Por Maria Trejos.


Herbert George Wells (1866-1946), más conocido como H. G. Wells es uno de los más reconocidos autores de anticipación científica de la historia, que ha dado vida a uno de los investigadores más controvertidos de la ficción. Sus obras han permanecido hasta la actualidad, gracias tanto a sus nuevos seguidores como a las interminables revisiones realizadas en novelas y, sobre todo, películas desde su publicación hasta la actualidad.
Haremos un recorrido por principales obras relacionadas con experimentos:

La máquina del tiempo

Esta obra publicada por primera vez en Londres en el año 1985. Consta de dieciséis capítulos y un epílogo. Está basada en la teoría del eternalismo (corriente filosófica que trata de describir la naturaleza ontológica del espacio-tiempo. Se basa en la noción del tiempo como una dimensión más del universo físico, junto al espacio, de tal manera que el futuro puede decirse que ya está ahí y que no existe una corriente objetiva del tiempo)Esta obra representa la primera ocasión, o al menos la primera obra exitosa, de utilizar en la ficción el concepto del tiempo como cuarta dimensión. De acuerdo a esa peculiar interpretación, y de la misma manera que los seres vivos se mueven espacialmente, también podrían viajar a través del tiempo. Al contrario de Verne, Wells no es muy detallista y describe de manera muy ligera todo lo acontecido en ella, incluyendo el mecanismo y funcionamiento de la máquina dejando al lector con curiosidad de saber más por más del asombroso invento.
El protagonista de "La máquina del tiempo" es un científico inglés, al que se denomina "El Viajero en el Tiempo", que inventa una máquina para trasladarse a través de los siglos. Viaja al año 802.701 y comprueba que la humanidad ha evolucionado hasta convertirse en dos diferentes especies. Conviven, por un lado, los Eloi, aparentemente felices aunque débiles e inactivos. Y, por otro, los Morlock, brutales y en apariencia poco sofisticados, que sin embargo se alimentan de los primeros.

La isla del Doctor Moreau

Los humanos tienen algo de bestia en su alma. Y los animales están muy cercanos al comportamiento humano. La trama se inicia cuando el protagonista, un caballero de clase alta llamado Edward Prendick, naufraga en el océano. Un barco que pasa lo sube a bordo, donde un médico llamado Montgomery lo reanima. Montgomery le cuenta a Prendick que se dirigen a una isla sin nombre donde trabaja, y que los animales del buque viajan con él. Prendick también conoce a un nativo grotesco y bestial llamado M'ling, que parece ser el siervo de Montgomery.
La evolucionista novela de 1896, narra los experimentos del científico para utilizar la vivisección (disección de un animal cuando aún está vivo, teniendo por objetivo, observar el funcionamiento de los órganos de dicho animal. Esta práctica es a menudo calificada como tortura animal) como una vía de 'humanizar' a los animales. Esta obra alerta de los peligros que puede provocar el control de la evolución por parte de los científicos, que como en la novela acaba llevando a la autodestrucción.

El hombre invisible

En esta novela de 1897, el protagonista es un investigador, Griffin, que descubre una fórmula para evitar la refracción de la luz en los objetos y hacerles así invisibles. Tras probar la pócima con un gato, Griffin logra llevar a cabo este proceso consigo mismo, pero luego no puede volver a ser visible, llegando a un estado mental inestable como resultado. Desde un punto de vista científico, un hombre vuelto invisible con el método de Griffin habría sido ciego, ya que el ojo humano funciona absorbiendo la luz entrante, no dejándola pasar del todo. Sin embargo, Wells parece haber tenido esto en cuenta: el hombre invisible no es completamente invisible, pues la «parte coloreada del fondo de sus ojos» (presumiblemente las retinas) permanecen siendo visibles.







La guerra de los mundos

Los marcianos invaden la Tierra. Con el mismo comportamiento de las grandes potencias con las colonias en la época de Wells, la superioridad tecnológica y militar de Marte impone la eliminación, o al menos el sometimiento, de la 'raza inferior' de los humanos.
En esta epopeya de Wells de 1898, posiblemente su obra más conocida, su narrador descubre con horror la colonización de nuestro planeta por parte de seres de Marte, que se alimentan con la sangre de los humanos que capturan. Tras un dominio absoluto, frente al que no hay resistencia posible, los marcianos acaban pereciendo debido a un enemigo inesperado: los microbios de la Tierra, frente a los que no tienen defensas.
El éxito de la novela se mantuvo a lo largo de los años, creando numerosas obras de ficción, tanto escritas como filmadas. Sin embargo, su secuela más conocida se produjo en 1938, cuando Orson Welles emitió una versión radiada de la invasión marciana que produjo escenas de pánico en numerosas ciudades de todo Estados Unidos.


Más obras de ciencia ficción

Wells fue autor de algunas otras novelas protagonizadas por la ciencia. Entre ellas, "Los primeros hombres en la Luna", que describe el viaje a nuestro satélite del empresario Bedford y el científico Cavor, donde descubren la nueva raza de selenitas.
Mientras, "En los días del cometa" (1906) narra cómo un cometa transforma los gases de la atmósfera terrestre, lo que convierte a la humanidad en un nuevo género de personas bondadosas y felices. Por su parte, en "La guerra en el aire" (1908) adelanta el colapso mundial a causa de una guerra aérea generalizada entre países provocada por unos aparatos voladores similares a los actuales helicópteros.
Herbert George Wells escribió casi medio centenar de obras largas, muchas de ellas de temática científica, pero también publicó numerosos cuentos. Algunos de ellos fueron recopilados bajó los títulos "Cuentos del espacio y del tiempo" (1899) y "El bacilo robado" (1895). Este último título representa posiblemente la primera obra de ficción protagonizada por un terrorista biológico.

Su protagonista es un anarquista sin escrúpulos que, después de descubrir que un bacteriólogo guarda muestras del cólera, decide ingerirlas para así transmitir la enfermedad a toda la población. El terrorista, sin embargo, no sabe que el material robado no es ninguna muestra nociva, sino exclusivamente una bacteria que provocará que su piel se vuelva azul.

Wells estaba convencido de que la especie humana podría ser mejorada gracias a la ciencia y a la educación. Sin embargo, no cayó en la ingenuidad de muchos de sus contemporáneos y fue uno de los primeros pensadores que advirtió del peligro de confiar ciegamente en las máquinas. Siempre postuló que era el hombre quien debería dominar a las máquinas, y no al revés.
Durante la última época de su vida, Wells asumió la tarea de defender en escritos y conferencias todo aquello que considerara positivo para el progreso, así como en criticar los grandes conflictos bélicos que asolaron Europa.

¨No hay inteligencia allí donde no hay cambio ni necesidad de cambio¨ H.G Wells.


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