Por Pablo Vargas | pvargas@revistalevelup.com.

El DLC final de 'Kingdom Come Deliverance II' es una verdadera joya, que nos permite cerrar por todo lo alto nuestro viaje con Henry de Skalice al regresar a sus orígenes y adquirir una forja destruida -que al mejor estilo del DLC de Blood and Wine de The Witcher 3-, podremos restaurar, ampliar y modificar a nuestro gusto, en una línea de misiones que nos conecta directamente con el pasado de nuestro padre en una expansión de más de 30 horas de contenido que confirman porque KDCII es uno de los grandes favoritos al GOTY.

Y es que lo único que le faltaba a KCDII era justo esto, un aliciente extra para invitarnos a quedarnos por más tiempo -como si las 350 horas que invertimos en su campaña no fuesen suficiente sin haber terminado aún la historia principal-, y continuar disfrutando de la pedazo de obra maestra que han creado en Warhorse, con una nueva línea de misiones que llevarán a Henry se convertirse en miembro del gremio de herreros de Kutná Hora, lo que nos permite hacerse cargo de una fragua legendaria, aunque abandonada hace mucho tiempo, que fue el mismo taller donde su padre adoptivo, Martin, se formó como aprendiz hace tiempo. 


En el interior, Henry descubre una ambición oculta, Martin y sus compañeros habían soñado con reparar el reloj astronómico de la ciudad, pero el grupo se desmoronó y la fragua quedó en ruinas. Ahora le toca a Henry continuar con el legado, reconstruir la fragua, ganar prestigio y reunir a los viejos colegas de Martin, maestros artesanos cuyas habilidades e historias son vitales para completar el reloj, en una serie de misiones que suman más de 30 horas de nuevos contenidos de la historia, repleto de conspiraciones, camaradería y giros inesperados.

Y aunque se puede jugar post-game principal, nosotros recomendamos activar el DLC al llegar a la mitad del juego -justo al llegar a Kutná Hora-, porque nos permitirá tener nuestra propia casa, la que podremos personalizar a nuestro gusto, desde los alrededores, hasta las habitaciones privadas y el patio, con más de 100 millones de combinaciones de diseño. ¿Por qué a la mitad del juego? Por dos razones, la primera que los muebles y las mejoras nos concederán ventajas y habilidades en el juego, desde curvas de aprendizaje más rápidas hasta mejoras de habilidades, convirtiendo nuestro taller en un refugio seguro y un centro de actividad.


Y segundo, porque el juego establece un nuevo sistema de economía que hemos explotado al máximo, al agregar una caja de ventas en las que podemos vender diariamente, todos los productos que creamos en la forja -o tomemos "prestado" de los enemigos-, para mejorar cada detalle de nuestra forja. Y es que, aunque parezca pequeño, este detalle es clave, ya que una de las pocas "pegas" que le encontrábamos a KDCII era que el dinero que recaudábamos se volvía casi ilimitado, pero también, al tener dinero casi infinito, le perdimos empuje a la idea de andar saqueando enemigos, campamentos de bandidos o infiltrarnos en los campamentos de Segismudo para robar sus armas o productos, ya que los armeros o vendedores tenían muy poco presupuesto para comprar todo lo que tomábamos "prestado", dejando de ser interesante. No obstante, al poder vender todo lo que fabricamos -o robamos-, desde este cofre de ventas en nuestra propia forja, hemos encontrado una nueva motivación para desvalijar y quitarle todos los recursos a nuestros enemigos, porque necesitaremos bastante capital financiero para mejorar al máximo nuestra casa. 

Este pequeño detalle, cambia completamente la jugabilidad no sólo del DLC sino del juego principal y hace que sea más divertido, emocionante e interesante; ya que podremos volver a las andadas de forja y sustracción de recursos, para crear nuestro propio imperio, logrando desbloquear planos únicos para nuevas armaduras y armas mientras ayudas a la gente de Kuttenberg con la fabricación de espadas, la forja de armaduras y otros encargos peculiares, todo esto mientras conocemos a conocidos de nuestro difunto padre y convierte a desconocidos en aliados en una importante misión de más de 30 horas de juego para lograr preservar el legado de nuestra familia. 


Un DLC que ratifica porque en medio del mar de juegazos que han salido este año, seguimos atrapados entre el año 1403 en la Bohemia del Sacro Imperio Romano, en la recreación medieval más impresionante que hayamos visto y uno de los mejores videojuegos de action RPG que hayamos jugado en nuestras vidas, desde The Witcher3, lanzado justo hace 10 años. Porque si Red Dead Redemption2 es la esencia del viejo oeste, KingdomCome DeliveranceII es el RPG medieval más realista de la historia.

No hay forma de expresar, sin spoilers, lo que esta jodida obra maestra es, en todo su esplendor. Simplemente, es uno de los mejores videojuegos que hayamos jugado y no correremos a terminarlo, ni siquiera porque es nuestro trabajo. Sí, así de bueno y hermoso es. Porque KDCII pertenece a esa hermosa categoría de juegos, que puede pasarte horas, de horas, simplemente haciendo cosas, descubriendo secretos, encontrando tesoros, desafiando mercenarios, liquidando bandidos, haciendo tus propias armas y pociones, cazando o simplemente cabalgando de un punto a otro, mientras avanzas a paso lento en la historia, sin que nada te apresure, porque como el buen vino, quieres disfrutar hasta la última gota. 

Por mucho, uno de los grandes favoritos al GOTY 2025.

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