Por Eimy Jiménez

“Honor”, un título que reafirma de manera absoluta lo que Carl Grimes (Chandler Riggs) merece luego de la valentía y esfuerzo que llevó a cabo para salvar a los residentes de Alexandria. Es sin duda una de las hazañas más heroicas en la historia de la serie y sin restar méritos a otros personajes que también han salvado vidas, Carl a pesar de los malos pronósticos, logró completar muchas metas, y qué mejor manera de irse que hacerlo como un héroe.

El episodio remonta a los aficionados al momento en el que Carl es mordido en el bosque mientras se encuentra con Siddiq (Avi Nash). Al regresar a Alexandria, aún con impotencia mostrada en su mirada, Carl toma una decisión muy madura y elige vivir sus últimos momentos de la mejor manera y es ahí, cuando una serie de escenas comienzan a presentarse donde se observa al personaje en un espejo colocándose un vendaje y cambiando su ropa. Además, posa para fotos al lado de Judith y pasa un pequeño tiempo de calidad con ella. Y eso no es todo, planta un árbol y toma un poco de su limitado tiempo para escribir cartas a diferentes personajes como Rick (Andrew Lincoln), Michonne (Danai Gurira) y Enid (Katelyn Nacon).



Lo que hace que este episodio sea devastador y a la misma vez especial, no es solamente el hecho de que se pierde un personaje importante que ha estado desde el inicio de la serie, si no que su muerte como tal trae consigo un significado impactante tanto para los personajes a su alrededor como para los seguidores de la serie. Su muerte no solamente demuestra a Rick que la guerra no lo es todo, sino que la vida apocalíptica sigue su curso y las consecuencias de afrontarla día a día pueden estar más cerca de lo que se piensa. Además, permite entregarle el mensaje en su lecho de muerte de que acabar con todos los Salvadores no es la única solución. 

Es justo en esos momentos finales cuando Carl comienza a explicar sus visiones a Rick, aquellas mismas visiones con las que dio inicio la temporada ocho y que nadie entendía de dónde se originaban. En ellas se muestra a un Rick un poco mayor y donde se da a entender que el futuro que Carl desea es uno en el que el mundo sea un mejor lugar para vivir y la guerra acabe. Él desea con todas sus fuerzas que su padre y sus amigos no continúen por la senda de la guerra y reafirmen sus metas y pasos que dan durante su sobrevivencia. La guerra lo único que deja es muerte y destrucción y muchos bienes valiosos tanto tangibles como no tangibles son perdidos en ella. 



Por otro lado, Morgan (Lennie James) y Carol (Melissa McBride) se centraron en la misión de rescatar al rey Ezekiel (Khary Payton) quien estaba aprisionado en su propio reino por los Salvadores. Unidos ambos lograron su cometido y acabaron con todos los malhechores, sin embargo, Morgan lo hacía de una manera que parecía disfrutar y esto comenzó a sembrar dudas en la cabeza de Carol respecto al estado en el que se encontraba su compañero de matanzas. Y eso no es todo, si no que mientras de un lado Carl se sentía arrepentido por recordar el asesinato que cometió a un niño cuando estaban en la prisión, Henry (Macsen Lintz), uno de los niños del Reino, acabó con la vida de Gavin (Jayson Warner Smith) sin piedad alguna.



A pesar de que todos sabían que Carl terminaría su aparición en la serie en este episodio, fue una historia que fácilmente se puede comparar a una caja de sorpresas. No solamente por el hecho de que Carl decidiera acabar él mismo con su vida y evitar que Rick y Michonne hicieran lo que a él le tocó hacer con su propia madre, sino también por el hecho de que de ahora en adelante al grupo le toca dar un respiro y analizar todo lo que ha sucedido, especialmente a Rick quien aceptó cumplir los deseos de su hijo en su lecho de muerte, incluso si eso significa llegar al punto de perdonar a sus enemigos. 


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