es quedarse completamente quieto, puesto que aun siendo bastante fuertes, los chasqueadores son ciegos. Tienen buen oído, eso sí, así que tendrás que actuar de forma muy sigilosa si no quieres que te maten de un mordisco. En cambio, otros tipos de infectados ven mejor y se lanzarán a uno en cuanto te vean. Los no-infectados, por su parte, patrullan por sus áreas sistemáticamente y son capaces de coordinar sus acciones de ataque para obtener un mejor resultado.


Una herramienta importante en el juego es el modo escucha (Joel también puede poner la oreja para intuir la ubicación de enemigos cercanos) el cual te muestra el origen de los sonidos que escuchas, genial para localizar enemigos. El sistema es parecido al modo detective que veíamos en Batman: Arkham Asylum. De esta forma, si te ocultas, puedes encargarte de los enemigos de forma silenciosa, por sorpresa y sin gastar munición (muy escasa en este mundo post-apocalíptico). Si te descubren, se puede intentar dejar a tus enemigos fuera de combate momentáneamente lanzándoles una botella o una piedra a la cabeza, ya que mientras están atontados por el golpe son más fáciles de abatir. Otras armas muy efectivas son los cócteles molotov y las granadas de clavos.


A lo largo de la aventura en The Last of Us, Joel usa varias armas, desde rifles a pistolas, que son especialmente buenas para liquidar enemigos a corta distancia. También encontrarás armas más imaginativas, pero igualmente efectivas, como lanzallamas y arcos. Teniendo en cuenta que, como he dicho antes, la munición es escasa. Se puede tener suerte y que un enemigo te proporcione una que otra bala al caer muerto, pero aparte de eso, tendrás que economizarlas todo lo que puedas. Las armas de asalto cuerpo a cuerpo como cuchillos, palos, machetes no necesitan munición, pero si las usas con demasiada frecuencia se desgastarán rápido. Y cuando eso pase, solo te quedarán tus puños en un mundo en donde en definitiva no querrás quedar mano a mano.


Joel solo puede tener dos armas a mano; el resto deben ir guardadas en su mochila. Sacarlas de ahí es complicado, así que tendrás que tener esto en cuenta cuando te prepares para un enfrentamiento. Otro detalle es que completar la aventura nos llevará sobre las 15-20 horas, pero una vez pasado el juego podemos iniciar una nueva partida para conseguir todos los coleccionables que nos faltan (muchos, vuelvo a insistir). Así que conseguirlo todo y completar todos los trofeos puede ocuparnos unas 50 horas fácilmente.

Un apartado gráfico para nunca olvidar...


Otro apartado donde Naughty Dog ha anotado un golazo es el diseño del entorno gráfico. No alcanzarían las líneas para describir todas las localizaciones que vamos a visitar The Last of Us. La enorme variedad de escenarios naturales y paisajes urbanos diseñados con gran belleza es simplemente increíble. Patios cubiertos de malas hierbas, sótanos con barrotes oxidados, casas de madera, bosques, pueblos y mucho más. Desde luego, no te vas a aburrir del paisaje. Pero si hay una cosa que destaca en el juego desde un punto de vista visual es la luz: desde los primeros rayos de sol del día, pálido y diluido, hasta los anocheceres teñidos de rojo, la luz llena el juego de realismo, belleza y vida.


Otro aspecto a destacar de The Last of Us son las animaciones de los personajes. Al igual que en la saga Uncharted. los desarrolladores de Naughty Dog usaron actores de carne y hueso y sistemas de captura del movimiento para animar a Joel, Ellie y el resto de personajes, sin embargo dieron un paso más allá en el tema de las animaciones. Son muy realistas, e incluso cuando no se están moviendo, no se quedan quietos como tarados esperando tu orden desde el mando. Ellie, por ejemplo, se distrae jugando con una pequeña navaja, silbando canciones, atándose los cordones o incluso jugando con otros niños. Estos pequeños detalles, sumados a un diseño de gran belleza y unos movimientos extraordinariamente reales, le dan a los personajes mucha profundidad y te permite conectar con ellos mucho más.


Una banda sonora para la historia...


Uno de los puntos más altos de The Last of Us es su banda sonora, donde Gustavo Santaolalla -ganador del Oscar por la composición de la BSO de Babel-, demuestra su maestría, mostrando una banda sonora esplendida que se amolda al clima de desesperación, tristeza y soledad de forma excepcional. Ritmos lentos, como desesperados, que ahogan ciertos momentos de los niveles, y que han tenido a bien administrar de forma concreta en varios puntos para enfatizar el dramatismo de ese momento. Desde Akira Yamaoka con Silent Hill no encontraba un trabajo tan desgarrador, tan sucio y a la vez tan brillante.


Por otra parte los efectos de audio en el juego son de gran calidad: cristales rotos, escaleras que crujen y los brutales estallidos de los disparos le dan al juego el mismo nivel de realismo que podríamos esperar de una película.

El último de nosotros...


The Last of Us es la obra de arte que nos merecemos, es uno de esos videojuegos que sirven para demostrar a los incrédulos que un día los límites entre el cine, videojuegos y realidad podrían llegar a tambalearse. Un título cuyo transcurso cinematográfico -tópicamente perfecto-, resulta cautivador, con un toque único en los movimientos, las animaciones y el diseño de escenarios, donde su sistema de combate y los tiroteos brillan con luz propia y Naughty Dog vuelve a demostrarnos que no sólo hacen juegos increíbles en el aspecto gráfico, sino que también son capaces de contarnos una historia sublime, ofrecer una jugabilidad intensa a más no poder y deleitar el alma con un poderoso soundtrack que es imposible olvidar una vez completado el juego.


En pocas palabras, no hay mejor forma de ir preparando el adiós a la actual generación que una obra cuyos méritos propios la convierte en uno de los mejores títulos que hayamos visto en muchos años; haciendo que no solamente sea un imprescindible para absolutamente todos los usuarios de Sony, sino para aquellos que pertenecen al otro lado del charco. Su revisión es obligatoria y lo decimos sin temores: The Last of Us cambiará para siempre la forma de ver los videojuegos. No se lo pueden perder.

Calificación final: 10/10 - Una sublime y verdadera obra maestra

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