Por Rocío Zamora / Escritora

La desarrolladora canadiense de videojuegos, Red Barrel Games, lanzó Outlast para Windows el 04 de setiembre de 2013 como un juego de terror-supervivencia en primera persona. Fue recibido con críticas mayormente positivas y ha recibido muchos galardones y premios de E3 2013: premio de honor "Most Likely to Make you Faint" y un premio de "Best of 2013". Ben Barret señala que "Outlast no es un experimento de cómo los juegos pueden dar miedo, es una ejemplificación". En 2014, 2015 y 2018, el juego llegó a plataformas como Play Station 4, Xbox One, Linux y Nintendo Switch.

Historia: El juego gira en torno a un periodista independiente llamado Miles Upshur quien, al recibir un correo anónimo, decide investigar acerca de experimentos ilegales llevados a cabo en el manicomio Mount Massive, propiedad de la corporación Murkoff. Upshur ingresa de noche al inmueble con una cámara de video. En apariencia, las ruinas de la institución están abandonadas, pero el protagonista encuentra cadáveres de empleados, agentes SWAT y guardias. Uno de esos agentes, cerca de morir, le advierte que los pacientes rondan libres por el edificio y que son ellos los responsables de la masacre. Conforme avanza la historia, el periodista se encuentra con fanáticos, hombres desequilibrados y violentos, e incluso, con una presencia sobrenatural, el Walrider.


Más que terror, Outlast lleva al jugador al más profundo suspenso. Los largos corredores, la escasa visibilidad, los ruidos ensordecedores y los pacientes que deambulan por el manicomio comprenden la fórmula perfecta de lo desconocido, ajeno y oscuro que representa la mente humana misma. La encarnación de la locura en los hombres de Mount Massive es provocada por la ciencia que, en principio, es regida por la razón.

Jugabilidad: Outlast se juega en primera persona y su personaje es incapaz de combatir a diferencia de otros protagonistas de juegos de terror-supervivencia. En su lugar, puede desplazarse (caminando o corriendo), escalar, ocultarse para eludir enemigos y deslizarse por lugares pequeños. Dicha incapacidad para defenderse provoca estrés y ansiedad (reflejada en la respiración acelerada de Upshur) no solo en el personaje, sino también en el jugador. La resistencia del periodista es limitada y solo puede recuperar su salud si permanece sin ser atacado por un tiempo determinado.

Otro punto destacable es que, como ya se mencionó, gran parte del manicomio está a oscuras, por lo que debe usarse la videocámara en visión nocturna para poder desplazarse. No obstante, emplear la visión nocturna en exceso consumirá la batería del aparato y el jugador tendrá que buscar más baterías en el manicomio.


Los enemigos son los pacientes del manicomio con mutaciones y/o comportamientos más agresivos que los del resto de internos. En oposición, otros pacientes dan consejos al protagonista lo cual otorga verosimilitud a la historia, ya que no todos los pacientes de un manicomio son de naturaleza violenta. Otro punto a favor lo constituye el hecho de que el juego mantiene 60 frames por segundo a 1080p y esto contribuye a que la visión de "efecto granulado" de la cámara sea muy convincente.

Los juegos de iluminación de Outlast son uno de los grandes protagonistas: las sombras proyectadas, los rayos de luz a través de las ventanas y los apagones espontáneos son todos ejemplos de la gran construcción gráfica hiela los huesos de los jugadores.

Crítica: Uno de los problemas que ha destacado la crítica es que el juego puede completarse en poco más de cinco horas. Aunque la experiencia resulta intensa de principio a fin -posee cuatro niveles de dificultad para elegir- no deja de ser más corta que lo que marca la media del género. Además, se habla de que la IA de los enemigos es "simple" en tanto que una vez descubierta la forma de "pensar y actuar" de los personajes, resulta mucho más fácil esquivarlos y con esto se pierde algo de la magia inicial.


Después de 2013: En 2014 fue lanzado el DLC Outlast: Whistleblower centrado en el Walrider; en 2017, apareció la secuela Outlast 2; y recientemente fue anunciado un spin-off cooperativo llamado The Outlast Trials que se enmarca en la época de la Guerra Fría.

En resumen, Outlast nos expone a múltiples situaciones dantescas marcadas por el gore, los movimientos inquietantes y el comportamiento imprevisible de los internos, y revela con ello que la locura guiada por la razón es más peligrosa. Por esto y todo lo que de Outlast se conoce, este es, sin duda, uno de los mejores juegos que ha dejado la década.

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Rocío Zamora
Escritora de Revista Level UP

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