Por Pablo Vargas | pvargas@revistalevelup.com.

A finales de los 90's, la guerra de consolas se encontraba en su punto más alto. La propuesta de PlayStation de una consola que se alejaba de los tradicionales cartuchos para apostar por los CD's era a todas luces novedosa, pero carecía de esa chispa que otorga la mercadotecnia detrás de un personaje con el que simpatizan las masas. Con Nintendo aprovechando el máximo el carisma del legendario fontanero italiano y Sega exprimiendo las últimas gotas de su incansable erizo azul, la compañía nipona necesitaba con premura una insignia que se convirtiera en su buque estrella.


Entonces, apareció Naughty Dog con un pícaro marsupial rojizo que respondía al nombre de Crash Bandicoot. Y así nació una leyenda que catapultarían a PlayStation como una potencia en la industria de los videojuegos y firmaría a Naughty Dog como la gallina de los huevos de oro de Sony, fungiendo como pieza clave detrás de cada una de sus generaciones de consolas a lo largo de los últimos 21 años. Con una propuesta novedosa, adictiva, fresca y divertida, Crash Bandicoot conquistó los elogios de la crítica especializada y el corazón de los millones de niños-adolescentes que disfrutaron a finales de los 90's de una de trilogías más perfectas de su generación.

Crash Bandicoot: el juego que cambió todo para PlayStation
Sin embargo, el tiempo pasó factura. Naughty Dog vendió los derechos de la saga después de su éxito triunfal y el querido marsupial fue pasando de mano en mano hasta convertirse en un espejismo de lo alguna vez fue. Pero el vacío no se llenó jamás. Y más de veinte años después, tras una fuerte campaña de los fans por traerlo de regreso, el legendario modo cameo en Uncharted 4: A Thieft End -obra cumbre de Naughty Dog-, las camisetas especulativas de Shaw Layden, CEO de Sony en América, el "sí acepto" de Activision, y recibir la edición física -cortesía de Video Game Store-, para el desarrollo de nuestro tradicional análisis, podemos decir que Crash Bandicoot está de vuelta y con todas sus letras. 

Veintiún años después, Crash Bandicoot lo vuelve a hacer
Tras sumergirnos por horas y horas en su aventura, podemos declarar con propiedad que la trilogía remasterizada de Vicarious Visions mantiene el carisma, encanto y adicción que la opera prima de Naugthy Dog nos regaló en PlayStation y que afortunadamente no perdido una pizca de la esencia que le consagraron, con méritos propios, en uno de los grandes referentes e iconos de la industria del entretenimiento, elevando a 'Crash Bandicoot', 'Crash Bandicoot 2: Cortex Strikes Back' y 'Crash Bandicoot 3: Warped' en verdaderas obras de culto entre los amantes de los títulos de aventuras y plataformas.

Las mecánicas del juego siguen intactas
Poner pies en polvorosa mientras una enorme roca corre detrás de nosotros, atravesar ríos mientras evitamos troncos, bombas, y plantas carnívoras; cruzar a ritmo frenético la pantalla tan sólo usando un jabalí en pleno bosque tropical, un oso polar en el ártico, una moto sobre la muralla china o un equipo de buceo para surcar los confines del océano, entre otros retos que nos hacían perder la cabeza cada vez que el peculiar marsupial rojo perecía en nuestras manos, eran parte de la divertida -y adictiva-, jugabilidad que la trilogía original nos brindaba en cada intento y re-intento por completar la travesía de Crash Bandicoot contra su creador, el delirante Dr. Neo Cortex para frustrar sus planes de dominación mundial.

Compromiso con el lector(a): Esta captura nos costó una vida. 
Porque más allá del cliché de la época que reinaba en los títulos plataformeros, Crash Bandicoot jugó una baza muy importante: una compleja dificultad que hizo a más de un jugador arrojar el control contra la pantalla tras fallar olímpicamente ese salto -que se llevaba calculando milímetricamente-, y así dejar escapar la última de 30 vidas perdidas en el mismo nivel y vuelta a empezar de cero. Esto, más la búsqueda de coleccionables que se activaban al pasar niveles de alta dificultad -sin morir una sola vez-, para volver a otros niveles inferiores y desbloquear más coleccionables, o la incomparable sensación de placer al completar un nivel complejo y el consiguiente duelo de enterarse que concretamos sólo 31 de 32 cajas para obtener una llave especial, eran parte de una extraña mezcla de diversión, frustración y adicción que rozaba el sadomasoquismo y garantizaba horas de juego hasta completar a plenitud el título.

Los antagonistas han recibido una remasterización con todas sus letras
Para nuestra fortuna, esto es algo que entendieron a la perfección Activision y Vicarious Visions, otorgando a su trilogía remasterizada la esencia arcade de título frenético, carismático y divertido, pero agregando una dosis extra de adictiva dificultad, que parece ideada por misma mente maquiavelica de Hidataka Miyazaki, para así rendir homenaje a las ediciones de 'Prepared to die' de Dark Souls. Porque si algo va a suceder en 'Crash Bandicoot N'Sane Trilogy' es morir. Y mucho. Porque sin importar que tan buenos hayamos sido en el pasado, conozcamos o no el mapa de caminos secretos de memoria o las veces hayamos pasado un nivel "a ojos cerrados", vamos a morir. Una y otra vez.

Dulce ironía. Morir se convertirá en algo natural a lo largo de nuestra travesía
Aplastados por una enorme roca que rinde homenaje a la fuga del Dr. Jones en 'Los Cazadores del Arca Perdida'; ahogados en las turbias aguas de un río plagado de pirañas; calcinados por las abrasadoras llamaradas de una antorcha movediza; devorados por una planta carnívora al mejor estilo de las 'Crónicas de Hellstrom' o simplemente omitiendo todas las leyes de la física al calcular mal la trayectoria de salto. La muerte en 'Crash Bandicoot N' Sane Trilogy' es una eterna constante y un bucle infinito que nos motiva a rezarle a Aku Aku por su benevolencia antes de intentarlo de nuevo. Cuantas veces sea necesario.

Los escenarios perfectamente diseñados nos invitarán a quedarnos a mirarlos por un buen rato
Y este el principal mérito de la añorada remasterización. Más allá de su increíble apartado gráfico que enamora a la vista, su pegajosa banda sonora que no podremos sacar de nuestra cabeza tras terminar cada partida o hilarantes personajes que nos encontraremos en un camino cargado de nostalgia. Su principal baza se encuentra en el reto de dar lo mejor de nosotros y conectarnos nuevamente con ese niño(a) que pasaba cientos de horas con el control en sus manos hasta recoger todos los coleccionables, con el adulto cargado de responsabilidad que busca aprovechar cada espacio entre las 10 de la noche y las 2 de la madrugada para intentar -a veces sin éxito-, completar por vigésima quinta vez, ese enconado e infernal nivel -como lo dicta la vieja escuela-, al cien por ciento.

Una de las novedades es poder utilizar a Coco en nuestra aventura
Porque de la misma forma en que la trilogía original de Naughty Dog logró labrarse a finales de los 90's su lugar en el Olimpo de la industria de los videojuegos, la producción de Vicarious Visions con méritos propios es un título de revisión obligatoria que bajo ninguna circunstancia se puede dejar pasar y vale la pena realmente re-visitar. Y eso es algo que nos ha enamorado del juego. Su capacidad de recuperar todas las mecánicas claves de una propuesta fresca, novedosa y sumamente adictiva -y al mismo tiempo-, subir de nivel el primer gran éxito de Naughty Dog, convirtiendo a 'Crash Bandicoot N' Trilogy' en un título imprescindible, no solo para los fans de la marca, sino para todos aquellos apasionados del noveno arte.

Calificación final: Level 8 - Clásico moderno, de revisión obligatoria
                                                                     

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